Perfume de tempestad

“Que un sueño acabó ¿ya te dijeron? Pero no que todos los sueñitos, no! (Pura Suerte – Los Redondos Inéditos 1982)

Se terminó rápido el sueño de Quilmes de tener una temporada tranquila. Lo podrá tener en lo deportivo, resta mucho para que termine la liga y tiene toda la chance de mejorar, pero desde ya que este presente lejos está del placer de la serenidad buscada. Se terminó también el sueño del “Chuso” González de verse feliz jugando en la ciudad que reside.

La tempestad daba sus señales, su perfume, y se anticipaba ¿Pero no lo quisimos ver?. Uso la primera persona del plural porque soy parte de los que tenía cifrada expectativa que Román González tenga una extraordinaria temporada. Creía que había lugar para la reivindicación y su vuelta a los primeros planos.

No me es fácil hablar de Román González porque honestamente es una persona que quiero, que estimo. Es medio loco, desfachatado, es auténtico, es original. Es como me gustan a mí: sin segunda miradas. Se enoja y te bloquea en el msn, en twitter, luego se amiga. Va y viene todo el tiempo con su humor y sus emociones. Es eso…es puramente emocional. Como un nene.

El 90% de las personas que cruzó utilizan tres palabras frecuentes “yo te dije”. ¿Es que todos sabían que el noviazgo Román-Quilmes terminaría así?

Formo parte entonces del 10% que creía que había una chance más para Román González después de Regatas Corrientes, Libertad, Argentino de Junín y Quimsa. Que había un orgullo suficiente para trabajar y vivir tranquilo en la ciudad que adoptó como suya. No falto a la verdad si digo que me equivoqué.

Román González me parece uno de los pivotes más talentosos que dio nuestra liga contemporánea. Pudo dominar la pintura de cada cancha la última década…pudo, pero no lo hizo. Como tampoco hizo nunca una verdadera reflexión de por qué le pasa todo lo que le pasa. Una autocrítica que sea razonable y que deje ver al menos parte de los que todos vemos.

Tiene capacidad de liderazgo, tiene talento y altura, no obstante se fue de Quimsa no del mejor modo, lo mismo le pasa ahora en Quilmes y en tiempo récord: apenas tres partidos.

Cuando se habla de la sugestión se dice que si todos pensamos que nos irá mal, en definitiva nos irá mal y viceversa. ¿Será esto lo que condenó a Román González? ¿Era la excusa perfecta para decir que cualquier mal era culpa de él, por su sola presencia?

Anoche en Pick and Roll radio me apuré a decir que Román González es 25% responsable del mal momento de Quilmes. El resto hay que atribuírselos a Daniel Maffei, Phillip Mac Hopson y Britton Johnsen. En verdad esto no dice nada sobre su salida, eso solo habla de tres derrotas, nada más. El problema de la salida es otro.

“Mi pasado me condena”

Es cierto lo que dijo Román, lo que deberíamos reflexionar es sobre qué pasado. ¿El de Peñarol o el completo?. Porque la intolerancia de la gente fue muy grande con él, más que con cualquier jugador que yo recuerde en la historia de la liga. No todos claro. Muchos apoyaron, incluso después del episodio final en el campo de juego, fueron al estacionamiento a darle su apoyo.

La barbarie de unos cuantos estúpidos de romper los autos a él y a su esposa es un hecho policial. Ya escapa al básquet. En ese punto a la dirigencia de Quilmes se le reclama un gesto. Debe colaborar y agotar instancias para identificar a esos agresores. Ahora en el Polideportivo con el derecho de admisión a pleno, varios “hinchas” se quedan sin entrar y el operativo policial que se paga deberá abarcar la seguridad incluso del playón de estacionamiento.

Pero la respuesta de ¿Por qué pasó lo que pasó? Sigue sin aparecer a pesar de las gastadas 700 palabras que lleva la nota.

Hay situaciones que pocos conocen. Antes del episodio donde Román González se enfurece con los hinchas que lo escupen, el representante Rául Molinaroli ya había pactado para la mañana del día siguiente una reunión con los dirigentes. Protegiendo a su jugador sabía que el problema iba a agudizarse y buscaría una salida. Luego sucedió ese bochorno donde Román reacciona contra la gente. Allí fue el punto final de la relación.

En declaraciones públicas hoy Román deja ver que escupieron a su esposa a los tres minutos del primer cuarto, situación que investigo y nadie puede confirmar. La señora veía sola con sus hijos el partido detrás del banco de Obras en el primer tiempo al lado de Ben Ebong y la esposa de Ebong. Detrás de ellos no había público. El segundo tiempo lo vio desde las plateas rebatibles junto al representante Molinaroli. Y permaneció allí hasta que finalizó el partido.

Si la salida estaba en la mente del representante y los dirigentes antes del episodio de ingreso al vestuario, esa reacción de Román González, contenido por Piñero y Eseverri para no pelearse con la gente, termina siendo un acto final a una historia que nunca debió empezar.

Deportivamente González se mostró lento, impreciso y desorientado dentro de un esquema que no le quedaba cómodo. Pero la intolerancia con él fue desmedida y su reacción fue un justificativo al odio pasional que los hinchas tienen. Un profesional no debe reaccionar jamás y el “Chuso” cometió el error que no debía cometer.

Pedirle a un hincha que no insulte es ilógico. Lo explica “El hombre masa” de Ortega y Gasset, como lo explican 10 mil tratados de psicología de masas. Los ortodoxos de la moral dirán que está mal. Si, al igual que los muertos por hambre. Todo está mal. El mundo está mal, pero si algo he visto en las canchas argentinas es personas adineradas, con un pasar venturoso, escupiendo e insultando. No todo tiene que ver con la baja condición social.

La irracionalidad de los hinchas forzó su salida. La situación nunca fue descargar la frustración sobre su jugador estrella. Los hinchas de Quilmes han pasado angustias mayores a perder tres partidos jugando mal. Fue mucho más. Se trató de cerrarle la puerta en la cara a un jugador que los maltrató dentro y fuera de la cancha.

Al final el básquet queda de lado, este circo se arma para la gente y al hincha fue al último que se escuchó. Así terminó.

Pablo Tosal
En Twitter @ablotosal
www.pickandroll.com.ar