La seguridad de jugar en casa

Todo tiene que ver con todo. Nada es extraño ya en la Argentina. Un grupo de 50 personas que nada tiene que ver con el mundo del básquetbol, ni siquiera en su rol de barra brava (que tampoco tendrían que ver con el básquetbol pero al menos buscarían amparo en él) visitaron Once Unidos al grito de Dale Obras. Hay nota aparte por este tema.

Pero, como en el aire se respira tensión por todo lo que está pasando y Quilmes viene de ver suspendido el clásico “por inseguridad” por primera vez en 17 años es inevitable no pensar más en el hecho extradeportivo que lo que pasó en la cancha. ¿De que manera los jugadores podían tomar el juego sabiendo lo pasaba en las tribunas? ¿Cómo los jugadores de Quilmes no pensarían en el último incidente en Olavarría entre hinchas?.

Así tuvo que afrontar el local el juego, tratando de mirar al rival, sin pensar en lo que pasaba afuera. Y no le fue fácil. Esto no habla mal del esfuerzo de los chicos de Obras, de la táctica de Carlos Duro y su cuerpo técnico del trabajo de un grupo de jugadores que dejó todo en la cancha para ganar. Habla mal de alguien que quiso utilizar el partido como una arena política. Vaya a saber sacando qué provecho. De todos modos es innegable que el basquetbol se ve afectado.

El partido fue malo. Tuvo destellos de un juego de Liga Nacional solo de ratos. No por el bajo goleo, la performance de un partido de bajo goleo, bien jugado, es muy disfrutable, este partido decididamente no fue bueno.

Fue palo y palo hasta mediados del primer cuarto cuando el local aprovechado el gol de Calderón y la versatilidad de Romano sacó diferencias (19-12). Solo Maxey (7) respondía en Obras, que apostó al tiro de tres sin suerte (2/8). De la Fuente volvió a decidir un quinteto inicial sólo con nacionales en el primer cuarto. Guardó para la rotación del segundo cuarto a los dos extranjeros con el resto de los suplentes. El técnico de Obras en cambio ya en el primer segmento metió todo lo que tenía.

En el segundo cuarto Obras emparejó inicialmente el partido con un activo Titareli una defensa muy dura de su canasto y mejor juego de pases. Recuperó la distancia de 6 y se puso a uno (31-30). El ingreso de Dixon - Cowan y Dentis no le trajo gol al cervecero. Siguió defendiendo bien, pero el cambio de su dupla de interiores lo secó. El cuarto lo ganó Obras 15-17 para descontar la diferencia e irse al descanso largo abajo por 4: 40-36

Hubo un trabajo muy fino en la defensa de Obras, bien estudiado y bien aplicado sobre la salida de los tiradores de Quilmes. Pablo Gil y Dixon no podían tomar ninguna cortina con ventaja.

No obstante De la Fuente mandó a la cancha al inicio del tercer cuarto a su supuesto quinteto titular: Salles, Gil, Dixon, Cowan y Calderón. Esta rotación de cinco no la usó nunca en el primer tiempo. La ventaja que sacó esta formación fue decisiva. Se fue 15 puntos arriba (58-43) en un ratito. Cowan metió el primer tiro de 5 metros y luego sacó la ametralladora. Metió tres dobles más de la misma factura y uno con falta. Se acopló Dixon y Salles para que Quilmes tome la máxima.

Pero el cierre del segmento de Quilmes fue muy malo. Cuando peor estaba, Carlos Duro ordenó una zona dos-tres contra los tiradores locales. Era plata o mierda. Y fue plata. Porque Quilmes no tuvo una buena noche con el tiro de tres puntos (4/17) y Obras cerró bien su rebote defensivo. Así achicó con un parcial 2-9 y entró al último cuarto abajo por 8 (60-52).

Quilmes abrió con un triple de Maciel y un doble de Romano (65-52) pero se le acabó la nafta en la ofensiva. Aunque Obras tampoco tenía gol, su defensa fue puro empuje. Metió un parcial 0-8 y De la fuente paró el partido con un minuto. Al regreso al campus, Obras pasó a defensa zonal y otra vez Quilmes siguió despintando los aros.

A falta de cuatro minutos, Obras ya había descontado toda la ventaja y estaba en partido (67-65) Pero le faltó claridad para definirlo y contundencia en sus mejores armas. Lo alcanzó a Quilmes con el goleo de Maxey (21 pts) pero entre él y Borrel erraron todo en las últimas acciones. (0/7 de campo entre los dos en los últimos tres minutos).

Volvió Pablo Gil y Quilmes recuperó gol en ofensiva y yendo a la línea de libres se fue despegando en el tablero (71-67). Allí recuperó una pelota y Maximiliano Maciel clavó un triplazo sobre la marca de Maxey a puro coraje para tomar la diferencia decisiva (74-67) a falta de 1:10

Quilmes en su casa sabe bien como cerrar un juego caliente. La bola a Salles en las salidas contra presión, corre bien la cancha y siguió defendiendo. En ese último minuto Obras en vez de achicar agrandó la diferencia. Aunque el partido fue chato, con algunos lujos de Salles por un lado y de Maxey por el otro, estuvo envuelto en un aire raro. Con más atención (y tensión) afuera que adentro. Una pena.

