Juega y lucha para volver

Quilmes es una montaña rusa de emociones. Completó ante Italiana un fin de semana perfecto que comenzó el viernes con un triunfazo ante Alvear. Ganó sus dos partidos de local y en el atípico día de lunes por la noche para ir a ver básquet cumplió 30 minutos de alto vuelvo por 10 de baja performance. El balance de todos modos le da con superávit.

Los primeros tres cuartos fueron enteramente de Quilmes que dominó a voluntad a su rival y regaló el segmento final para ponerle de manera impensada un poco de incertidumbre al resultado.

El desarrollo lo tuvo como dominador al local, mostrando las formas más eficaces de adueñarse del partido desde el inicio. Italiana propuso de arranque una defensa de cajón y uno sobre Nico Ferreyra para tapar el juego que brinda el buen base cervecero.

Apenas corridos tres minutos del primer cuarto (5-4) el técnico Daniel Maffei debió pedir minuto para reordenar filas y armar una nueva disposición ante la defensa combinada de la visita. La solución que encontró fue que entre López y Eseverri se hagan cargo del eje de cancha en ataque, suban el balón y Ferreyra juegue como escolta. Es decir, el nicoleño recibía la pelota detrás de las cortinas y allí daba sus pases o penetraciones para alguna descarga.

La receta fue buena, Quilmes destrabó su ataque mientras el tablero decía que había una aparente igualdad (14-14) en el desarrollo la historia era distinta. Italiana sufría bastante para llegar al gol. Con Alex Cárcamo empujando en el poste bajo y los perimetrales incómodos para tomar tiros. En la dificultad que le presentó la defensa de Quilmes radicó todos los problemas de la visita. Quilmes lanzó 1/7 en triples con buena dinámica de pases y solo debía esperar que los porcentajes se afinaran.

En el segundo cuarto pudo plasmar relativamente en el tablero la diferencia que había en el juego. Con ventaja de 8 (27-19), después de realizar una serie de recuperos en defensa de gran factura, Sepúlveda no pudo convertir un triple y dos dobles que literalmente salieron de adentro. De esa clase de tiros que son lanzados con comodidad, dan dos vueltas en el aro y salen. Era el momento para que Quilmes quiebre el partido en 15 puntos pero no podía.

De repente Sepúlveda no se amilanó ante la magra suerte y clavó un triple para la distancia máxima 32-21 que el cervecero mantuvo hasta el final del primer tiempo 36-26).

En la visita hubo una premisa: luchar. Y fue su bandera todo el partido. A la defensa zonal (en un cuadrado) y la individual sobre Ferreyra la acompañaron de una buena presión extendida a todo el campo. Impidieron de este modo que Quilmes pueda correr detrás de cada rebote o recupero.

En el segundo cuarto el técnico Aguilar dispuso una doble base con Pineda y Tantos más Jonatan Slider de alero. Un perímetro picante, bajo y de mucha velocidad. Su carencia de físico la suplieron con mucha entrega y la complicidad de los árbitros que dirigieron horrible. Deberían seriamente replantearse los árbitros si quieren dejar pasar todo tipo de contacto para avisar en la entrada a la gente la clase de lucha que verá.

La primera mitad cerró 36-26 en el tanteador pero más amplia en el desarrollo. A veces gana sin merecerlo, a veces merece más y no lo tiene. Por eso es tan lindo este juego.

Quilmes no cambió su concentración y ejecución en el tercer cuarto. Lo dominó con un goleo más perimetral que en el primer tiempo, donde había usado muy bien a Pomare (9) y Alessio (8). Ahora López y Ferreyra eran los capitanes del gol.

En Italiana Cárcamo tuvo un par de conversiones de gran belleza y eficacia pero estaba muy solo, apenas acompañado por la voluntad de Lisandro Villa. La distancia se abrió dos veces a 19 puntos (53-34 y 61-42) para cerrar a 15 (61-46)

En el inicio del último cuarto la visita tuvo un parcial favorable de 2-6 (63-52) para que Maffei pida minuto tratando de volver a su cauce el partido. Pero nada cambió. De repente Pineda metió un triple, ortega dos libres y después de un recupero y un doble de Centeno con un parcial de 2-13 Italiana redujo todo a solo cuatro puntos (63-59).

El técnico de Quilmes otra vez frenó el partido ante la confusión total de su equipo que ya no estaba cómodo. Se dedicaba a pasarse el balón, mirar más de lo que debía al rival y esperar que pase el tiempo cuando en realidad faltaban larguísimos 5 minutos.

La solución esta vez fue sacar el pivote, mandarlo a Sepúlveda de ala pivote y a Pomare de Centro. Y aunque ese equipo salió mejor contra la presión y tuvo mejor dinámica, el partido lo cerró Esteban López que metió dos triples de su sello por arriba de la marca y otra cosa. El capitán quilmeño le mostró los documentos a la visita en el momento más caliente del partido y recuperó la diferencia de diez a falta de 4 minutos (69-59).

Y esta vez la recta final fue perfecta para el cervecero que no permitió ya más sorpresas con una defensa recuperada. Esos últimos cuatro minutos salieron 3-5 para la visita ante una multitud de faltas ignoradas (como en todo el partido) por los árbitros. En verdad los jueces permitieron mucha fricción en vez de frenarlo de movida.

Con el resultado en el bolsillo Quilmes se pone segundo en la tabla con Ciudad de Bragado (su próximo rival) y Ciclista y a solo medio punto de Alvear. Italiana comparte la sexta posición con Oberá y se vuelve al Chaco sabiendo que el negocio lo hizo el viernes cuando ganó de visitante.

Síntesis:
Quilmes (72): Nicolás Ferreyra 9, Esteban López 12, Gregorio Eseverri 2, Gyno Pomare 20 y Leonardo Peralta 4 (FI) Ignacio Alessio 10, Dragan Capitanich 5, Facundo Piñero 5, Mario Sepúlveda 5, Maximiliano Iturrioz 0 - DT: Daniel Maffei

Asociación Italiana (64): Luciano Tantos 1 (x), Jonatan Slider 7, Lucas Arn 4, Alex Carcamo 22 y Ricardo Centeno 8 (FI) Lisandro Villa 11, Damián Pineda 9, Facundo Ortega 2 - DT: Raúl Aguilar Nodarse

Parciales: 18-15, 36-26 (18-11), 61-46 (25-20
Árbitros: Raúl Lorenzo y Cristian Alfaro
Estadio: Once Unidos de Mar del Plata
Foto: Gentileza Carlos De Vita

Pablo Tosal
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