Con los “granas” en la garganta

Ya hemos dicho que en el básquet no necesariamente gana el que mejor juega, muchas veces gana el que la mete, en el marco de un partido parejo. Peñarol se quedó con un juego muy equilibrado.

La receta de Peñarol fue sobrevivir. Como se pueda, con lo que se tenga a mano, pero hacer más puntos que el rival. Ganar fue la mejor noticia que encontró el campeón, sin importar los cómo. Es que Lanús hizo un partido muy completo poniendo a su rival en todo tipo de complicaciones. El “Granate” le puso muy alta la vara de la dificultad y hubo un mérito especial en la victoria: la resistencia.

La estrategia de Silvio Santander fue ahogar el traslado del balón de su rival poniendo la defensa de Lanús en la salida misma del ataque de Peñarol. En principio la receta salió mal. Porque le puso al mejor defensor (Boccia) contra Lamonte otorgando de este modo la señal de preocupación en el foráneo del campeón y no contra la base. Y una vez más Campazzo se adueño del partido.

El base de Peñarol se puso picante en los pases y ayudó a construir un rápido parcial 13-4 que obligó al técnico visitante a pedir minuto. Sergio Hernández entendió que se venía un partido muy largo y sentó por primera vez (con apenas 4 minutos de juego) a Campazzo. Allí Lanús sacó provecho de su ausencia y desnudó que ni Lamonte ni Safar pueden llevar el ritmo de juego contra presión.

Santander metía un cambio por minuto. Su estrategia de desgastar era visible y su rotación efectiva. Cuando Campazzo retornó al campo de juego en seguida metió la segunda falta y el técnico local evitando que llegue a la tercera y previendo un juego largo lo volvió a sentar. No obstante Peñarol sacó ventajas porque tuvo un tigre peleando y ganando en el juego interior: Martín Leiva, que se adueño de las tablas. Anotaba y defendía en un duelo potente contra Terrel Taylor.

El ingreso de Laprovíttola le cambió el ritmo a Lanús y ayudado con el gol de Bruno Zanotti, en el inicio del segundo cuarto Lanús metió un parcial favorable 0-9 que le hizo tomar la delantera 25-27. En Peñarol sonaron las alarmas y volvió Campazzo a la cancha. Ya no había más espacio para seguir improvisando con otros nombres. El cuarto fue todo paridad y sin gol perimetral Peñarol igual logró llegar al gol con lo que tenía: voluntad y coraje.

La defensa del bicampeón fue determinante para mantener con vida el juego. Porque le permitió romper el juego del rival, negó los hundimientos de Taylor (que se tuvo que sentar por 3 faltas), evitó los rompimientos de Byró y sólo Laprovíttola se escapó del cerrojo. Santander probó con formaciones más bajas y más altas, pero siempre chocó con un problema: falta de puntería, aumentada por una defensa que nunca abandonó a los tiradores. Un triple de Georgetti y un doble final de Lauría contra una mala defensa le dieron un respiro a Peñarol sobre el cierre del primer tiempo 41-35. Resultado que no explicaba la paridad.

En el tercer cuarto hubo para Peñarol un viento esperanzador. Leo Gutiérrez se puso el equipo al hombro y guió a los suyos con puntos y el pedido constante del balón para hacer jugar. Su escudero fue Selem Safar que metió tres triples decisivos para contener a Lanús. Entre Gutiérrez y Safar fabricaron 15 de los 20 puntos del cuarto mediante triples. No había mucho más. Lamonte mal, Campazzo tomado, el resto a los tropezones y Leiva que había sido vital en la primera mitad desaparecido.

Como la defensa impidió que Laprovíttola siga haciendo daño, de repente Lanús cayó en un pozo ofensivo agudo y los triples del local le dieron una distancia grande 58-46 a falta de 2:00 para el tercer segmento. No obstante el granate era irrompible. No se dio por vencido nunca y empujando achicó a 5 (58-53) para cerrar el parcial 61-53.

La distancia iba y venía. La presión todo el campo de Lanús sacó de quicio a Peñarol. En total el “milrayitas” perdió 18 balones y 11 de ellos fueron recuperos directos de su rival para el uso del contraataque. En el tramo final Santander encontró una buena formación que le dio réditos. Puso a Zanotti de tres con Guaita y Taylor debajo de las tablas con Cantero y Laprovíttola en la media cancha.

Consiguieron así sobrecargar la tabla rival, conseguir rebotes ofensivos y buenos tiros abiertos, pero cuando salieron a buscar el partido erraron seis triples seguidos agregando que Cantero (1/7 de cancha en el cuarto final) marró dos bandejas con ventaja seguidas. Peñarol ya era todo voluntad. Su quinteto titular no podía tomar tiros limpios, sufría para subir el balón y dar tres pases seguidos (ya fue dicho el tema de las pérdidas) pero un viejo héroe encontró los documentos a tiempo y sacó chapa: Pablo Barrios. Metió dos triples claves para sostener la diferencia cuando todo se caía.

Apretando los dientes en defensa Leiva volvió a contener su rebote en defensa y el equipo metió un buen cerco a su aro en el minuto y medio final para al menos tapar un hueco entre tantos. Peñarol apostó a ganarlo contra el cansancio y la falta de juego con coraje. Lanús empujó, robó balones y erró los tiros claves para intentar ganar. Peñarol no lo perdonó, se quedó con la victoria y gritó bien fuerte ante un rival que lo sometió a todo tipo de problemas. Con una grado de oposición sublime igual sumó de a dos. Al final y cabo, ganar solo cuesta vida.

Síntesis
Peñarol (76): Facundo Campazzo 6, Kyle Lamonte 7, Nicolás Lauría 4, Leonardo Gutiérrez 21 y Martín Leiva 11 (FI) Selem Safar 16, Pablo Barrios 8, Franco Giorgetti 3. DT: Sergio Hernández

Lanús (73): Juan Pablo Cantero 6, Mariano Byró 6, Adrian Boccia 6, Jamaal Levy 4, Terrell Taylor 15 (FI) Nicolás Laprovittola 13 (x), Facundo Giorgi 0, Diego Guaita 12, Bruno Zanotti 11. DT: Silvio Santander.

Parciales: 21-15, 41-35, 61-53 y 76-73
Arbitros: Diego Rougier y Leonardo Mendoza
Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”

Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.net)

Pablo Tosal
En twitter @pablotosal
www.pickandroll.com.ar