Síntesis
Quilmes (77): Hernando Salles 12, Pablo Gil 12, Maximiliano Maciel 9, Nicolás Romano 9, Pedro Calderón 12 (FI); Carlos Dixon 7, Esteban López 2, Jaz Cowan 13 y Ezequiel Dentis 1. DT: Esteban De La Fuente

Obras Sanitarias (67): Fernando Titarelli 12, Daniel Chaher 5, Erron Maxey 21, Lázaro Borrell 7, Tyler Field 8 (FI); Omar Cantón 0, Patricio Rodríguez 8, Sergio Ravina 0, Fernando Martina 6 y Cristian Cortés 0. DT: Carlos Duro.

Parciales: 25-19, 40-36 y 60-52.
Arbitros: Alejandro Chiti y Mario Aluz.
Estadio: Once Unidos (1300 espectadores)

Fotos: Gentileza Demian Schleider – Infoliga.com.ar

Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar


Regatas ratificó su levantada

Luego de ciertas licencias en el primer cuarto, el equipo del parque Mitre fue mejorando la postura defensiva hasta quedarse con una victoria inapelable sobre Lanús (89-76). Tremenda actuación de Acosta, goleador del juego con 29 puntos (9/13 triples).

Regatas tenía una misión: recuperar la fortaleza de local. Y anoche cumplió con creces su objetivo al derrotar claramente a Lanús, por 89-76, y encadenar así su segunda victoria consecutiva en la Liga Nacional de Básquetbol luego del notable triunfo del pasado miércoles en Sunchales (80-68 ante Libertad).

Con nuevo bríos, entonces, el equipo del parque Mitre aguardará el choque de mañana ante Peñarol, un rival de fuste que viene herido de Paraná (Sionista lo sorprendió venciéndolo 91-73).

Para alcanzar el éxito sobre Lanús fue clave la actuación de Sebastián Acosta, quien encontró una puntería formidable desde el perímetro, anotando 9/13 en triples y totalizando 29 puntos, para ser el goleador de la noche. Pero además de lo hecho por el “Negro”, se ratificó la mejoría colectiva, sobre todo a partir del tercer cuarto, cuando los dirigidos por Santander consiguieron mayor agresividad en defensa y liquidaron el pleito.

Algo aletargado empezó Regatas y Lanús, con la potencia interior de Taylor (terminó con 10 puntos el primer cuarto) y la presencia intimidante de Smith (3 tapas) empezó a tomar las riendas del juego. Incluso metió un parcial de 18-10 en los 6:45 iniciales. Al equipo del parque Mitre le costó contener a Taylor, pero además mostró serias falencias en ofensiva. Los porcentajes de cancha fueron demasiado pobres (5/19, apenas el 26% de eficacia) y con eso fue imposible intentar equilibrar la balanza. El período, entonces, fue plenamente justificado por el “granate”: 23-16.

Le costó reaccionar a Regatas, que de arranque nomás en el segundo cuarto recibió un “bombazo” de Ramón (16-26). Sin estar sólido en defensa, tampoco encontró claridad en ataque y por eso el visitante, rotando bastante incluso, siguió manejando con comodidad el desarrollo obteniendo diferencias que oscilaron los 7 puntos. No obstante, faltando poco más de tres minutos, Santander ordenó defender en zona y complicó a Lanús (1/7 triples en ese segmento), que además perdió el orden para el retroceso defensivo.

Un robo, con corrida y volcada incluida de Kammerichs, puso al frente a Regatas (36-34) e hizo estallar a la gente. Aunque la explosión de júbilo se dio con el cierre, cuando Montecchia, exigido por el reloj y desde incómoda posición, lanzó un triple con una mano y la metió para ir al descanso largo 39-35 arriba.

El quiebre en el partido lo dio Regatas en el tercer cuarto, cuando dobló marcas sobre Taylor y le hizo perder varios balones a Lanús. Para más, Acosta “calentó” la mano y todo lo que tiraba desde el perímetro iba adentro. Eso fue cercenando la moral “granate” y aunque el resultado no parecía lapidario, la salida de Funes (se hizo cobrar un técnico) sobre el cierre del período, casi sentenció sus ilusiones. Porque solo Taylor no iba a desestabilizar a un Regatas que siguió lastimando con Acosta (siete triples en el segundo tiempo), pero también tuvo pasajes interesantes en conjunto.

Ahora tiene que enfocar la mirada en Peñarol, porque como pidió su gente: “el domingo, cueste lo que cueste... el domingo tenemos que ganar...”.

Síntesis
Regatas (89): Alejandro Montecchia 8, Sebastián Acosta 29, Jermaine Watson 11, Roberto López 7, Damián Tintorelli 5 (FI); Federico Kammerichs 12, Luis Cequeira 6, Ramzee Stanton 11, Damián Pineda 0 y Mariano Fierro 0. DT: Silvio Santander.

Lanús (76): Julián Olmedo 0, Ronald Ramon 12, Fernando Funes (x) 17, Terrell Taylor 23, Larry Smith 9 (FI); Alejandro Alloatti 0, Diego Prego 6, Juan Pablo Sánchez 0, Nicolás Laprovittola 7, Juan Catalano 0 y Sebastián Chaine 2. DT: Alvaro Castiñeira.

Árbitros: Diego Rougier y Oscar Martinetto.
Parciales: 16-23, 39-35 y 68-58.
Estadio: Regatas.

Nota: Carlos Zeniquel (h) – Diario Época