El elenco de América del Norte siempre se muestra como un bicho raro. Con una forma muy particular de tomarse los juegos, casi sin expresar emociones y más de una vez, haciendo del desconcierto su fórmula favorita, a simple vista y por lo hecho hasta aquí, las canadienses estarían un escalón debajo de las cubanas a nivel rendimiento.
Ayer con todo a su favor para dar vuelta el cotejo ante Brasil, el cuerpo técnico no hizo el más mínimo intento por revertir la situación cuando las cariocas buscaron desperar. No hubo minuto, ni cambios, ni pedidos al equipo para que cambie la rutina, tanto defensiva como ofensiva, las cuales se fueron muriendo en la monotonía de la repetición automática.
Si bien no ha descollado hasta aquí, habrá que tener especial cuidado con lo que pueda hacer la Nº8, Kimberley Smith, jugadora de Sacramento en la WNBA.