Peñarol encontró los documentos

Todavía no había aparecido. Mostró los dientes un par de veces pero nunca como ayer recordando al equipo que terminó floreándose en las finales. Los atenuantes son entendibles: van 12 fechas para Peñarol y todavía no pudo jugar un solo partido con plantel completo, ni siquiera anoche. Y tampoco los podrá jugar recordando que perdió a su base titular, pero con el resto de la estructura sigue siendo un equipo de un nivel altísimo que reúne puntos muy altos de producción.

Esta temporada como local Lanús tenía 69 puntos en contra. Solo Quilmes había anotado 89 en su visita del pasado 19 de octubre pero fue un partido descontextualizado que ganó el Granate 100-89. Incluso la temporada pasada Lanús jugando como local tuvo 71.5 pts en contra de promedio en 26 partidos siendo Obras Sanitarias y Atenas los únicos que superaron los 90 puntos. Anoche se planteó un duelo duro, de defensas, de mucho scouting, de dos juegos de control y Peñarol metió 50 pts en el segundo tiempo, o por mejor decir 76 en 3 cuartos.

El juego se partió en dos mitades muy claras que ahora explicaremos y Peñarol ganó en la modalidad “defensa” el primer tiempo (36-29) y en la modalidad “ataque” el segundo (50-43).

El primer cuarto fue una de las claves del juego, porque ambos equipos salieron a ver quién podía imponer su juego. Es difícil explicarlos con palabras, pero lo intentaremos (esta es la parte que quiero tener un video y congelar la imagen haciendo circulitos en los jugadores): A Taylor lo marcó Leiva, pero no sólo. Lo tomaron en una mini zona. Cuando se alejaba a 4 metros, lo tomaba Mata y Leo y Leiva no se abrían de la pintura para no generar huecos. Cuando Lanús quiso pasarle la pelota a su pivote se encontró una pared que se construyó en su contra.

El dogma ofensivo del granate es: primero seis pases y luego la pelota interior. Eso fue lo primero que se rompió en el local: el circuito ofensivo natural al que quiso destrabar por individualidad. Lanús estuvo los primeros seis minutos sin convertir y el partido no se terminó ahí porque su defensa aguantaba los desbarajustes ofensivos y luego de seis minutos Peñarol ganaba apenas 6-0.

Como Santander se dio cuenta que su problema era claramente de falta de juego, metió a Nicolás Laprovíttola junto a Cantero para buscar con la doble base tener más circulación de balón. “Nico” entró picante, metió un par de asistencias, se asoció a Boccia y Levy y Lanús empató en 10 al cierre del primer cuarto.

Esa mini batalla de roces, defensas duras, tiros forzados que fue el primer cuarto se destrabó en el segundo cuarto cuando Peñarol mandó a la armada suplente a la cancha. Dos triples de Nicolás Lauría, uno de Lamonte (que fue suplente) y otro más de Pablo Barrios le dio un caudal de gol importante. Leiva era un león bajando rebotes (10 en el primer tiempo). Leo Gutiérrez se asoció con otro triple y Peñarol disfrutó de 26 puntos en un cuarto. Campazzo hacía jugar y se bancaba el desgaste de no ser suplantado, que le cambien la marca y que la lucha en cada pelota sea una pelea de box (donde se da y recibe por partes iguales).

Lanús cerró su performance ofensiva del primer tiempo con 3/10 en triples, 9/21 en dobles y poco libres lanzados (2/4). Atado, confundido y totalmente fuera de su juego.

En el inicio del segundo tiempo Peñarol tomó una luz importante (33-44) para que Santander vuelve a frenar el partido con un minuto. Desdibujado, el equipo local no podía hacer valer a Taylor y peor aún no tenía referencia alguna en el juego interior. En un partido además donde erraba hasta los tiros sin oposición. Del otro lado, Lamonte (13 pts) y Leo Gutiérrez (6) sacaron la ametralladora y metieron goles de todos los colores. Kyle tomó la espalda de la defensa y encontró huecos hasta por frustración (normal) de su oponente.

En un abrir y cerrar de ojos el juego se terminó al minuto 7 del tercer cuarto cuando Peñarol tomó la máxima diferencia de la noche (36-59). Momento por primera vez en el partido que Sergio Hernández sentó a Campazzo y metió a su base suplente Mariano Castets. Campazzo jugó 27 minutos de corrido para resolver con alto desgaste un duelo de bases intenso.

Para el cuarto final Santander sacó de la galera el plan “C” llamado comúnmente “La heroica”. Y para vender la derrota apeló al orgullo de sus jugadores. Sentó a su terceto foráneo que estaba totalmente dominado y puso el siguiente quinteto: doble base con Cantero-Laprovíttola, Mariano Byró de alero, el juvenil de Ramos Mejías Matías Cuello de ala pivote y Diego Guaita de pivote. Para correr, meter presión toda la cancha, y resolver con piernas y alboroto lo que por juego no se podía.

La receta empezó a funcionar a medida que Peñarol se confundía con Selem Safar perdiendo balones contra la presión y el equipo reflejaba la quita de intensidad por la diferencia del tablero. Lanús logró achicar a 15 puntos primero, para que Sergio Hernández se enoje y meta de un plumazo el triple cambio de su perímetro: Campazzo, Safar y Mata de nuevo al campo. Afuera Castets, Lamonte y Lauría.

La distancia siguió bajando y llegó a 8 (72-80) pero eso fue todo. La reacción terminó con dos triples oportunos del as de espadas: Leo Gutiérrez, que muy a su modo, resolvió el resultado. El trabajo estaba hecho antes y el vértigo del final que Lanús le impuso al juego solo maquilló el resultado.

Síntesis
Lanús (72): Juan Pablo Cantero 10, Mariano Byró 8, Bruno Zanotti 2, Jamaal Levy 6 y Terrell Taylor 8 (FI), Nicolás Laprovittola 13, Diego Guaita 10, Adrián Boccia 10 y Matías Cuello 5. DT: Silvio Santander.

Peñarol (86): Facundo Campazzo 9, Selem Safar 9, Marcos Mata 7, Leonardo Gutiérrez 19 y Martín Leiva 11 (FI), Nicolás Lauría 6, Mariano Castets 2, Kyle Lamonte 20, Pablo Barrios 3. DT: Sergio Hernández.

Parciales: 10-10, 29-36 (19-26), 43-63 (14-27) y 72-86 (29-23)
Arbitros: Pablo Estévez y Fabricio Vito
Estadio: Microestadio “A. Rotili”.

Pablo Tosal
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Foto: Ligateunofoto.com