Pese a que a principio de viaje creían que la materia prima iba a escasear, en el último día de estadía en Bangkok se corroboró lo contrario. A nuestras chicas le sobró yerba, y antes de retornarla al país decidieron tener un buen gesto de solidaridad con otro compatriota, y dejársela como obsequio.
Es que por la poca cantidad con que cuenta de esta infusión, nuestro embajador en Tailandia, Felipe Frydman, debió tomar la drástica medida de utilizar el mate solo los fines de semana, para racionar al fiel compañero argentino y que nunca le falte.