La selección española revalidó su título de campeona de Europa tras imponerse en la final a Francia (98-85), y situó su nombre en el olimpo del baloncesto europeo, colocándolo a la altura de las míticas Yugoslavia y URSS, únicas selecciones que consiguieron revalidar el título en la época moderna. Navarro, con 27 puntos, lideró el triunfo y fue elegido MVP del Europeo. Parker (26 puntos) evitó una debacle mayor para los galos.
Francia, un amasijo de músculos que amenazaba con acabar con la primacía española, claudicó ante un rival tremendamente superior, que tuvo de nuevo a Navarro (MVP), con 27 puntos, como motor del triunfo. Los galos se encomendaron a Parker (26 puntos), pero el base de los Spurs estuvo demasiado sólo para intentar siquiera menguar el aluvión español.
España cimentó su triunfo en su enorme fluidez ofensiva, moviendo el balón a su antojo para acabar con cinco hombres por encima de los 10 puntos -Pau, Rudy, Marc, Calderón y el propio Navarro- y en su excelso nivel defensivo, que les permitió correr en no pocas ocasiones para desarbolar a a su antojo a un rival que nunca encontró la forma de hincarle el diente.
El intercambio de golpes empezó prácticamente desde el salto inicial. España, tras el 0-4 inicial, empezó a pegar con un triple de Navarro y los Gasol y Calderón, extraordinario en la dirección y mirando el aro, abrieron la primera brecha significativa (17-12, min 7). Su defensa no dejaba resquicios a los galos, que sobrevivieron de los puntos de Parker (9 en los primeros 10 minutos), que se sintió más liberado con Ricky como pareja de baile.
Francia intentó secar a Navarro con el eléctrico Batum, pero fue en vano. ´La Bomba´ le castigó con saña (8 puntos en el primer acto) cada vez que su par quedó atrapado en un bloqueo o le dio un milímetro. Marc, bien en defensa con Noah, sacó la muñeca a pasear desde el perímetro, allí donde los armarios galos no llegaban, para estabilizar la diferencia con un triple inverosímil cuando estaba a punto de comerse el balón (25-17, min 10).
En el segundo cuarto Ibaka empezó a celebrar su cumpleaños por su cuenta, pero en vez de soplar las velas se dedicó a poner tapones, su pasatiempo favorito. De Colo, Seraphin, Batum, Noah y Parker vieron como un F-14 se elevaba por encima de sus cabezas para abortar sus despegues con cinco gorros en cinco minutos que apocaron el orgullo galo y levantaron al público de sus asientos.
Francia menguó algo el vendaval Ibaka con triples de Parker y Gelabale, pero Pau, Calderón y Navarro abrieron aún más la herida (38-26, min 14). El incesante goteo de puntos de la ´La Bomba´ fueron imposibles de suturar para Batum ni para ninguno de sus pares. Francia se abrasada por la incontinencia anotadora de Navarro, y la notable defensa de España, que cerró todas las puertas atrás con una intensidad encomiable.
Sólo Parker, por algo es un tres veces campeón de la NBA,fue capaz de descerrajarlas por momentos, pero su derroche de talento en solitario resultó baldío (46-34, min 19). Sólo una absurda e innecesaria falta antideportiva de Rudy a Parker espoleó antes del descanso a los franceses, que reaccionaron con cinco puntos de Batum (46-41, min 19). Entonces apareció Pau, lastrado con dos faltas, para cortar la hemorragia con cuatro puntos de casta (50-41, min 20).
En la reanudación, Pietrus intentó desquiciar a Pau sin conseguirlo, pero fueron Navarro y Rudy los que respondieron para establecer la máxima ventaja (56-43, min 22). ´La Bomba´, con nueve puntos en este cuarto, fue otra vez el hilo conductor que mantuvo a los galos a raya (75-62, min 30). Pau se reivindicó como el único amo de la pintura en este Europeo y España, con Llull y Sada en cancha, empezó a morder en defensa y a salir al contraataque para matar el partido (84-68, min 34).
Las mordeduras de Parker apenas hacían mella ya, y los galos, cargados de faltas y vacíos de moral, hincaron la rodilla ante la incontestable superioridad española. Los minutos que faltaban sirvieron para que España se divirtiese moviendo el balón sin agobios, para que Reyes y Claver entrasen para poder dedicar el título a sus padres, fallecidos ambos este verano, y para que Navarro, el héroe del partido y el indiscutible MVP del Europeo, fuese despedido con una cerrada ovación por el entendido público lituano.