Yo te Bi-campeón

Que cosa linda cuando la gente se divierte. Las caras del final derrochaban emoción, lágrimas, muchas lágrimas por la angustia contenida y por la certeza que ser parte de la historia te hace mejor al alma. Quién se pierde manifestaciones del deporte como las vividas anoche en el polideportivo Islas Malvinas, se está perdiendo de mucho.

Peñarol se consagró por segunda vez en 48 días ante su gente, pero esta vez el título es de la mayor jerarquía imaginada. Son listones de oro que se graban a fuego en la camiseta. Es la segunda vez que el Club Atlético Peñarol de Mar del Plata se corona como el mejor equipo de básquet de América. Esto es un hito para un club de barrio.

Debió renegar contra su alma (levantando la vista y pidiendo a Dios cada tanto una mano) y contra el oponente hasta que en el último segundo un bendito rebote quedó boyando en manos ajenas y el reloj llegó a cero. Sólo entonces pudo descargar el grito contenido.

Sucede que Halcones de Xalapa fue un rival de alto vuelo, inteligente y con una personalidad digna de un campeón. Halcones perdió dos partidos en finales cerrados, jugando realmente muy bien. Los mexicanos defendieron con orgullo su bandera, aunque haya un uruguayo y un argentino entre sus filas.

La noche tuvo un dueño y ese fue Kyle Lamonte, que llegó en enero al país y rápidamente se amoldó al equipo. Fue tomando su protagonismo. A veces excesivo, siempre agresivo, cada tanto rachero, pero en circunstancias extremas demostró que sus fibras están hechas de un jugador ganador. Disfrutó el partido, pidió el balón y cuando los nacionales de Peñarol se dieron cuenta de dos cosas: primero que ninguno tenía una buena noche con el aro, segundo que Lamonte era incontenible, sin disimularlo jugaron todos los “aclarados” necesarios para que Lamonte siga produciendo.

Sin empacho la orden fue clara: Si Halcones tiene un problema con Lamonte que lo resuelva, mientras tanto, cuatro abiertos y Kyle por el eje haciendo estragos. En el momento que mejor jugó Halcones, cuando encontró gol para levantar el partido, un solo jugador se encargó de llevar la ofensiva de Peñarol y ese jugador, tuvo su reconocimiento en el final, definiendo el partido y siendo el MVP del torneo.

El equipo de Sergio Hernández fue más en el comienzo del partido y dominó con autoridad el primer tiempo. El primer quiebre lo tuvo a los 7 minutos, cuando sacó una distancia de 10 puntos (18-8). La receta de la final para el local fue: muy poca rotación. Los primeros 10 minutos transcurrieron sin cambios y se podría decir que la rotación táctica en todo el partido fue apenas de 6 jugadores, sumando luego a Vega y Diez para darle aire al perímetro y al juego interior. Tato Rodríguez, Kyle Lamonte, Marcos Mata y Facundo Campazzo, se repartieron casi la totalidad de los minutos de la media cancha.

Halcones salió a proponer su juego de altas posesiones pero le salió mal porque no encontró buenos tiros. La defensa de Peñarol otra vez hacía su negocio. De todos modos no se puede adjudicar todo al mérito defensivo, también hubo mala puntería con 0/8 en triples y 6/12 en dobles. La ofensiva de Peñarol recayó en el primer cuarto en Tato Rodríguez (6), Lamonte (6) y Leiva (8).

En el segundo cuarto fue Leo Gutiérrez quien se despertó en ofensiva (8). Leo venía haciendo de todo para el equipo, reboteaba, asistía, empezaba la jugada por el eje y luego iba a para adentro generando espacios, forzando a la defensa, pero no estaba anotando. Leo demostró anoche que buen jugador de equipo es y como se acomoda también bajo las circunstancias al rol que le den.

Halcones sufrió una gran mejoría en el segundo cuarto (27-24) sin sus dos jugadores franquicia. Afuera Leandro García Morales y afuera Jack Martínez. El espigado alero Alonso pasó a jugar de ala pivote y el equipo igualó la velocidad que imponía Peñarol. De todos modos, Hernández aprovechó un ratito para rotar y con Campazzo, Vega y Mata en la media cancha, más cuatro puntos de Ale Diez, sacó una diferencia de 12 (44-32). Pero tres libres de Leandro García Morales a falta de 4 segundos dejó la diferencia en 9 puntos al término del primer tiempo. Peñarol era el dueño del partido.

En el tercer cuarto el juego cambió por completo. Halcones subió la defensa, fue mucho más incisivo para atacar al hombre sin balón y dejó sin juego de pases al local. Alonso hizo un trabajo defensivo impecable sobre Leo Gutiérrez y la versatilidad de Gerald Brown como base fue mucho para la media cancha rival.

