Comenzó la fiesta

Anoche comenzó la gran fiesta que la NBA prepara cuando su ardua y extensa temporada regular alcanza la mitad de su recorrido con todo el buen gusto, el glamour bien entendido, la profesionalidad, el show y la calidad que solo la mejor liga del mundo puede otorgar.

El lugar elegido este año para la edición número 58 fue Phoenix, ciudad que ya había tenido el privilegio de albergar el clásico de mitad de temporada durante los años 1995 y 1975. El “circo” llegó al desierto de Arizona y se quedará hasta el domingo, día en el que tendrá lugar el esperado partido de estrellas.

La velada abrió con una simpática propuesta: Se trató del partido de los famosos, en el que participaron ex jugadores, actores, jugadoras de la WNBA, miembro de los famosos Harlem Globetrotters, quienes tuvieron tiempo de realizar su propio show (la pelota “yo-yo”, el balde con papelitos), como así también Terrel Owens, un reconocido jugador de fútbol americano que actualmente milita en los Dallas Cowboys.

Entre las 16 celebridades se formaron dos equipos que estuvieron dirigidos nada menos que por Magic Johnson y Julius “Dr J” Erving. Los ex jugadores que participaron del juego fueron Clyde Drexler, Dominike Wilkins, Rick Fox y Dan Majerle. Por su parte, Lisa Leslie (Los Angeles Sparks) y Kara Lawson (Sacramento Monarchs) fueron las representantes del básquetbol femenino estadounidense.

El estadio, como siempre, luce como esas heladeras en las cuales ya no caben más imanes, aunque no solo en las gradas. Como ya es costumbre, la atención del espectáculo no solo está centrada en lo que puedan aportar los jugadores dentro del rectángulo de juego, sino que también, alrededor del mismo, conviven muchas otras atracciones.

Los afortunados que consiguieron su ticket, como así también los que los seguimos por tv, tuvimos la posibilidad de ver jugadores, que permanentemente fueron entrevistados (algunos se animaron unos swings en una “mini golf”), como así también la prensa, que monta un gran “operativo” para la cobertura durante todo el fin de semana. Se observó a LeBron James - luego Pau Gasol - compartiendo la trasmisión en el partido de novatos y jugadores de segundo año, como así también a Dwight Howard y Dwyane Wade, quienes fueron los encargados de presentar a los protagonistas y, además, hicieron las vences de técnicos.

Como cada año, los viernes están dedicados al partido entre los rookies (jugadores de primer año) y los sophomores (jugadores de segundo año), equipo en el que jugó nuestro Luis Scola, quien participó por segunda de vez de este espectáculo, ya que el año pasado – en New Orleans – el argentino estuvo del lado de los novatos. El Luifa cerró la noche con 6 puntos (3/6), 6 rebotes y 2 recuperos en 18 minutos. Su estilo de juego no encaja con lo que se espera en estos partidos plagados de jugadas vistosas y vertiginosas.

Si bien es una simple anécdota, el encuentro fue para los más “veteranos” por 122 a 116 con la figura descollante de Kevin Durant, quien fue el MVP del juego tras hundir 46 puntos (17/25), a los que acompañó con 7 rebotes y 4 asistencias. Del otro “bando”, el rookie de los Miami Heat, Michael Beasley, fue el máximo anotador con 29 tantos.

Como suele ocurrir en los partidos de estrellas el juego comienza a intensificarse a medida que se acerca el final. Sin embargo, el partido no careció de jugadas espectaculares: Alley - oops, transiciones rápidas y volcadas estuvieron a la orden del día.

La gran fiesta de la diversión está en marcha. Es la única oportunidad de ver a las grandes estrellas divirtiéndose plenamente dentro de la cancha sin la presión de tener que rendir para ganar. Una costumbre que la NBA nos regala desde hace ya 58 años.

Foto: Gentileza NBA.com

Sebastián Ciano
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