Con una primera mitad de ensueño por parte de Yao y un Scola impecable en defensa los Rockets apabullaron a Portland y se robaron el primero del Rose Garden 108 a 81. El Luifa terminó con 19 puntos y anuló a LaMarcus Aldridge. San Antonio cayó en casa ante los Dallas Mavericks 105 a 97 y está 0-1. Oberto no ingresó. Ganaron 3 visitantes en los primeros 4 encuentros de la postemporada.
Autor:Sebastián Ciano (sciano@pickandroll.com.ar)
No podía haber sido mejor el comienzo de los playoff para los Houston Rockets, ni en los mejores sueños de Rick Adelman el partido se hubiese dado de esta manera. Su equipo aplastó a los Trail Blazers a domicilio por 108 a 81 para adelantarse 1-0 en la serie, robándoles así la ventaja de localía.
Todo se dio a pedir de los Rockets, que venían con el golpe anímico que significó el haber perdido la ventaja de localía en la última jornada de la fase regular. No obstante, en la cancha no se vio un equipo bajoneado, sino todo lo contrario. Houston fue una verdadera máquina durante los 48 minutos de acción, sobre todo en el costado defensivo.
Allí, nuestro Luis Scola jugó un papel fundamental. No solo cerró su planilla con 19 puntos (7/9 de cancha y 5/6 desde la línea) sino que, a pesar de su excelente planilla, su mejor trabajo se vio en defensa. El Luifa anuló durante toda la noche a LaMarcus Aldridge, lo que quizás haya sido una de las clave más importante del juego.
Los Rockets arrasaron con Portland en la primera mitad, que ganaron 62-44.Su juego prácticamente no tuvo fisuras, fue todo de Yao Ming. El chino se divirtió en la cancha: Anotó 24 puntos en 19 minutos, con un impecable 9 de 9 de campo y 6/6 en libres. También tomo 7 rebotes. No importaba a quien tenia enfrente, ni Joel Przybilla ni Aldridge encontraron la formula para frenarlo.
Scola alejó del canasto al ala pivot de los Trail Blazers, quien tiró 2/9 para un total de 4 puntos en los primeros dos cuarto (terminó con 7 y 3/12). Mientras tanto, en ataque el porteño convertía lo que le dejaban (4pts, 2/2).
La principal clave de los Rockets estuvo en contener tanto a Aldridge como a Brandon Roy, quien nunca tiró cómodo. El escolta estrella de los Blzaers hizo 21 puntos, con 10/23 de cancha.
Promediando el segundo cuarto, Portland logró ajustar su defensa mediante una buena presión sobre el portador del balón (Kyle Lowry estaba en cancha). Los de Nate McMillan llevaron el juego a un terreno físico, de esa manera frenaron a los Rockets, que estuvieron 7 posesiones sin convertir ningún gol de campo.
Sin embargo, el local no lograba capitalizar en ataque. Ron Artest hacía un buen trabajo sobre Roy, que cuando podía escapar a la marca del ex Sacramento, se encontraba con la ayuda correspondiente. Así de prolijo era Houston defendiendo.
En el comienzo de la segunda mitad, la intensidad siguió siendo la misma. El local no solo no encontraba tiros cómodos, sino que además no tampoco anotaron con buenos porcentajes a pie firme (tiraron para un 41,7%).
Toda la “furia” que Houston ponía en defensa no lograba dejarla a un lado a la hora de atacar, por lo que comenzaron a sucederse los errores, sobre todo de Aaron Brooks, quien picaba mucho el balón. De todas formas, sin darle juego a Yao (jugó solo 6 minutos en la segunda mitad), los Rockets continuaron sacando ventaja desde la línea (8/9).
En ese pequeño lapso de confusión de Houston (2/6 de cancha), Portland logró meter un parcial de 6-0 y achicar la diferencia (55-74), pero rápidamente el equipo texano respondió con una idéntica ráfaga para volver al orden. El último cuarto estuvo de más.
Brooks fue el máximo anotador de los Rockets con 27 puntos, a los que les sumó 7 asisitencias. Artest terminó con 17. Los dirigidos por Adelman tiraron para un 58,5 % de cancha. Para el local, además de Roy, Gregg Oden – hizo su debut en postemporada – se mostró activo y, desde el banco, aportó 15 puntos, con 6/7 de campo, y 5 rebotes.
El segundo partido de la serie se jugará el próximo martes nuevamente en el Rose Garden, de donde los Rockets se fueron con una sonrisa de oreja a oreja.
Los Mavericks golpearon primero
Solo los propios Spurs saben cuál es la sensación que quedó en el vestuario luego de la derrota de anoche ante los Mavericks por 105 a 97 en el AT&T Center. Quizás nos enteremos por el “estado” de Manu en su perfil de Facebook, pero de seguro que no será nada buena.
Tal como lo expresara Tim Duncan luego de la derrota que le dio a Dallas la ventaja de localía en la serie que ahora lideran por 1 a 0, San Antonio ya ha pasado por esto en otras ocasiones. Desde 2000, los Spurs perdieron el primer juego de una serie en cuatro oportunidades, sin embargo ahora parece ser diferente. Mucho tendrá que ver la ausencia del bahiense.
El equipo de Gregg Popovich hizo todo para ganar el juego, pero la visita tuvo una tremenda segunda mitad, en la que metió 60 puntos en gran parte gracias al aporte de los suplente. Con Dirk Nowitzki afuera con tres faltas, los que tomaron la batuta fueron el puertorriqueño José Barea y Brandon Bass, quienes aportaron 13 y 14 puntos, respectivamente. Por su parte, Jason Terry sumó 12, también desde el banco.
Tim Duncan cumplió con una muy buena noche: El de Islas vírgenes cerró el partido con 24 puntos (13/24) y 9 rebotes, mientras que Tony Parker metió 24, aunque metió 9 de 22 de cancha y, por momentos, fue muy individualista. Spurs tuvieron un gran porcentaje en triples, convirtiendo 11 de 14 (78,6 %), aunque tampoco fue suficiente. Ahora tienen que pensar en ganar al menos uno en Dallas.