La vida y algo más

Hay muchas razones para explicar porqué puede considerarse el partido de anoche como la mejor actuación de Scola en la NBA, lo que no tiene muchos argumentos es el rumbo que ha tomado la serie a lo largo de los 6 encuentros.

Anoche Houston sabía que no había mañana, que era ganar o ganar aunque enfrente estuvieran nada menos que los Lakers, pero de su lado no contaban con Yao Ming. También eran concientes de haber perdido por 40 el quinto punto, con una actuación flojísima que dejó a su rival en las puertas de la próxima ronda. Pero ayer más que nunca, el todo fue más que la suma de las partes para los Rockets, y dentro de esas unidades que formaron el conjunto, Luis Scola tuvo brillo propio.

Los Rockets dieron una clínica de cómo jugar en equipo una vez más en su Toyota Center y derrotaron a los Lakers por 95 a 80 para igualar nuevamente la serie (3-3) y llevarla a un séptimo partido, que se llevará a cabo en Los Angeles el próximo domingo, a las 16.30 de nuestro país.

Lo mejor que les podía haber pasado a los Rockets fue haber salido a jugar como si realmente la llave estuviera cero a cero. La actitud en defensa y la movilidad en ataque no fue la misma que la del martes, porque tampoco Houston fue el mismo equipo.

Desde un principio puso la bola en la pintura para Scola, y por eso el Luifa metió los primeros 6 puntos de los Rockets (6-1). Al margen que los tiros a pie firme anoche sí entraban, los texanos volvieron a tener un arranque demoledor de la mano del argentino, quien metió 12 tantos y bajó cuatro rebotes para que su equipo tomara una ventaja de 21-3.

Ni el más optimista hincha de los Rockets hubiese pensado en ese comienzo, parecía que los equipos tenían las camisetas cambiadas con respecto a lo ocurrido en Los Angeles dos días atrás. Battier, más que la defensa fue la sombra de Kobe: Lo limitó a tomar tiros a media y larga distancia en toda la noche, dejándolo en 4 puntos durante el primer cuarto, con 2/8 de cancha. Los Lakers, desconocidos y desconcertados, terminaron dicho parcial tirando para un 30 %, por lo que los Rockets se fueron al primer descanso ganando 27-15.

En el segundo chico apareció algo de Bryant, que contó con un poco de ayuda de los suplentes para que los Lakers achicaran un poco el margen (19-27). Sin embargo, la diferencia siempre rondó entre los 12 y 14 puntos, nunca pudieron acercarse más que eso.

Los dirigidos por Phil Jackson crecieron a partir del ingreso de Jordan Farmar (8 pts, 2 reb y 3/4 de cancha), sin embargo los Rockets, pese a tener dos pérdidas de balón en el inicio del cuarto, se mantuvieron en base a triples (4/7). Scola metió 4 puntos más, y terminó la noche con 24 tantos (10/17 en dobles y 4/5 en libres) – empató su récord de playoff -, 12 rebotes y 2 asistencias en 39 minutos. Los Rockets se fueron al descanso 52-36.

En el tercer cuarto comenzó un partido diferente. L.A puso más énfasis en la defensa, forzó 5 pérdidas de Houston (1/6) y metió un parcial de 16-2 con el que se acercó 52-54. Pero el local, que mentalmente estaba óptimo, se recuperó mediante una ráfaga de 10 a 0, sacó nuevamente 12 de diferencia y nunca más volvió a sufrir. Aaron Brooks clavó 7 puntos en el parcial y encabezó a su equipo con 26 tantos, producto de 5/9 en dobles, 3/4 en triples y 7/7 en libres. Terminó por definir el encuentro con dos largos dobles en los últimos dos minutos, que pusieron el marcador 88-75.

Bryant fue el goleador de la noche con 32 puntos, aunque tiró 11 de 27. Pau Gasol lo siguió con 14 y 11 rebotes, al tiempo que Farmar aportó 13 desde el banco. Los Lakers terminaron con un pobrísimo 35,7 % de cancha y 5/23 en triples (21,7 %).

En el equipo de Rick Adelman hay que hacer un párrafo aparte para Carl Landry, quien jugó una segunda mitad fabulosa y cerró su planilla con 15 tantos (6/6) y 9 rebotes. Ron Artest, por su parte, sumó 14.

Scola jugó su mejor partido en la NBA – por sus números y por lo que transmitió en cancha – en el partido más importante de los Rockets en los últimos 12 años. Con todo su amor propio, los Rockets enfrentarán un séptimo partido a todo o nada en el que, saben, será más crucial para los Lakers que para ellos. Seguramente volverán a dejar la vida y un poco más.

Foto: Gentileza Getty Images.

Sebastián Ciano
www.pickandroll.com.ar