De nuevo en carrera

La selección nacional inició bien perfilada el partido. Con un semblante mucho mejor al mostrado en la tarde de ayer, los dirigidos técnicamente por Enrique Tolcachier se mostraron solidarios en ambos costados del campo, repartiendo su goleo, y tratando de cerrar lo mejor posible su llave, para complicarle la tarea a los internos rivales.

Con un buen aporte del banco (9 puntos), los nuestros lograron mantenerse arriba en el tanteador, aunque no con una gran distancia, en parte por los arrestos anárquicos de la escuadra boricua, y en parte también por la tarea de Balkman, la figura más clara dentro de las filas que orienta Flor Meléndez.

Con Cequeira anotando desde el perímetro, y Sandes siendo referencia cerca del cilindro, Argentina se metió al segundo cuarto arriba por dos, 24 a 22. Esta diferencia, se ampliaría mucho más en el periodo siguiente.

El punto de quiebre en ese segundo segmento ocurrió al llegar al cuarto minuto de desarrollo. En ese momento, eran los isleños quienes ganaban 29-28, pero Matías Sandes consiguió un doble, con posterior falta, la cual fue protestada de manera airada por el conjunto adversario, lo que desencadenó en la sanción de una falta técnica.

Sandes convirtió el tiro de bonificación, y Luciano González no erró los correspondientes a la técnica (33-29); ampliando el tanteador cuando, a través de la reposición de mitad de cancha, el propio Sandes acertó un triple por el eje (36-29).

Con ese panorama, la celeste y blanca tuvo aire para comandar las acciones, y con mucho oficio no permitió que Puerto Rico se pueda acomodar. El cuadro del caribe cayó una vez más en arrestos individuales, tratando de dar vuelta las acciones sin tomar en serio los esquemas en conjunto; y de allí que Argentina estableciera diez tantos de luz (49-39) con medio minuto por jugarse.

Finalmente la distancia al momento de dirigirse a zona de vestuarios fue de ocho (49-41), con Nicolás Laprovittola afectado por un golpe en ese cierre, el cual deribaría en que retornara al parquet con una protección en su rostro.

Planteando un juego más físico, el elenco puertorriqueño halló en Daniel Santiago su faro de referencia ofensiva en ese arranque. En los primeros tres minutos los boricuas se acercaron a dos (53-51) marcando un parcial de 4-10, que evidenció algunos problemas defensivos en los nuestros.

El movimiento del banco de relevos le volvió a entregar soluciones a Tolcachier. Luciano González siguió fino, no así Juan Manuel Fernández, pero a pesar de ello Argentina se distanció por siete (60-53) en el promedio del cuarto.

De todas formas, la escuadra criolla no logró hacer pie definitivamente en ese periodo, y de allí que sobre el final sea Puerto Rico quien pasara a comandar las acciones. A 1:30 para ingresar al acto final se vivió el mayor punto de rispidez del cuarto, cuando Nicolás Romano (de gran tarea) le bajó una mano duramente a Colón (sancionada como antideportiva), lo que provocó la reacción del boricua, quien realizó ademanes como para irse a buscar al jugador de Regatas Corrientes.

Si bien la situación no pasó a mayores, y Colón desde la línea sólo anotó un libre (60 iguales), en la posterior reposición Barea anotó un triple que puso a los puertorriqueños arriba por tres (60-63). Con Romano y Alloatti terminando con 4 faltas, Argentina se metió a los últimos diez minutos abajo por uno, 62-63.

La celeste y blanca sacó a relucir todo su corazón en ese periodo final. Si bien Puerto Rico se mantuvo arriba en la primera parte del cuarto, incluso llegando a sacar seis de luz en el promedio del mismo (66-72); con mucho esfuerzo los nuestros comenzaron a dar vuelta la historia.

Apuntalados por una defensa que fue incrementándose, ayudada a su vez por un elenco boricua que olvidó los caminos que le entregaron la ventaja y pecó del unipersonal de José Barea; la selección nacional logró llegar a la recta final del partido con el tanteador igualado en 74.

Matías Sandes volvió a tomar la lanza ofensiva, y a través de un triple de su autoría le dio tres de ventaja a los nuestros con sólo un minuto por delante (79-76). Argentina defendió bien el embate rival siguiente, y pudo haberse despegado a cinco, si no fuese porque González, de gran juego, erró una bandeja increíble, que, con la posterior falta de Laprovittola le renovó las esperanzas al rival.

Rivera no falló desde la línea (79-78), y en el ataque siguiente Argentina terminó perdiendo el balón en una jugada poco fortuita, ya que un pase al corazón de la pintura, terminó siendo un balón que pegó en el cilindro y que cayó en manos puertorriqueñas, para darles la última posesión del juego.

Como en todo ese último periodo, Barea jugó para Barea, y no para Puerto Rico. Le solicitó una cortina a Santiago, quien después de proveérsela roló generando una alternativa de pase. Sin embargo el perimetral descartó esa chance, y en su afán de vestirse de héroe, resbaló intentando atacar el canasto, debiendo, de manera forzosa, regresar el balón al eje de cancha para no perderlo.

La ofensiva boricua se ensució, Argentina supo como cerrar los caminos hacia el canasto, y con un tiro complicado de Balkman, que pegó en el cilindro pero no ingresó, nuestra selección se quedó con el juego y recobró las esperanzas de seguir peleando por una medalla.

Síntesis

Argentina (79): Cequeira 12, González 12, Gerlero 3, Sandes 15 y Alloatti 10 (FI); Romano 11, Juan Fernández 6, Elsener 0, Delía 5, Laprovíttola 0 y Fernández Chávez 5. DT: Tolcachier.

Puerto Rico (78): Barea 24, Berdiel 9, Balkman 16, Ubiles 7 y Santiago 12 (FI); Strong 3, Rivera 4, Narváez 0, Colón 1, Villafañe 2 y De Jesús 0. DT: Meléndez.

Parciales: 24-22 / 49-41 / 62-63.
Árbitros: Rodríguez – Benito – Fernández.
Estadio: Domo CODE.

Foto: AP - Terra.

Emanuel Niel
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