En una entrevista realizada por Diario El País de España, el jugador del Seleccionado Argentino cuenta cómo su equipo, el Real Madrid, deberá jugar mañana para conseguir una victoria ante su clásico rival: Barcelona. “Tenemos que ser sólidos“, afirmó el base cordobés.
Pablo Prigioni (Río Tercero, Argentina; 1977) es el maquinista del Madrid. Su equipo visita mañana al Barcelona (19.00, TVE) en la Liga ACB sabiendo que el dominio del marcador se discutirá desde el control del reloj. Prigioni querrá parar el tiempo y poner pausa al partido. Enfrente, Ricky Rubio, su némesis, clave en el 8-1 que acumula el Barça contra el Madrid en el último año y medio, será el látigo que intente lanzar al supersónico campeón de Europa.
Pregunta. ¿Qué debilidad querría esconder a sus rivales? Respuesta. Que mentalmente jugamos mejor en casa que fuera. Tenemos que trabajar en eso. Tenemos que empujarnos a trabajar fuera de casa los detalles que nos acerquen a ser el mismo equipo que somos en casa. Lo hablamos día a día. Eso es la cabeza: empujarte a estar duro.
P. Su equipo no se distingue por eso. “Ante el Barça, nos deprimimos”, dijo Ettore Messina, su técnico, en este periódico. R. ¡Es que el año pasado muchos se deprimían contra el Barça! ¡Todos! No solo nosotros. Hablamos de que el Olympiacos, con el mayor presupuesto de Europa, perdió por 20 la final de la Copa de Europa. Así que también se deprimió. Cuando abren una brecha en el marcador, es muy complicado cogerles porque se gustan y tienen tanta calidad que son muy difíciles de ganar.
P. ¿Se puede ganar al Barça corriendo? R. Si les dejas correr, estás muerto. Rompen los partidos en transición gracias a su defensa y su rebote. Hay que luchar por los rechaces para que no puedan correr. No es cuestión solo del base, sino de todo el equipo: no forzar acciones de uno contra dos, no tomar malos tiros, sino jugar duro el sistema, respetándolo.
P. ¿Qué le quitaría a Rubio? R. Le quitaría su desparpajo, su falta de miedo. Cuando uno es joven, se arriesga muchas veces sin tener noción de que lo está haciendo. El resto, sin eso, podría ser mucho más controlable.
P. ¿Es demasiado veloz para marcarle? R. Tiene un cambio de ritmo rapidísimo, difícil de frenar. Luego, si puedes controlar ese primer paso, le puedes controlar un poco. Como no estés atento, te hace daño, te saca ahí la ventaja. Luego, puede aprovechar esa ventaja o no. Tiene pívots muy atléticos, que van arriba muy fácil, y se aprovecha de eso.
P. ¿Qué le robaría a Llull y qué le prestaría? R. Le robaría el físico, que es tremendo. Creo que en cuanto al deseo de ganar, el corazón y el espíritu de lucha somos parecidos. A él solo le podría dar la pausa, el entender el juego. Es cuestión de tiempo que lo tenga: yo no me encontraba en la pista como hoy hace seis años. Es tremendo. A Sergio le digo muñeco porque parece el muñeco de las pilas Duracell, el conejito ese: está con mucha energía, va y viene, suelta un mate, pum... Entonces, digo: “¡Cómo está el muñeco!”.
P. En la jornada pasada, el Madrid ganó en Vitoria tres cursos después. ¿Qué significa eso? R. Te abre la mente, te dice que eres capaz de competir. Me refiero a que venimos de un año en el que el Baskonia y el Barça han ganado y nosotros no. Para que nos demos cuenta de que podemos estar en ese nivel, de que podemos competir, es importante ganar en esos campos.
P. Hombre, habla del Madrid. R. La historia no te hace ganar. Es el grupo de jugadores, su mentalidad, su deseo. En los últimos 10 años tanto el Baskonia como el Barça están por encima del Madrid. En los últimos 100 años, no, claro, pero en la historia reciente, sí. El tema va por ahí. Cada día vamos tras el objetivo. Lo primero es plantearse mentalmente el competir con esos equipos. Cuando hemos ganado ha sido por equilibrio, por saber leer los partidos. Hemos hecho buenos encuentros cuando nos hemos defendido bien. Eso lo vamos entendiendo: tenemos que ser sólidos atrás para que adelante funcione.
P. Es usted un maestro del pick and roll, el bloqueo y la continuación. En el Madrid, sin embargo, no ha encontrado una pareja de baile como las que tuvo en el Baskonia: Scola, Splitter... R. Es difícil conseguirlo en poco tiempo. Con Luis [Scola] o Splitter jugué seis años y lo acabamos haciendo de memoria. En el Madrid se están dando cuenta de cómo moverse, de cómo continuar de acuerdo a cómo marca el pívot rival o el pequeño. También los jugadores del perímetro. Hay muchos sistemas que acaban en un pick and roll. Si no se hace bien, perdiste 20 segundos para nada.
P. Eso lo puede enseñar usted. ¿Qué aprendió de Messina? R. Con él puedes aprender detalles cada día. Hay muchas situaciones mentales de preparación del partido que él te dice y tú piensas: “¡Mirá, no había pensado esto! Tiene razón”. También te refresca cosas. Él lee el partido antes de que ocurra.