MIAMI (AP)-- Mark Cuban, el dueño de los Dallas Mavericks, cerró su boca y ganó un campeonato.
Y cuando llegó el momento para que su viejo némesis, David Stern, le entregara el brillante trofeo de oro, era su gran oportunidad para decir lo que quisiera.
Entonces, ¿qué hizo?
Se puso de pie detrás de un hombre de 78 años de edad y lo dejó estar en el primer plano, una recompensa para Donald Carter, quien fundó el equipo hace 31 largos años.
Conozcan al nuevo y humilde Cuban --el mismo que también es campeón de la NBA.
Cuban no había hablado en público desde que ganó el campeonato de la Conferencia Oeste, cuando proclamó “¡No hemos acabado todavía!” Una vez que se acercó al micrófono, con una voz áspera de tanto gritar y ahogada por la emoción, habló acerca de estar feliz por sus jugadores, felicitándolos por tener “tanto corazón, tanta determinación”.
El billonario de las empresas de internet, magnate de los medios y estrella de los programas de realidad simulada se había quedado en silencio después de que los Mavs ganaron su primera serie de la postemporada contra los Portland Trail Blazers.
Se mordió la lengua durante la barrida contra Los Angeles Lakers, lo que debió ser difícil considerando sus intercambios verbales con Phil Jackson y Ron Artest en el pasado.
Se mantuvo callado de nuevo durante la serie final de la conferencia contra Oklahoma City Thunder, e incluso se rehusó a contestar porque dejó de hacer entrevistas.
Y así se mantuvo durante la serie final, algo todavía más notable al considerar que estuvo muy directo cuando Dallas disputo la final contra el mismo Miami Heat en 2006, lo que causó tanta controversia que Stern lo multó con 250.000 dólares, parte de una cuenta que está muy por encima del millón de dólares.
En una esquina del jubiloso vestuario el domingo, después de la victoria 105-95 con la que Dallas logró el título, el entrenador Rick Carlisle reconoció que ayudó a convencer a Cuban para dejar que sólo hablaran los jugadores y su rendimiento en la cancha.