Cuando no hay palabras

Toda la vida viendo los festejos mundiales desde un costadito, o ni siquiera llegando a ese tipo de certámenes, que la celebración de hoy estuvo bien merecida. Luego de triunfar ante Canadá y desparramar alegría sobre el parquet que minutos más tarde fue utilizado para conocer al campeón del mundo, nuestras chicas se dirigieron al hotel.

Allí acomodaron sus bolsos, se bañaron y retornaron al estadio, para observar el cierre del partido entre Estados Unidos y España. En la final no hubo perdedores, ya que las ibéricas festejaron su segunda colocación, y dentro de ese marco, se le dio paso a la ceremonia de finalización del torneo.

Las lagrimas criollas a esa altura ya se habían agotado. Si bien desde el primer triunfo ante Corea la emoción desbordó a más de una, el punto más alto de emotividad se vivió ante Rusia, cuando la celeste y blanca se metió entre los cuatro mejores del globo. Hoy se lloró, pero el hecho de haber concluido el torneo y saberse con una medalla colgada pudieron más, y por tal motivo es que hubo más sonrisas.

Argentina ocupó su lugar en el podio con la misma determinación que fue característica de este equipo durante todos los días del certamen. Desbordadas de felicidad, nuestras chicas no pararon de sonreír un solo segundo, y una vez recibidos sus galardones, no se cansaron de posar para las cámaras propias y ajenas.

Pese a que primero y segundo de la competencia ya habían abandonado el rectángulo de juego, a la selección aún le quedaba mucha cuerda para continuar regalando alegría. La gente (bastante en esta última jornada) se volcó al parquet, y no solo pidió fotos con las nuestras, sino que además en más de un caso entregó obsequios a las nuestras sin reclamar nada a cambio.

Teniendo como última barrera el reloj, las nuestras retornaron al hotel, para bajar sus bolsos, ubicarlos dentro del colectivo y emprender viaje hacia el aeropuerto internacional, donde en menos de dos horas se subieron al avión y comenzaron el operativo retorno. En la misma aeronave también se traslada España, así que la celebración esta garantizada. El único desafortunado será Brasil, que con un noveno puesto que no llegó a colmar sus expectativas, deberá unirse a una fiesta que le es ajena, o bien, hacer oídos sordos durante muchas horas.

Una vez arribados a Frankfurt se hará el último intento para que Nayla Kraft llegue a nuestro país junto con el resto de la delegación, ya que por la baja de Macarena Rosset y el cambio de pasajes la actual jugadora de Lanús, sumada al dirigente Vicente Castellano, en teoría, deberían esperar casi un día para continuar viaje.

De no mediar inconvenientes, el máximo orgullo del básquet femenino de todos los tiempos estará pisando suelo argentino alrededor de las 19 de mañana. En tanto Dora Rodríguez, la jueza nacional que dijo presente en el certamen, llegará el próximo miércoles por la tarde.

El que quiera ir a recibir a nuestras chicas al aeropuerto internacional de Ezeiza, está invitado. Superando cualquier logro de la rama femenina e igualando el máximo galardón alcanzado por una selección menor masculina (3er. puesto en Saytama), el bronce obtenido por ellas no amerita algo menor.

Foto: Emanuel Niel (eniel@pickandroll.net)

Emanuel Niel – Enviado especial a Bangkok
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