A falta de 2:20 para el cierre del tercer parcial y ante la incredulidad de todos, Halcones por primera vez tomó la delantera del tanteador (50-51). Peñarol llegó al final de cuarto anotando solamente 8 puntos y todos mediante los tiros libres, con 6 de Lamonte y 2 de Tato. Con Halcones estaba ganando por cuatro (50-54), en su mejor momento y con Peñarol sin haber anotado un solo tiro de cancha en todo el segmento, Tato Rodríguez metió dos libres y luego Marcos Mata metió un triple (55-54) que debe haber dejado marcas en los sismógrafos en Mar del Plata. Hizo vibrar el cemento el aullido de la gente.

Es que no era para menos. Peñarol estaba condicionado, sin gol y perdiendo. Los hinchas sabían que cada punto era la vida. Por eso la angustia se trasladó al último cuarto, cuando el partido se hizo punto a punto. Peñarol seguía siendo Lamonte-dependiente mientras que Halcones contaba con un goleo más repartido.

Néstor García probó diferentes soluciones (y marcadores) contra el americano goleador milrayitas y las indicaciones eran claras. El técnico quería que le dieran el tiro antes que marcarlo cara a cara pegado, porque Lamonte rompía la primera línea y arriaba toda la defensa contra el aro provocando foules. Era preferible para el “Che” que tomara tiros más lejanos. De todos modos Kyle estuvo intratable y los tiros que tomó de más de 4 metros los metió casi todos.

A partir del minuto seis, Peñarol empezó a despegarse en el tanteador, merced un par de acciones defensivas importantes y sacó 8 de ventaja (78-70) cuando restaban dos minutos y medio. En un minuto, Halcones solo pudo descontar un punto de tiro libre (78-71). La distancia era de siete y restaban 90 segundos para el campeonato. La gente casi lo podía saborear.

Pero increíblemente se quedó sin nafta. Tato Rodríguez, el tirador más confiable desde la línea erró dos de cuatro, Leo malogró un triple por el eje solo y Lamonte otro triple, más un libre. Apareció el gran Victor Mariscal y con dos triples achicó distancias. Halcones forzó el rebote ofensivo, tiró mucho desde el perímetro pero a los ponchazos fue encerrando a Peñarol, hasta que Mariscal con dos libres a seis segundos empató el partido en 83 para ir a suplementario. La jugada del final Facu Campazzo lanzó una bandeja muy incómoda.

En el suplementario el partido fue gol por gol para el infarto. En una jugada épica, con Peñarol perdiendo por uno (87-88), al reloj de 24 segundos solo le restaba 2 sengudos cuando Mata abrió a la derecha y Tato Rodríguez lanzó sobre el sonido de la chicharra, saltando para atrás y casi sin poder armar el tiro. Lo más lógico hubiese sido que la tire a la platea, pero el base metió un triple antológico y puso a Peñarol dos arriba.

Como si los sufrimientos no hubiesen sido poco, Mariscal contestó inmediatamente de tres metiendo una daga en el corazón milrayitas (90-91) a falta de un minuto. Allí apareció otra vez el hombre de la noche. Lamonte no debía perder. Tomó el baló salió corriendo y cruzo la cancha como una saeta, metió un doble en bandeja con falta incluida (93-91) a falta 42 segundos. Luego ambos marraron sus tiros del final y a pesar que Halcones tuvo dos tiros en al última jugada no pudo forzar ni un nuevo suplementario.

Lamonte convirtió 18 puntos de los 25 puntos en el último cuarto y 7 de los diez en el suplementario. Fue el veneno paciente que mató los mexicanos. El que logró con talento darle la luz necesaria a Peñarol para alumbrar un nuevo campeonato, de la clase de título que se festeja toda la vida.

Síntesis
Peñarol (83) (93): S.Rodríguez 15, K.Lamonte 39, M.Mata 7, L.Gutiérrez 8 (x) y M.Leiva 12 (FI); F.Campazzo 8, S.Vega 0 y A.Diez 4. DT: Sergio Hernández.

Halcones (83) (91): P.Meza 0, L.García Morales 13 (x), N.Alonzo 13, V.Mariscal 17 y J.Martínez 19 (FI); O.Méndez 5, G.Brown 21, A.Parada 3, R.Marentez 0, V.Avila 0 y R.Castillo 0. DT: Néstor García.

Parciales: 20-15, 44-35, 55-54 y 83-83.
Arbitros: Reynaldo Mercedes (R.Dominicana), Jorge Vázquez (Puerto Rico) y Cristiano Maranho (Brasil).
Estadio: Polideportivo Panamericano (7500 espectadores).


Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.net)
Crónica: Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.net)