03/09/2010 09:21 | Campeonato Mundial Turquía 2010
La ciudad olvidada de Kayseri
(Diario de viaje) Dejamos Kayseri, una ciudad a la que, salvo otro torneo internacional, sería difícil volver y no justamente por ausencia de belleza. En el medio de la Anatolia, la región que de Capadoccia tiene un encanto especial, diferente. La estadía de 8 días en esta ciudad fue agradable, para descubrir también como las bellezas son ignoradas. Los vinos de la región
Autor:Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.net)
La belleza natural suele ganarle a la artificial. Kayseri es una ciudad de paso, de dormir y salir, de increíble belleza natural por el marco que contiene a la ciudad. En la Argentina se ubicaría entre San Luis y Mendoza, pero con 700 mil habitantes. Tiene su turismo invernal más que veraniego, pero en 100 km alrededor se puede hacer de todo, desde rafting hasta esquiar. Tiene cascadas y las excursiones a ese monumento geológico inolvidable llamado Capadoccia, declarado patrimonio de la Humanidad.
Es tentador contar lo que hay, pero lo pueden googlear y aprenderán más. Solo basta decir que vale la pena verlo en persona. No me impresiono fácil pero esto es belleza sin edición, por la geografía y por la historia de gente que vivió dentro de esas cavernas, cuevas, por los frescos pintados en lo que usaban como iglesias.
El viaje por la región, en una excursión donde fueron todos los periodistas acreditados de la sede (tres micros completos), fue cansadora, larga y bajo un hermoso sol de 40 grados. De todos modos, aprovechable. Paramos en una fábrica de cerámicos de excelentísima calidad y trabajo manual (fotos), donde era pecado no comprar un souvenir. Para mamá y mi hermana marchan dos apoya pavas de la hostia. Esta región tiene la producción de ladrillos y cerámicos más importante del país.
Otra parada obligatoria fue en una vinería con productos locales. Había una degustación que en mi vida ví que provocara semejante estampida. Más de 100 personas rodeando la barra para probar un poco de vino. De todos modos, desde ya, el tema me interesó.
Recorrí casi todo el local (muy bonito), ubicado la parte alta de un cerro. Tenía casi todos vinos de Turquía pero los precios eran caros. Para probar un vino que pueda cuesta lo mismo que un Rutini, hay que tenerse mucha fe para comprar. Así que espera un rato y cuando se despejó la muchedumbre (genios, muchos compraron!) me acerque a charlar con el que atendía.
Aunque originaria del Sudeste de Francia, como sabemos, la uva argentina es el Malbec. También tenemos en nuestro país el otro oro negro del mundo (no el petróleo) la uva Cabernet Sauvignon. Como Cristo vivió por estos lugares, me antojé de probar un buen Syrah (la uva que bebió en la última cena), pero hablando con el especialista local, me dijo que la uva turca por excelencia es el Merlot. Así que hubo cambios de planes y me llevé un Merlot por 15 euros. Veremos que pasa porque no creo que lo tome aquí.
Viviendo la fresca de la noche, supe que la uva debe ser buena. La buena uva necesita de amplitud térmica, días calurosos y noches donde baje la temperatura para descansar la fermentación. Por este motivo no hay vino en Santiago del Estero. Aquí el día tiene 33 grados y las noches cerca de 10. Excelente.
Cuando hago el recuento de cosas a favor, Kayseri es una ciudad que puede llevarte por varios caminos, una ciudad más larga que ancha, que se acomoda geográficamente a su propio terreno. Esto lo comprobamos claramente cuando cenamos en el restaurante Selale Park restaurant, donde el gobierno local agasajó a la prensa con una comida de alto rango. El restaurante está ubicado en la punta de un cerro, muy empinado, con una vista celestial de la ciudad. Siendo las 19.30 ya había anochecido y Kayseri se nos presentó como una dama de noche.
Hubo más picante, más combinaciones agridulces, nada nuevo ahora para nosotros, pero todo muy turco, incluso la insoportable música religiosa mientras comíamos. Como a las 21.00 jugaban Turquía y Grecia, el meeting duró poco. Más por decisión de los periodistas que estábamos todos cansados.
Quiero dejar escrito mi dolor al escribir está crónica. Ya me había pasado, pero nunca así. Esta maldita Netbook me provoca tendinitis en los brazos. No quiero escribir más por una semana. Tal vez sea lo cerrado del teclado y la posición de manos, como fuera estoy igual que la selección que lo deja todo físicamente en cada partido.
Hay una salida nocturna más que evalúo contar. Quizás lo haga desde Estambul, porque merece su crónica aparte. Pero entre tanta belleza natural, esa crónica no pertenece a este diario.
Aquí se gastan miles de litros por día de agua para regar los parques públicos, de lo contrario no habría verde. Debe ser un buen negocio vender elementos para jardín y aspersores.
Y a pesar de tanta belleza natural podemos decir que es notorio como los medios nacionales ningunean a Kayseri y nadie me supo explicar porque, o más bien yo deliro en las cosas que creo. Lo cierto es que cada informe meteorológico de la tele, o de los diarios nacionales, Kayseri no aparece en el mapa. Y eso que estamos en una de las sedes del mundial. En el Google maps también Kayseri esta escondida. No se olviden de Kayseri. Al menos yo no lo haré.
Buena la crónica Pablo. Nuy interesante. Un abrazo
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»Loro Aurinegro03/09/2010 16:34
Pablo: dan ganas de meterse por la pc y conocer esos lugares maravillosos que describis . Se nota que disfrutas de lo que estas viviendo extra-deportivamente. Saludos y exitos.