Por algo más que el honor

Llegó el día, parece que no llegaría nunca. Se hizo larga la espera, después de jugar todos los días en la primera fase, de repente hubo para Argentina un impasse de cinco días que le vino muy bien. Los que estaban maltrechos se han recuperado, Oberto saltará a la cancha para jugar y el equipo va completo por primera vez en el torneo.

Una muestra más de esta selección de la necesidad de jugar, de atención plena, de concentración y devoción por los detalles fue el entrenamiento de anoche de la selección nacional que terminó 40 minutos después de lo previsto. Hoy al mediodía solo quedaban lugar para reconocer el enorme Sinan Erdem Spor Salonu para hacer una sesión de tiros. Todo lo que había que decir, ya fue ficho.

Argentina encara el partido con la necesidad de ganar por que la obligación la tiene siempre y los octavos de final tienen gusto a nada. No es tarea cumplida, es tarea incompleta. Y lamentablemente se presenta un rival temible, con apetito, con talento, con juventud en puestos claves y con un entrenador que tiene mucha experiencia. Sigo pensando que era preferible enfrentar a Croacia sin Oberto que a Brasil con el pivote, pero está claro que Argentina no eligió como si lo puede haberlo hecho Grecia para evitar lo que al final le tocó: España.

Argentina ante Serbia lo dio todo para ganar y de esa última imagen, ya lejana, nos prendemos para la ilusión que no salga del corazón, la ilusión lógica, la ilusión razonable. Argentina sabe jugar muy bien al básquetbol en equipo, no solo juega con su amor propio.

Desde aquí se presentan las incógnitas ¿Podrá Argentina mantener ese nivel ante Brasil o será la selección irregular de partidos anteriores?.

Saquemos pecho, porque a estos muchachos les gustan los desafíos de alto riesgo. Aquí es clave el temple y como se asimila el nivel de tensión para poder aplicar correctamente todo lo que está planificado. ¿Brasil podrá?

A ver que dice Sergio Hernández: “La presión, para mi, la tiene argentina. Porque es el número uno del mundo, porque tenemos otro presente, porque en los últimos diez años hemos sido en promedio el mejor equipo del mundo, sin ninguna duda. La diferencia es que nosotros disfrutamos de jugar bajo presión y ellos todavía no saben. Esta camada de Brasil no sabe lo que es jugar bajo presión, porque no jugaron los Juegos Olímpicos y en el último mundial salieron 17, entonces vamos a ver como actúan ellos bajo presión ahora. Seguramente que bien, porque tienen pedazos de jugadores y un gran cuerpo técnico, pero Argentina ya lo tiene demostrado. Brasil lo tiene que demostrar”

En estos partidos, el contexto no tiene un valor relativo sino absoluto. Porque la carga anímica determina para los jugadores su energía, concentración y temple. Y una cosa es asimilar presiones donde te pagan el salario y se cumple un rol y otra hacerlo en conjunto por amor a la patria. La adrenalina es la misma pero el corazón late diferente. Los jugadores lo saben.

Por eso todos opinan a partir de su conocimiento, de haberse enfrentado varias veces en sus carreras. El técnico reconoció que sus jugadores siempre se comprometen con la previa: “Históricamente han colaborado desde su experiencia. Aquí hay jugadores que han jugado años enteros con Spliter, por ejemplo, tanto Luis (Scola) como Pablo (Prigioni) lo conocen de memoria, mucho más de lo que lo puedo conocer yo como entrenador, Carlos (Delfino) que lo ha tenido que defender varias veces a Leandrinho, en la NBA incluso en selecciones, Pablo que viene de enfrentar a Marcelinho Huertas en los últimos cinco años en la ACB”.

Desde aquí punto y aparte para el contexto de la previa. Ahora el juego, ¿Qué partido podemos esperar?

Según el técnico se imagina un partido “de bajo score, de juego cerrado 40 minutos y de triunfo argentino” luego agrega “me parece raro que el partido se abra para alguno de los dos lados, pero nosotros podemos imponer nuestra experiencia y ellos su dinámica y mejor presente físico, con el hecho de la rotación que han podido hacer, no haberse mudado y haberse quedado en Estambul todo el tiempo. Pero me parece que acá juega mucho la experiencia, la madurez, el saber jugar esta instancia que no es para cualquiera”.

Como puntualizamos en la nota anterior sobre los conceptos previos al juego, Argentina tiene para dañar al mejor ala pivote del torneo y aleros más altos que los aleros titulares brasileños.

Aquí es clave que Argentina pueda atacar de tal modo que consiga que inmediatamente Brasil se ponga en plan “B”, aunque ese plan sea el original de Magnano. Vale decir, si la defensa natural es hombre a hombre tiene que tratar de castigar las diferencias, si no lo hace, le liberará a Brasil la oportunidad de ponerse en una situación más cómoda. Rubén Magnano le ganó a Estados Unidos defendiendo zona, la conoce y la utiliza cuando la necesita, aunque no le guste mucho ejercitarla. Un entrenador inteligente siempre usa lo que le conviene y no se ata mucho a los dogmas.

Pero hay mucho más que la zona. ¿Qué significa un equipo con experiencia? ¿Cómo se traslada eso al juego?

Experiencia no es solo discutir con los árbitros (o saber cuando discutir), en el juego tiene un importancia capital tomar buenas decisiones. El básquetbol es un juego de posesiones, y para sacar diferencias hay que administrar el balón con criterio a) para no perder el balón b) para tomar tiros cómodos c) para equilibrar el balance.

Estos tres ítems son claves: No perder pelotas (mucho menos en la primera línea donde el rival transforma ese error en doble de contraataque), no forzar los lanzamientos es aumentar el porcentaje de conversiones y tomarlos desde el lugar que quiere el sistema es equilibrar el retorno en defensa. En estos equipos todo el mundo sabe quien hace el balance y quien va al rebote ofensivo.

La toma de buenas decisiones es consecuencia de la experiencia. Los jóvenes son fantásticos para correr, saltar y los talentosos la meten de todos lados, pero saber cuando hacer todo eso es clave en un equipo fogueado por las batallas. Uno de los lugares (jamás el único) de la cancha que más deja en evidencia esta situación es el puesto del base. El duelo Prigioni – Huerta será una de las claves.

Si uno tiene que interpretar un partido por una planilla, hoy dos aspectos que pueden narrar el resultado: los porcentajes de cancha y los rebotes. El resto son adicionales. Si un mal tiro, forzado, imprudente (como quiere la defensa) después tiene conversión con reboto ofensivo, la defensa es mala. El ataque termina cuando la defensa tiene la pelota en manos propias, no cuando el rival tira. Con Oberto, Argentina se asegura tener un jugador inteligente para cubrir espacios y pelear rebotes. Esto para ganar es clave. Porque Varejao y Tiago cargan muy bien las tablas, ambos jugadores poseen un gran timing para aprovechar segundos instancias. Más que correr, Argentina pondrá 5 jugadores al rebote defensivo. Si Brasil quiere correr desde el rebote (algo que a Magnano no lo desvela) deberá dejar menos gente para su propio rebote.

Los múltiples factores de un partido son imposibles de anticipar, lo cierto es que estamos en horas previas a un gran juego. Que no será uno más, los octavos de final del campeonato del mundo no es el lugar que dejaría tranquilo a la argentina para salir. Vamos por más.

Desde Estambul - Pablo Tosal
en Twitter - @pablotosal
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