Una caricia para el alma

Esa nube de problemas que cubre el cielo de Quilmes hace rato que no lo dejaba ver el sol. Concluido el “episodio González” también debieron ponerle fin al proyecto del entrenador que los devolvió a la liga, para terminar cortando al nacional con más ascendencia entre la gente y capitán del equipo.

La suma de derrotas (diez) era un lastre imposible de disimular en la cara de los protagonistas, pero Quilmes va cambiando de apoco el mal humor por un juego con más orden y sobre todo una actitud muy distinta de los jugadores. Phillip Mc Hopson, con su impronta y su fantasía de siempre ahora mira el banco todo el tiempo, su socio se llama Louis Truscott que volvió a ser el que amagó cuando recién llegó. Ellos dos (sobre todo) son los que cambiaron su performance individual de manera más notoria de un técnico al otro y se complementa con la llegada de Maye: valiente, decidido y con aporte de gol. Con un pivote de verdad, este equipo puede andar.

San Martín muestra caras conocidas para el ámbito de la Liga, muestras un juego conocido para los equipos que intentan jugar al básquet pero se deshace en intenciones. Sin Lucas Victoriano pierde y extraña mucho. Con Rollins fastidioso y en otra sintonía no tiene un jugador muy necesario y con los tiradores sin poder meterla hace rato no tiene punch.

En síntesis, lo voy a decir como lo decía mi abuela: se juntaron el hambre y las ganas de comer. Y no es peyorativo del laburo de los jugadores, es una realidad que los dos son un cúmulo de buenas intenciones, de actitud y de lucha pero les sale muy poco de lo que en verdad quieren. Si no vean que Quilmes ganó un partido tirando 1/11 en triples. Si no vean que San Martín luchó hasta el final perdiendo 43-23 los rebotes.

Ambos jugaron un buen primer tiempo ofensivo y un mal primer tiempo defensivo. El cuento típico de la manta corta. Mc Farlan y Rollins terminaron con 8/8 en dobles entre los dos en los primeros 20 minutos, aprovechando la fragilidad que el cervecero mostró en su juego interior y el cambio de estrategia de su nuevo entrenador: se acabó la doble marca en el poste bajo.

Quilmes eligió frenar cara a cara los perimetrales y optó por no sobrecargar la defensa del juego interior. La velocidad de ejecución de Devon Beitzel (buen jugador) rompió todos los esquemas. El americano blanco de San Martín fue indetenible para McHopson y fabricó grietas con sus rompimientos o generó espacios con sus tiros a distancias.

Ofensivamente el local aprovechó el goleo del tridente Hopson (4), Maye (7) y Truscott (5) algo que sería una constante en todo el partido. Los dos perimetrales si no van para abajo, lastiman de 5 metros. El ala pivote busca su lugar cerca del canasto, pone el cuerpo y es muy rápido de manos. San Martín después de sacar una rápida ventaja (11-22) permitió que Quilmes se acomodara en el juego, mientras que se quedó definitivamente sin gol en el 2do cuarto con la salida de Carabajal.

La 2da falta del único base que presentó San Martín fue el motivo justo para que Leandro Ramella, técnico de la visita le dé a Carabajal el descanso programado. Beitzel y Elías Saad oficiaron de bases pero no fue lo mismo. Quilmes levantó y mejoró con Sciutto en cancha, quién hizo su debut a pesar del esguince jugando con un estribo en su tobillo.

Mejorando la marca de la media cancha, con 9 puntos entre Weigand y Ferreyra y apoyado en su terceto foráneo, el cervecero dio vuelta el partido en el segundo parcial (27-17) para quedarse con el primer tiempo 45-43.

En el tercer cuarto la defensa de Quilmes se reencontró con la que supo ser. Mejoró con Weigand definitivamente de ala pivote por el inexpresivo Howell, situación que corre a Truscott de pivote (igual rinde). “Beto” Martínez al igual que con Sionista mandó de titular a Eseverri y luego casi no lo usó más, prefiere resolver la situación del 1-2 con el terceto Hopson-Ferreyra y Sciutto.

Weigand le puso mucha fuerza y voluntad a la marca de McFarlan y logró aislarlo y sacarlo del juego. Primer punto ganado. Cuando entró Ariel Eslava en su lugar, el alto ala pivote en vez de postearse jugó buenos bloqueos para los tiradores y sus perimetrales fallaron mucho (1/8 en triples en el segmento). Allí Quilmes se vio ganador. Había logrado quebrar el esquema prolijo de la visita. El parcial lo ganó 18-11 para entrar al último cuarto 63-54 arriba dominando los dos tableros y con una diferencia importante para administrar.

“Beto” Martínez sentó un rato a Hopson para que Ferreyra y Sciutto piensen más de lo que corran. Había que jugar con la desesperación de San Martín. Maxi Maciel por un rato sacó la cara por su equipo y luego se acopló Devon Beitzel. Pero Quilmes siempre tuvo una respuesta a mano, generalmente con Maye que tuvo efectividad en tiros de riesgos. Quilmes llegó a tomar una máxima de 16 (82-66 a falta de 2:15) pero cerró a diez porque Bietzel y McFarlan empujaron con puntos rápidos sobre el cierre.

En definitiva, la diferencia quedó en 10 (86-76) y puede valer mucho para estos equipos cuando se crucen en la revancha el año que viene y piensen en los puestos del play off. Por ahora a Quilmes le servía más que nada en el mundo ganar y lo hizo bien. San Martín cortó a Hakeem Rollins y mientras busca contar con un nuevo pivote espera recuperar a su base titular para salir de la mala racha. En un duelo de necesitados, la alegría es de un solo.

Síntesis
Quilmes (86): Philip McHopson 21, Gregorio Eseverri 0, James Maye 24, Rolando Howell 0 y Louis Truscott 18 (FI) Nicolás Ferreyra 13, Axel Weigand 10, Germán Sciutto 0, Gonzalo Gorostiaga 0. DT: Luciano Martínez

San Martín de Corrientes (76): Agustín Carabajal 5 (x), Devon Beitzel 20, Maximiliano Maciel 8, Hakeem Rollins 10 y William Mc Farlan 19 (FI), Fabián Ramírez Barrios 8, Fabián Elías Saad 0 y Ariel Eslava 6 DT: Leandro Ramella

Parciales: 14-26, 45-43 y 63-54
Árbitros: Pablo Estévez y Silvio Guzmán
Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”

Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.net)

Crónica: Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.net)
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