Subcampeonas de América

La selección nacional contó con una elaboración técnico – táctica tan precisa durante los diez minutos, que ese se convirtió en el cuarto mejor jugado por las nuestras en todo el torneo. Apoyadas sobre una defensa que no dejó respirar a Helen Luz y siempre plantó a sus dos jugadoras grandes cerca del cilindro, Argentina tomó las riendas del cotejo desde el inicio mismo.

Con Carolina Sánchez volcando su experiencia en puntos, las nuestras le generaron un problema tan grande a Brasil, que al llegar a la mitad del periodo la brecha entre ambos elencos era de seis, 10 a 4, y de la cosecha ajena, solo tres unidades habían provenido de un tiro de campo. Un certero triple de Reggiardo estiró la brecha a ocho, 13 a 5, a falta de un minuto para concluir el primer chico, y a partir de allí se inició una sequía anotadora para las nuestras, que recién concluiría sobre el cierre del periodo siguiente.

La celeste y blanca inició el segundo cuarto con ventaja de seis, 13 a 7, pero tardó (contando el segmento anterior) más de ocho minutos en volver a amigarse con el cilindro, y para cuando Sánchez acertó de tres, el tanteador encontró a las nuestras abajo, 16 a 23.

Para dar vuelta las acciones, el elenco anfitrión debió ajustar las marcas, replegarse cerca de su cilindro para no permitir los rompimientos que tanto daño le hicieron al comienzo y a su vez, mostrarse más agresivo para cortar la primera línea de pase. En ataque, mover a sus internos, haciéndolos jugar con mayor presencia física y sacando rédito de la diferencia de talla, para generar una vía de gol confiable.

Argentina compuso su imagen sobre el final, con una rotación de equipo que no desentonó en demasía y no dejó terminar de despertar al monstruo. Luego de un magro cuarto, se fue al descanso largo tan solo cuatro puntos debajo de su contrincante, 21 a 25.

Si bien con el retorno de vestuarios la selección nacional pudo mejorar su problema de anotación y equilibró el trámite a través de un buen seguimiento de Cava en el traslado rival y una ráfaga de puntos aportada por Pavón; en la segunda parte del periodo Brasil sacó a relucir su poder cerca de los cilindros, sobre todo en ataque, teniendo como abanderada a Alessandra, quien se despachó con ocho tantos.

A través de esa formula las dueñas de casa plasmaron la diferencia física en el tanteador, y de ganar por tan solo cuatro, se dispararon a 13 en menos de cuatro minutos, y cerraron el tercer chico con una luz de 15 unidades, 50 a 35. Como para completar el panorama, cuando la pintura se vio muy convulsionada, el gol exterior apareció para auxiliarlas.

Si bien Argentina no dio por entregado el partido, con oficio, las brasileñas lo fueron cerrando a su favor sin pasar sobresaltos. Con corazón, Argentina descontó la distancia y se colocó a 13 (46 a 59 a falta de 4:17), pero Bassul pidió minuto, acomodó las piezas en el tiempo muerto, y devueltas en cancha, sus jugadoras marcaron un parcial de 6 a 0 en 60 segundos, lo que disipó cualquier complicación.

Si bien no fue la mejor noche de los jueces, Brasil, a través de su oficio, esgrimió argumentos suficientes como para quedarse con la victoria por 71 a 48 y de esa manera coronarse una vez más campeona de América. A pesar de esto, la labor de nuestras chicas a lo largo de todo el torneo, e incluso, en gran parte del juego, es digna de admiración y respeto, ya que por primera vez jugaron una final continental, y lo más importante… nos vemos en Praga.

Síntesis

Argentina (48): Sandra Pavón 9, Marina Cava 7, Paula Gatti 0, Carolina Sánchez 13 y Florencia Fernández 8 (X) (inicial); Marcela Paoletta 0, Agostina Burani 0, Noelia Mendoza 0, Nadia Flores 0, Melisa Cejas 0, Paula Reggiardo 11 y Constanza Landra 0. DT: Eduardo Pinto.

Brasil (71): Adrianinha 9, Helen Luz 5, Fernanda 13, Alessandra 12 y Dantas 7 (inicial); Karen 7, Franciele 0 y Silvia 18. DT: Paulo Bassul.

Parciales: 13 – 7 / 21 – 25 / 35 – 50.
Árbitros: Torres Gordillo – Townsend – Schaer Araya.
Estadio: Aecim Tocantins.

Emanuel Niel – Enviado especial a Cuiabá
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