9 de Julio ganó un partido que vale doble

Para los dos significaba mucho poder ganar el partido y 9 de Julio tuvo el plus de entender lo que se jugaba, la concentración para aplicarlo los 40 minutos y poder finalmente cantar victoria, la segunda consecutiva, después del enorme triunfo en Comodoro.

Ante un rival directo por los puestos de permanencia, el “9” desarrollo un juego lleno de energía, con gran efectividad que le sirve para sacar la cabeza del agua en la línea de flotación. Ahora respira. Y fue una semana muy compleja con la ida de su técnico De la Fuente, la búsqueda por parte de la dirigencia de un entrenador nuevo y en el marco de todo esto tener que insertar a su nuevo foráneo, Josemir Ayarza.

Para Quilmes también era una oportunidad, pero tiene el cuento de la manta corta. Cuando consigue gol, no defiende. Lo que le cuesta a Quilmes hacer 80 puntos es casi una plegaria. Lo hizo de visitante, pero fue goleado. Para colmo su mejor jugador fue expulsado y dos de sus tres extranjeros no encuentran el lugar en su equipo.

Todo el primer tiempo fue equilibrado y un juego de vaivén. Se alternaron el dominio y el tanteador. Comenzó mejor el local con la participación de Tim Frost en la pintura, tomando segunda instancias y sacando provecho de la fragilidad defensiva de Howell. Gastón Torre conducía con criterio al equipo, sin perder pelotas, pero tampoco sin ser hostigado por su rival. Nico Ferreyra lo esperaba un metro por detrás de la línea del medio campo y desde allí lo marcaba. Quilmes tampoco nunca sacó provecho de la ausencia de Gerbaudo.

Con Frost, Melo y Torre, el local sacó una ventaja inicial (10-7) que amplió a 18-13 cuando encontró gol perimetral con Martina y Luchino. Equilibrio, dinámica de pases, gol adentro y afuera, 9 de Julio lo tenía todo. Pero reaccionó Quilmes de la mano de Britton Johnsen. El americano mormón del cervecero clavó dos triples seguidos, apareció Nico Ferreyra con 5 puntos y el juego se dio vuelta (18-21) para terminar 22-23 al cabo de los primeros 10 minutos.

Con un alto goleo siguió el segundo cuarto con la aparición anotadora de Jaz Cowan (8 pts), el ex Quilmes le dio mucha presencia en la zona interior, con su clásico juego de poste bajo en giro y contra giro sacó de paseo a sus diferentes marcadores. No lo pudieron detener cada vez que le llegó la bola. Lo ayudó con 5 pts Josemir Ayarza en una constante que tuvo 9 de Julio en toda la noche: encontró gol sobre el filo de los 24 segundos ante defensas asfixiantes. Jugando y tirando al límite el local tuvo respuestas perfectas.

De todos modos el segundo cuarto fue equilibrado en su inicio con Quilmes al frente (27-31) para luego volver a cambiar de rumbo (35-33) con un parcial 8-2 de local. La visita sufría porque en sus mejores defensas, 9 de Julio aplicaba una daga sobre los tiros de 24 segundos, para luego alternar una defensa que se olvidaba de marcar. El equipo de Maffei, habitualmente de buena gestión defensiva recibió 45 puntos en solo un tiempo y habiendo convertido 41, con lo que le cuesta anotar, era una muy mala noticia.

El juego se decantó en el 3er cuarto. Era hasta esperable que Quilmes en algún momento bajara su intensidad ofensiva. Es un equipo que naturalmente no tiene mucho gol, y sufre la inexistencia de una referencia en su pintura. Por eso, el bloque defensivo de 9 de Julio mejoró, evitó las penetraciones de Hopson y ya nadie pudo hacer daño, salvo Britton Johnsen.

El “Patriota” se valió de un goleo repartido en el 3er parcial con puntos de Ayarza, atacando con mucha fuerza el canasto rival e incluso puntería perimetral, Cowan imponiéndose con autoridad en el juego interior y Gastón Torre (que jugó los 40 minutos) manejando todo. A veces Luchino le daba una mano en la base para evitar el desgaste total, pero Torre tuvo una interpretación muy acertada del partido, con paciencia, buena dinámica, nunca se metió en problemas.

La rotación de Daniel Maffei desde el banco era intensa probando con perímetros más altos o más bajos, y cambiando los internos no tenía soluciones defensivas. 9 de Julio metió un parcial 27-17. Troscott y Howell, dos candidatos a salir del equipo, no brindaron soluciones. Y aunque el equipo no se encuentra, ellos tampoco en el plano individual aportan algo. Para la suma de los males, cuando terminó el tercer cuarto volviendo a los bancos, Johnsen se peleó con Orlietti y los árbitros determinaron que los dos se vayan al vestuario por expulsión. Fue sorprendente como reaccionó de manera violenta el americano mormón de Quilmes. Orlietti solo jugó 24 segundos.

Para la recta final de diez minutos la distancia le favorecía al local 72-58. Esa andanada voraz de puntos del tercer cuarto le daba tranquilidad para manejar el cierre y el comienzo del último segmento fue excelente para el “9” porque amplió la distancia a una luz de 18 puntos (78-60).

Parecía que el final sería un mero trámite pero Quilmes sacó su orgullo a la cancha, metió presión todo el campo, de manera desesperada y con la voluntad que tenía quiso descontar. De todos modos el local la desarticuló muchas veces con dos pases largos y una volcada de Frost o Ayarza como puntada final, oficiando como “colchoneros” debajo del canasto cervecero. Era el riesgo de salir a jugar la “heroica”.

Apareció Hopson que estaba absorbido por las trampas defensivas del rival y la ineficacia de su propio equipo de encontrarlo en situaciones propicias para que llegue al gol. Los puntos de McHopson y de Weigand fueron la consecuencia de una presión que recuperó balones de un tibio 9 de Julio. Jugado con 5 perimetrales (Weigand de pivote) Quilmes iba con lo que tenía.

La distancia se recortó a solo siete puntos (88-81) cuando Quilmes recuperó un balón, corrió el contraataque 3 contra 2 pero los árbitros entendieron que Eseverri hizo doble dribbling con el balón y el cervecero perdió una pelota de oro. Faltaban apenas 1:10.

De la reposición 9 de Julio encontró lo mejor con la aparición de su figura Josemir Ayarza para cerrar el juego, el empuje de Emiliano Martina y la tranquilidad de Luchino y Torre para cerrar el juego. Desde la línea de libres o con largos y buenos pases a la salida contra presión 9 de Julio se quedó con una victoria que anhelaba con todo su corazón, jugó mejor y lo festejó con su gente como una final.

Síntesis
9 de Julio (95): Gastón Torre 21, Martín Melo 7, Josimar Ayarza 23, Emiliano Martina 8, Tim Frost 16 (FI); Gastón Luchino 6, Jaz Cowan 14, Pablo Orlietti 0. DT: Bernardo Lardone.

Quilmes (84): Nicolás Ferreyra 22, Phillip Mac Hopson 18, Britton Johnsen 17, Louis Truscott 4, Rolando Howell 3 (FI); Gregorio Eseverri 6, Lucas Vildoza 0, Esteban López 4, Axel Weigand 10. DT Daniel Maffei.

Parciales: 22-23; 23-18; 27-17; 23-26.
Árbitros: Alejandro Chiti y Oscar Martinetto.
Estadio: José “Gordo” Albert (Río Tercero).

Foto: Gentileza Ligateunafoto.com
Crónica: Desde Río Tercero Pablo Tosal
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