31/08/2010 15:35 | Campeonato Mundial Turquía 2010
Grupos “C” y “D”
Rusia si no sufre no vale
El conjunto de Europa del este no gana para sustos. Parecía que tenía cerrado su juego ante Costa de Marfil, pero estuvo a punto de perderlo. En el otro choque por la zona “C”, Puerto Rico doblegó a China y le puso pimienta al grupo. Por el “D”, Nueva Zelanda no tuvo mayores problemas con el Líbano.
Vassallo permite que Puerto Rico se saque la espina contra China (84-76)
22 puntos de Angel Vassallo dinamitaron el partido entre Puerto Rico y China. Los asiáticos salieron mejor pero muy pronto perdieron su ventaja y, pese a que mostraron su dignidad y nunca estuvieron fuera del partido, sólo Yi mostró argumentos para la remontada.
A la tercera fue la vencida. Tras quedarse a las puertas del triunfo contra Rusia y Grecia, mostrando una imagen muy seria en los primeros dos choques pero con un balance (0-2) que le obligaba a ganar ante China, la Selección de Puerto Rico pudo desquitarse. Dos en uno. Se sacan la espina en este Mundial y se vengan tras la eliminación en Japón 2006 a manos de los asiáticos, por el dichoso basket-average.
Y eso que en el arranque los chinos parecían más fuertes. Zhizhi Wang atravesó un momento de gracia que le permitió monopolizar el inicio del encuentro y, en cuanto la estrella Yi se unió a la piesta, China se disparó en el marcador (7-15, m.5). Puerto Rico pudo frenar la sangría en defensa y despertar en ataque, siempre de la mano de un Vasallo sublime, autor de 12 puntos en el primer cuarto. Él solo remontó el partido, aunque tuvo que ser Balkman el que pusiera a su equipo finalmente por delante (20-19, m.9).
China concluyó el cuarto con ventaja pero el ritmo ya lo marca su rival, que empezó a sumar de tres en tres para tomar seis de ventaja (32-26) en el ecuador del segundo. China respondía y por momento se veía un partido muy emocionante, un toma y taca constante, que rompía Vasallo, otra vez él, para poner a Puerto Rico con 7 de ventaja al descanso: 44-37.
El cuadro chino salió de vestuarios muy mentalizado y remontó en un abrir y cerrar de ojos, con un par de triples de Sun, aunque el espejismo duró muy poco y con Barea como director de orquesta, Puerto Rico se escapó (63-53, m.29), se relajó (67-64, m.32) y volvió a dejar las cosas claras tras una canasta de Balkman para poner la máxima (80-69, m.36).
China, muy pasiva en defensa, tampoco encontraba en ataque algo que acompañara a su orgullo y a la inspiración de Jianlian Yi, entrando el choque en una fase en la que hubo más emoción –poca- que canastas –cero, con dos minutos y medio finales llenos de imprecisiones que no pudieron mover el marcador: 84-76. Puerto Rico respira.
Rusia, a punto de llevarse la derrota más tonta (72-66)
Con 40 segundos en el marcador y 10 puntos de ventaja, Rusia estuvo bien cerca de perder el partido. Le salvaron los tiros libres finales y el punto de suerte que le faltó a una Costa de Marfil que anima todos los partidos que juega.
No anduvieron los rusos muy lejos de echarlo todo a perder el día que debían cumplir de forma funcionarial con lo que ya estaba escrito. Pero a Costa de Marfil no le apetece irse del Mundial sin una victoria y, aunque parece haber perdido la mejor oportunidad que le quedaba, deja buenas sensaciones y cumple una función merecedora de agradecimiento: animar los partidos.
Tras un desastroso primer cuarto, los rusos no hallaron ventajas consistentes hasta el segundo cuarto, cuando dos triples más una transición rápida lo dejaron en 22-12. Los europeos encontraban mejor ritmo con Khvostov de lo que habían gozado en el primer cuarto, con mayor movilidad en ataque y pases certeros al hombre libre. Dos triples de Monya parecía que habían de encarrilar la victoria rusa, pero Mamadou Lamizana imponía su físico en la pintura.
Costa de Marfil creaba problemas y mostraba una vez más en este campeonato su competitividad. Las malas elecciones de los jugadores de David Blatt les impedían anotar, hasta el punto que la combinación de todos los factores propiciaron un parcial de 5-14 para los africanos, que lo dejaban en un puño al descanso: 34-30.
Por momentos, los rusos se instauraban en una imagen calamitosa, con enormes problemas para generar juego ofensivo, leerlo y ejecutarlo, que valían un justificado enfado de David Blatt. Los de Randoald Dessarzin, menos talentosos, veían su oportunidad de victoria más cercana que nunca. Kaun, pese a ser el máximo anotador del equipo al tercer cuarto, encadenaba varios errores seguidos que permitían que los verdes empataran (40-40). La salida de Mozgov (y sus 9 puntos seguidos; terminó con 19 como máximo anotador) por el pívot del CSKA vino a arreglar un poco la situación.
Hasta por 15 llegó a ir perdiendo Costa de Marfil (63-48), que se repuso de la mano de Mohamed Kone (16 puntos al final). Aun así, Rusia lo tenía hecho. Hasta que sucedió una de las tonterías más mayúsculas del Mundial. Con 10 arriba y 40 segundos, Monya realizó una falta que completó con una antideportiva tras una patada a Guy Edi, que anotó 4 de los 5 tiros libres. Costa de Marfil acabó poniéndose a dos. El tema no fue a más, Rusia ganó de seis (72-66), pero bien cerca andó de apuntarse la derrota más estúpida del Mundial.
Nueva Zelanda arrolla a Líbano y se cita con los octavos (108-76)
El equipo oceánico dominó de principio a fin ante una floja selección libanesa y logró una renta suficiente de cara a posibles triples empates. Abrecrombie y Penney pusieron los puntos (49 entre los dos). Nueva Zelanda ha dado un paso de gigante para clasificarse para la siguiente fase después de vencer con claridad a una irreconocible selección libanesa.
El equipo neozelandés salió muy concentrado y a los pocos minutos de iniciarse el encuentro se ponía en clara ventaja gracias a un parcial de 13-2 que tenía a Thomas Abercrombie (espectacular mate final y 23 puntos) como gran protagonista. El alero kiwi fue el gran hombre de Nueva Zelanda junto a un Kirk Penney que volvió a marcarse una nueva exhibición ofensiva (26).
Esta vez fue una victoria de equipo, basada en una gran intensidad defensiva que, a través de la presión a todo el campo, permitió descubrir las carencias de un Líbano que sólo reaccionó tímidamente en el segundo cuarto cuando El Khatib (18 puntos) encadenó un par de acciones positivas en ataque.
Al descanso el equipo kiwi ya doblaba en el marcador (32-16) a su rival y el paso por los vestuarios confirmó la supremacía de estos en el partido. Líbano llegó a ponerse a 13 puntos pero fue un espejismo pues entonces surgió Penney (14 puntos en el tercer cuarto) para disparar a su equipo en el marcador con ventajas que superaron la treintena de puntos.
Líbano estaba desconcertada y rabiosa, quizá por ello enturbió el juego más de la cuenta y recibió una técnica (Freije) y una antideportiva (Vroman). Con el partido visto para sentencia sólo quedaba saber la diferencia final para hacer cuentas en caso de triples empates… aunque Nueva Zelanda esperará ganar a Canadá y olvidar la calculadora.