La noticia aún resuena. Flor Meléndez head coach, y detrás de él muchas ilusiones que se plasman en una frase: “La meta es Brasil 2016”. El trabajo que deberá llevar adelante el entrenador puertorriqueño es cuasi titánico, pero el primer paso se deberá dar dentro de la cocina.
Luego del hermetismo, no sólo se dio el nombre del entrenador del seleccionado femenino, sino que a su vez se señalaron a muchos colaboradores de renombre. Lo que en la jerga popular se conoce como “muchos caciques y pocos indios”.
El sondeo realizado por Pick and Roll arrojó una buena recepción por parte de los entrenadores involucrados hacia el proyecto que comenzará a encarar en estos días Flor Meléndez. Si bien recién este fin de semana se terminarán de ultimar los detalles, el buen funcionamiento del cuerpo técnico como un todo será vital para llegar a la meta propuesta: Río 2016.
Como en todo proceso seguramente habrá diferencias, puntos de vista, y debates internos, pero la imagen que deberá dar este grupo de trabajo “de la cocina hacia fuera” será de solidez extrema, y de firme convencimiento sobre el proyecto que se realiza, máxime si se tiene en cuenta que el objetivo al cual se apunta es dentro de cinco años; y que el ambiente del básquetbol femenino nacional, en líneas generales, se ubica un escalón por debajo de la bajeza.
Más allá de los resultados deportivos, los cuales se deberán entender y ubicar dentro de la planificación a futuro, el propio convencimiento hacia este trabajo por parte de los integrantes del staff de entrenadores, será clave al momento de contagiar esta idea, no solo a las jugadoras, sino a sus pares, dirigentes y afición, todos de la rama femenina; los cuales en la mayoría de los casos, son movidos por sus pasiones e intereses vulgares y dejan de lado, no sólo el conocimiento acerca de este deporte, sino el beneficio para nuestras selecciones.
Comenzar con el pie derecho será muy bueno, aunque haber comenzado ya es un gran avance. Dependerá de todos (técnicos, jugadoras, dirigentes) que este proyecto llegue a buen puerto, pero si se comienza con los engranajes aceitados, y con cada pieza entendiendo y cumpliendo su rol, será más reducido el margen de error.