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Se dio por terminado el encuentro y Kobe Bryant comenzó a saltar de la alegría en el medio del rectángulo de juego. Es que el quinto partido de la serie ya era historia, el 99-86 quedó grabado a fuego para siempre: Significó el título número 15 de los Lakers en la historia de la franquicia, le segunda más ganadora de la NBA.

Pero este no fue un anillo más para Kobe. Se habló mucho de su incapacidad para llevar adelante a los Lakers por sí solo, sin la gran sombra de Shaquille O’Neal, que desde hace 7 años lo acompañó en cada final y partido de postemporada. Pero lo dejó atrás. Bryant ganó el cuarto título de su carrera y, por fin, logró ser el líder absoluto de Los Angeles. El trofeo al jugador más valioso de la serie (rebautizado con el nombre de Bill Russell) dio cuenta de ello.

Los Angeles es, sin lugar a dudas, un merecido campeón de la NBA. Su jerarquía fue muy superior con respecto a la de los Orlando Magic, sobre todo en los momentos claves de la serie, como fueron los dos suplementarios (en los juegos 2 y 4). La experiencia fue un factor decisivo e influyente que le otorgó un plus a los Lakers, desde los jugadores hasta el banco, con el duelo entre Phil Jackson, máximo ganador en la historia con 10 campeonatos, y Stan Van Gundy, a quien se le han criticado ciertas decisiones.

Bryant volvió a ser figura con sus 30 puntos, 6 rebotes, 5 asistencias y 4 tapas. Pau Gasol, quien consiguió el primer anillo de su carrera (entró a la NBA en la 01/02) terminó de gran manera estas finales: Cerró su planilla con 14 tantos (6/9), 15 tableros y 4 bloqueos. Impuso su presencia en la pintura, tanto en ataque como en defensa, durante todo el partido, el que mejor jugó a lo largo de la serie.

Orlando volvió a comenzar mejor, y se fue diluyendo a medida que se acercaba el entretiempo. El primer cuarto lo ganó 28-26 gracias a un juego de mucha movilidad de balón, rotaciones y “solidaridad”. Nadie se quedaba quieto en las ofensivas y fue por eso que, salvo Nelson, todos los jugadores de los Magic que pisaron el rectángulo habían anotado. Con lanzamientos cómodos, el dueño de casa se adelantó 15-6.

Sin embargo parecía poco ante un equipo de Los Angeles que, pese a no mostrar un buen nivel, no permitía que Orlando se despegue. Andrew Bynum tomó un inusual protagonismo en los primeros dos cuartos con 11 lanzamientos, pero no lograba hacer la diferencia (solo metió 3) que sí hizo con los rebotes (5, 4 ofensivos). Quien sí lo hacía era Gasol, autor de 6 puntos (3/3), 7 rebotes y 3 tapas; Asimismo, complicó a Howard mientras tuvo la responsabilidad de marcarlo.

El equipo de Jackson no tomaba buenos lanzamientos en el primer cuarto (9/25), pero en el segundo tres triples consecutivos - Odom, Fisher y Ariza - encabezaron un parcial de 16-0 con el que los Lakers pasaron al frente 52-40. Los Magic perdieron la brújula: Entregaron 7 veces el balón en el cuarto y erraron 12 de sus 20 tiros al aro. De esta manera, los Lakers se iban al descanso arriba 56-46.

La visita terminó de hundir a Orlando en el tercer parcial, que ganó 20 a 15. Cuando parecía que los Magic se volvían a meter en juego, Odom (17 pts y 10 reb) sacó a su equipo del letargo con dos triples consecutivos que puso el marcador 64-53. El local se desmoralizó, erró mucho (5/19) y perdió definitivamente las riendas del encuentro.

Howard nunca pudo tomar el protagonismo que se esperaba luego de “triturar” a Cleveland en las finales del Este (25.8 pts, 65.1 %, 13 reb). Los Magic no encontraron la forma de hacer valer todo el poderío de su jugador más dominante, lo abastecieron poco y nunca fue determinante, aún en la victoria. Es más, recordará toda su vida esos dos libres fallados a falta de 11 segundos, durante el partido 4, con su equipo ganando por tres, que permitió que Fisher clavar el triple del empate.

El último cuarto estuvo de más. Orlando intentó reaccionar, pero los Lakers nunca se consideraron campeones hasta que el reloj llegó a cero. A partir de ese momento solo entraba la alegría de Los Angeles en el Amway Arena, y en medio de toda esa felicidad, Kobe Bryant, ahora sí líder, demostraba la suya saltando como un loco en el medio de la cancha.

Fotos: Gentileza ESPN.com

Sebastián Ciano
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