“La temporada está en peligro”. Así lo admitió David Stern luego de que los jugadores rechazaran la oferta de la NBA. Ahora comenzarán el proceso de disolución del sindicato para demandar a la liga y llevarla a juicio por violar reglar antimonopólicas. Si no surge una acción salvadora es muy probable que la 2011/12 pase a la historia.
Autor:Sebastián Ciano (sciano@pickandroll.net)
Pasaron 137 días de lockout dentro de los dos años y monedas que duraron as negociaciones entra la NBA y el sindicato de jugadores (NBPA), y como resultado se obtuvo que el gremio deje de existir como tal para enfrentarse a la “patronal” en un juicio anti-monopolio.
Desde que la liga le decretó el lockout a sus jugadores se vertieron infinidad de vertientes y posibilidades sobre las cuales se fueron desarrollando las noticias, sin embargo la posibilidad de desmembrar a la NBPA quedaba muy lejana.
No obstante, los días pasaron y la realidad indica que solo una acción “heroica”, por llamarlo de alguna manera, podrá salvar a la temporada 2011/12. “Tendremos un convenio colectivo de trabajo algún día, pero la 2011/12 realmente está en peligro”, sostuvo David Stern luego de haber conocido la decisión de los jugadores.
El comité ejecutivo del NBPA se juntó hoy con 30 jugadores que hicieron las veces de representantes de cada uno de las franquicias de la NBA en una reunión tras la cual decidieron que no aceptarían la oferta de la liga y, como consecuencia, incurrirán en el proceso de disolución del gremio.
Si se repasan los 137 días del lockout y luego se analiza esta última propuesta acercada por la NBA era difícil que alguien pudiera pensar que los jugadores realmente la aceptarían; Aparentemente uno de ellos era el propio Stern, quien habría estado sorprendido por el rumbo que tomaron las negociaciones.
En relación a los ingresos de la liga, los dueños ofrecieron repartir el 50% de las mismas; Se sabe que esto significa una gran concesión por parte de los jugadores, quienes percibían el 57% de las ganancias en el anterior acuerdo. Si bien este fue uno de los puntos más calientes dentro de la negociación, quienes se mantienen cerca de la misma afirman que pasó a un segundo plano, de hecho habrían aceptado esa repartición del dinero. Sin embargo, la NBPA se puso más firme con respecto al sistema del tope salarial, y al parecer allí no dan más el brazo a torcer.
Uno de los lemas con el que la NBA enfrentó a sus jugadores, junto con el de la pérdida de 300 millones de dólares en la temporada pasada, fue el deseo de contar con una liga más equitativa, en la que los equipos pertenecientes a un mercado más chico pudieran acercarse a los más grandes, y así la competencia pasaría a hacer más leal.
Para ello implementaron más “trabas” para con las franquicias que excedan el tope salarial, desde el aumento del impuesto de lujo (se incrementa más allá de un dólar de acuerdo al límite que alcance el exceso) hasta diferencias en las “excepciones” para aquellos que más dinero gasten. Toda esta trama no pertenece a la historia que los jugadores tenían en su mente, por lo tanto se hacía muy difícil que hoy saliera humo blanco de la reunión.
Todavía no está determinada oficialmente la cancelación total de la temporada, pero se llega a esa hipotética instancia por los pasos que se deberían seguir de ahora en más. El hecho que los jugadores le inicien juicio a la NBA significa, en primer lugar, que debe haber un grupo mínimo que avale la posibilidad de desertificar. Como segundo paso, una vez que la NBPA alcance dicha cantidad de “firmas” (seguro lo hará) se procederá a la votación para poder disolver el sindicato, y de ahí en más se iniciará el juicio por violación a la leyes de anti-monopilio. Cada una de estas instancias requiere de un tiempo determinado, y es por eso que pensar en una temporada es imposible.
Ya con la oferta “ultimátum” rechazada, la NBA propondrá una aún más dura, que incluye una división del 53-47 a su favor, y que por supuesto tampoco será aceptada. De ahí en más, salvo una actitud milagrosa de alguna de las partes, tendrán que comenzar a imaginarse un año sin magia.