MIAMI (AP) -- Muy bien que LeBron James hizo una gran fiesta cuando llegó a esta ciudad hace un año.
Por ahora, esa es la única celebración que tendrá en Miami.
Trajo su talento a South Beach para ganar títulos, para que tuviera ayuda estelar alrededor suyo y no tuviera que sostener al equipo.
El problema fue que el Miami Heat no pudo sostener a LeBron.
Su primera final con el Heat terminó el domingo con una victoria de los Dallas Mavericks 105-95 en el sexto encuentro de la serie final. James empezó fuerte pero se desinfló al final, justo como le pasó al Heat en la serie.
James aceptó que la derrota se sintió como un “fracaso personal”, pero agregó que “por supuesto que duele, pero no voy a deprimirme”.
Tuvo apenas 11 puntos en los períodos finales de los primeros cinco partidos, una gran razón por la cual los Mavericks seguían encontrando la forma para recuperarse al final de los encuentros en que tenían desventaja la mayor parte del tiempo.
Anotó siete puntos en el período final de este sexto encuentro para finalizar con 21, pero pasó mucho tiempo sin que imprimiese impacto en el juego luego de anotar 9 de los primeros 14 puntos del Heat.
“A veces lo tienes y a veces no y este fue el caso en esta serie”, dijo James.
Y mientras celebraban en Dallas, seguro había una gran fiesta en Ohio, el estado que es la casa de James. Los aficionados quedaron atónitos y se sintieron menospreciados cuando decidió dejar a los Cleveland Cavaliers, y el dolor se volvió rabia cuando optó por hacerlo en el muy criticado programa de televisión “The Decision” (La Decisión), donde anunció que se llevaba su talento a South Beach.
Y no hay que equivocarse, tiene mucho talento. James simplemente no pudo descifrar cómo usar ese talento en esta serie.
Argumentó confusión sobre cómo ser más efectivo cuando su amigo y superestrella Dwyane Wade jugaba bien. Dijo que no estaba cansado por jugar mucho minutos, que nada estaba mal con sus tiros.
Pero algo andaba mal, porque el dos veces nombrado Jugador Más Valioso de la liga, en buena medida considerado el jugador más talentoso de la NBA, fue en el mejor de los casos el tercer mejor jugador de la serie, detrás de Dirk Nowitzki y de Wade.
Los Mavericks no mostraron temor de James. Jason Terry se preguntó abiertamente si James, elegido como defensor titular del equipo estelar de la NBA para esta temporada, podía contenerlo durante siete partidos después de que James frenara a Terry a lo largo de los cuatro periodos de los partidos uno y tres.
Al final, resultó que James no pudo. Terry finalmente se abrió camino en el último cuarto del crucial quinto partido y encabezó a los Mavericks con 27 puntos en el juego final.
DeShawn Stevenson indicó que parecía que James estaba “bien analizado” en el cierre del cuatro partido.
James tal vez se convirtió en el jugador más criticado de la liga desde julio del año pasado por la manera en que dejó a los Cavaliers de mala forma. Pero resultó extraño para él recibir tantas críticas por lo que sucede en un partido como las que recibió durante esta serie.
Nunca hizo dupla con otro jugador estrella en Cleveland, donde con el tiempo sintió que nunca podría ganar un campeonato. Sus únicas actuaciones en postemporada habían terminado en penosas barridas y nunca estuvo cerca de llegar a una final pese al éxito de los Cavaliers durante la temporada regular.
Cuando terminó, James caminó hacia Wade para un abrazo, estrechó manos con algunos jugadores de los Mavericks. Nada parecido a lo que fue el espectáculo en este estadio el verano pasado, cuando el Heat festejó que consiguieron el campeonato de la agencia libre sumando a James y a Chris Bosh a sus filas.
Y esa es la única corona que el Rey James lucirá por ahora.