Esta noche (22hs, ESPN) arrancarán las finales de la NBA entre los Miami Heat y los Dallas Mavericks, que reeditarán las de 2006. Los de Dirk Nowitzki están muy motivados luego de la tremenda postemporada que realizaron al tiempo que LeBron y compañía querrán demostrarles a todo el mundo que hicieron bien en juntarse en South Beach.
Autor:Sebastián Ciano (sciano@pickandroll.net)
En la previa, la palabra para caratular perfectamente a las finales de la temporada 2010/2011 de la NBA es “apasionante”. Así se dará esta definición entre los Miami Heat y los Dallas Mavericks, dos equipos que no han sido habitué en estos tipos de partidos a lo largo de la historia.
Sin ir más lejos, para ver la primera y única ve que cada uno tuvo la posibilidad de jugar por el anillo de campeón hay que remontarse al año 2006 cuando ambos equipos paradójicamente se vieron las caras. En aquella ocasión terminaron festejando los Heat, quienes luego de ir pediendo la serie 0-2 emprendieron una histórica remontada para adjudicársela 4-2.
Este año Dallas parece llegar mucho más fuerte de la cabeza. Luego de aquella caída ante el por entonces equipo de Dwyane Wade y Shaquille O’Neal, las frustraciones le sucedieron una tras otra en postemporada, lo que les valió el mote de “flojos”. El ejemplo más elocuente se dio en la temporada siguiente, la 06/07, cuando los texanos arrasaron durante la fase regular (con récord de franquicia de 67 victorias) y cayeron estrepitosamente en primera ronda ante los Golden State Warriors.
Si embargo este año lograron llevar a cabo en los playoff todo lo bueno que mostraron en la fase regular, y más. En primera ronda sufrieron un poco pero lograron pasar merecidamente a los Portand Trail Blazers por 4 a 2. En segunda se encontraron nada menos que con los Lakers, ante quienes habían cedido el segundo puesto del Oeste tras perder en el desempate. Le dieron una contundente salida a los de Phil Jackson mediante una barrida, para luego adjudicarse el título de la conferencia Oeste ante los Oklahoma City Thunder.
A lo largo de todas las series hubo un común denominador que llevó a Dallas al éxito: Dirk Nowitzki. El alemán viene siendo la gran figura de los Mavericks y uno de los jugadores más destacados de los playoff; Promedió 28,4 puntos, con un 51% de cancha y 7,5 rebotes en los 15 partidos de postemporada, mientras que en las finales de conferencia tuvo una media de 32.2 ppp con un 55,7% de campo. Impresionante.
Los Miami Heat perdieron los dos duelos ante Dallas en la fase regular, sin embargo existe un dato en uno de ellos. En el primero, el 27 de Noviembre del año pasado por 106 a 95, no fue uno más. Los de Spoelstra caían a un récord de 9-8 y parecía que todo iba a estallar. Esta situación “crítica” derivó en una reunión solamente de jugadores, quienes pensaban que eran los únicos que podía sacar adelante al equipo. Y así fue. D a poco comenzaron a encontrar la química y entender el mensaje del entrenador y a mejorar la relación con él. Los resultados están a la vista.
Es muy difícil jugar contra Miami. Su trío genera que el rival de turno necesite hacer un partido casi perfecto para llevarse la victoria, porque cuando alguno tiene una mala noche, aparece el otro. Así los de South Beach llegaron a ser el segundo mejor equipo de la costa Este.
Si bien es un equipo que defiende muy bien (fue la sexta mejor defensa de la fase regular y la segunda mejor de los playoff junto con la de Chicago), su mayor valuarte es sin lugar a dudas LeBron James. El “Rey” está haciendo de todo para conseguir su corona; Tiene un promedio de 25 puntos, 8.9 rebotes y 5.5 asistencias en las series ante Philadelphia, Boston y los Bulls.
Su serie personal ante los Mavs no fue de las mejores. Los de Rick Carlisle redujeron al ex Cleveland a 21 puntos y un 30% de cancha en los dos juegos que lo enfrentaron. Aunque su influencia es notoria: Cuando él estuvo en cancha su equipo logró una diferencia de puntos de +22.7, al tiempo que cuando no estuvo en el rectángulo los la brecha descendió a – 42.
Habrá dos duelos claves para seguir muy de cerca. Uno es el de Nowitzki ante Chris Bosh, el otro el de LeBron con Shawn Marion. El ex Toronto posee toda la capacidad atlética para poder seguir al alemán por cualquier sector de la cancha, capacidad de salto a la hora de intentar bloquear los lanzamientos del perímetro como así también cuando se recuesta hacia atrás al tiempo que cuanta con talla para frenarlo bajo las tablas. De dicho al hecho hay un largo trecho reza el refrán.
El caso del alero de los Mavs es similar. Es pura versatilidad y velocidad. Viene de hacer un gran trabajo contra Kevin Durant (tiró para un 42% en la serie y promedió casi 4 balones perdidos por noche) y ahora tendrá que lidiar ante el jugador más dominante de toda la NBA. Veremos si Carlisle le da el tiro o invita a que penetre con el fin de encerrarlo con la ayuda y obligarlo a descargar.
Estas finales cuentan con un condimento que las hace muy apetecibles para los fanáticos del básquetbol. LeBron versus Nowitzki, Miami y Dallas, una vez más cara a cara en una definición ¿Para quién será esta vez?
gente del basquet por dios que el campeon no sea atenas jugando hasi es el anti basquet y no creo que eso le aga bien a nuestra liga anoche parecia el barsa contra el real de mouriño ensuciando todos los roces para poder ganar y a nosotros los que lo miramos de afuera no nos parece bueno y hasta aburrido para traer nuevos aficionados