“Varios pedían un cambio”

Cada vez falta menos para el salto inicial del Preolímpico de Mar del Plata. Y la llegada del entrenador Julio Lamas a la Selección genera muchas ilusiones en el ambiente del básquetbol de cara a un torneo de tal magnitud. Válido es entonces el testimonio del ex jefe de equipo Alejandro Cassettai, quien sólo mostró felicidad a la hora de hablar de los cambios en el equipo nacional. “En lo personal, la llegada de Julio al equipo me genera satisfacción. Lo conozco desde hace mucho tiempo. Nos une algo simpático: los dos somos de San Lorenzo. Hablamos no sólo de básquet, de fútbol también. Su vuelta es una alegría”.

-¿Por qué?
-Porque me parece bárbaro que se sume un tipo como Julio, que labura con los menores. Le toca un desafío muy grande. Va a poder realizar un trabajo diferente que está necesitando el básquet. Deberá ver de qué manera algunos jóvenes se pueden mezclar con las figuras que ya están mayores de edad. Ojalá podamos llegar a tener de acá a cuatro años algún recambio que de a poquito se vaya sumando a este grupo actual de chicos.

-Era el momento de un cambio, ¿no? Un cambio de entrenador, un cambio de aire.
-Sí, yo sé por comentarios internos que varios pedían un cambio. Yo mucho tampoco voy a decir porque yo me fui en el 2006 porque había muchas cosas que no me gustaban y queda feo hablar ahora que hubo un cambio. Pero creo que viene bárbaro, porque lo necesita el equipo. A nivel mundial, Serbia, Alemania y Lituania ya empezaron a hacer recambios generacionales. Y nosotros seguimos dependiendo de Manu Ginóbili, de Luis Scola y de todos los jugadores que, queramos o no, sinceramente, en algún momento, por razones personales o lo que sea, se van a ir yendo de la Selección. Por edad o por salud, como le pasó a Fabricio Oberto.

-¿Y cómo ves ese recambio?
-Nosotros, los argentinos, siempre castigamos a las figuras que de repente toman una decisión. Conozco gente que no le perdona a Manu no haber jugado el Mundial de Turquía porque piensa que era la oportunidad de haberlo ganado. Y uno también tiene que ponerse en el lugar de esas figuras, que si toman una decisión, sabiendo cómo ellos quieren a la camiseta, es porque la necesitan tomar. Y nosotros enseguida les damos con un caño. Yo tengo un amigo personal que no se lo perdona. Y yo le digo: “¿Vos quién sos para ponerte en el lugar de él y decir que se equivocó?”. Esta camada le dio todo a la Selección. Nos dio un campeonato olímpico, un subcampeonato mundial y una medalla de bronce en Beijing. ¿Quiénes somos nosotros para poder criticar una decisión personal si uno no sabe desde dónde tiene presiones ese jugador?

-En Argentina parece que se olvida todo rápido.
-Claro, de repente somos los campeones del mundo y está todo bárbaro, todo divino. Después, por una decisión somos los peores. Somos demasiado exitistas y nos olvidamos muy rápido de muchas cosas que nos dieron los jugadores. Hablo específicamente del básquet, porque lo amo.

-La gente deberá entender que el cambio de entrenador no es para conseguir un oro olímpico en Londres 2012, sino para proyectar a futuro.
-Si nos ponemos como objetivo eso nos equivocamos. Si no lo logramos van a decir que es un fracaso. Y no es así. Escuché, también, que varios critican a Rubén Magnano por exigente y por un montón de cosas. Magnano nos dio todo también. Si tuvimos un ejemplo así, sería bueno empezar desde cero y buscar otros objetivos. Lo que pasó ya pasó. Creo que ni siquiera Magnano se puso como objetivo ser campeón olímpico. Fue llegando por el trabajo de muchos años. Y no sólo el de él, porque en su época lo empezó Guillermo Vecchio y después lo siguió Julio Lamas. También, claro, fueron parte muchos jugadores como Leandro Palladino, Lucas Victoriano y Gabriel Riofrío, entre otros. Lo que logró Magnano fue gracias al trabajo de mucho tiempo. Lo que pasa que él tuvo la suerte de llegar en el momento justo.

-Seguro, pero también hay que tener la capacidad para afrontar ese momento.
-Sí, ni que hablar. Hay que estar con esos monstruos que son unos genios. Todos tienen su cuota de virtud para haber logrado lo que se logró.

Fuente: www.valetres.com