El matador

La remó hasta donde pudo. Quilmes abdicó nuevamente de local porque en el rival había piezas vitales que sencillamente el cervecero no posee. Luchó, peleó y dio todos los síntomas de un equipo que quiere ganar. Tuvo vocación de lucha y dos veces se repuso de desventajas amplias. Pero Quilmes sigue sin ganar y no hay desmérito en el perdedor más bien hay méritos en Atenas.

Fue el conjunto de Néstor García un equipo inteligente y valiente para hacer lo que correspondía, primero para armar el partido, luego llevarlo con ventajas y finalmente dar la estocada final donde correspondía.

Dos veces disfrutó Atenas de ventajas amplias en el marcador y dos veces lo alcanzaron. Para un equipo como Quilmes, tan sumido al mundo de las derrotas donde la mente empieza a dudar de todo, haber tenido la virtud de no tirar todo por la ventana cuando se le escaparon (dos veces) es un síntoma de mejoría. Al menos promete una situación de lucha y control.

Con un mejor juego de penetrar y descargar, Atenas se divirtió rompiendo la primera línea defensiva de Quilmes y seleccionando tiros más cómodos que su rival. Así sacó fáciles distancias al inicio (7-18). Quilmes reaccionó con un cambio raro: “Beto” Martínez puso a Weigand de pivote en lugar de Truscott con Maye de ala pivote. Para esto sería oportuno decir que la media cancha era: Hopson, Ferreyra, Sciutto. Atenas era un espejo: Lábaque, Lescano, Holland, Gerlero y Melvin. De los internos ni noticias.

El cervecero protegió su canasto con muchas piernas para cerrar los espacios y metió un parcial 8-2 para acomodar un poco las fichas al cierre del primer cuarto (15-20)

La mejoría del local se extendió al inicio del segundo cuarto (23-22) con un parcial extendido 16-4 en 5 minutos, que lo obligó a Néstor García a pedir minuto. Primera prueba que superaba Quilmes, no ahogarse en la salida por la presión de ganar y que le manejen el partido con la desesperación propia.

Por entonces Quilmes peleaba más de lo que jugaba, lo hacía en el 95% de los casos de frente al canasto, todo perimetral y con Hopson metiendo 3/3 en triples y 15 pts en la primera mitad. Era lógica una mejoría ofensiva si había un duende que lo guiara por individualidad.

Atenas encontró respuestas repartidas alternativamente en Rivero, Mariano García y Marcus Melvin. Por entonces Bruno Lábaque era como un barrilete llevado por el viento, dominado al antojo del rival y Facundo Sucatzky tampoco daba soluciones. Quilmes llegó a los minutos finales ganando 33-31 pero cerró horrible el primer tiempo y Atenas (que jugaba más en equipo) metió un sorpresivo parcial 2-10 para llevarse la primera mitad 35-41.

En el tercer cuarto otra vez el conjunto cordobés salió mejor parado. Sacó 12 puntos de diferencia (40-52) que parecía romper el juego y allí vino la segunda virtud de Quilmes. Otra vez parecía que se le quebraba la cabeza a un equipo que no puede salir de perdedor pero tuvo la voluntad de luchar.

El DT de Quilmes sacó a Hopson y armó un equipo más natural: Ferreyra – Scciuto en el 1-2, con Maye de alero, Weigand y Truscott bajo las tablas. Sin mucho gol, pero con orden y defensa. Hopson es pura voluntad, tiene sobrado talento pero todavía busca y le cuesta adaptarse al rol de escolta que hoy le proponen. Le pasó varias veces la pelota a Ferreyra y lo dejó de base. Al menos es un avance.

Mientras tanto Atenas se perdió un lindo rato. Se fue del partido con los cambios y las pruebas de Néstor García que movía el banco buscando algo. Finalmente un triple de Rivero sobre el cierre del segmento le dio ventaja a la visita (54-57) para ingresar muy equilibrado al último cuarto.

En el inicio del último cuarto Quilmes se puso a uno (56-57) y tuvo la bola dos veces para pasar al frente, pero se apuró y equivocó los caminos en el momento que debía tomar mejores decisiones. Del otro lado El “che” puso un pleno con la salida del errático Delonte Holland a quien le pidieron los documentos en el banco para reconocer si se trataba del mismo goleador que la venía metiendo de todos lados en los partidos anteriores.

Como se notará hasta aquí no hemos mencionado la importancia de Bruno Lábaque salvo para decir que estaba dominado. Pero el espíritu ganador de Bruno y su talento definieron el partido. Primero una bandeja de derecha con tablero por arriba de la marca. Luego por calle izquierda de zurda también con tablero por arriba de la marca. Acto seguido un triple. Siete puntos al hilo que fueron de oro.

Del otro lado Nicolás Ferreyra (que sufría con la marca de Lábaque) buscó con coraje responder del perímetro pero sus tres triples no entraron y la distancia se abrió rápido (56-66 a falta de 5:30) y esta vez ya no hubo tercera vez para la remontada quilmeña.

Fue Bruno Lábaque el que escondió la pelota en sus brazos contra toda la presión del local y disfrutó la sobre marca al balón para lastimar con dagas a jugadores libres y puntos fáciles. Quilmes no tuvo un “Bruno Lábaque”. Un jugador capaz de comerse la presión y dar el plus para cerrar el juego a favor. La marca de Gerlero y Lescano del segundo tiempo sobre Hopson fue perfecta, muchos más altos y con mas piernas para contenerlo.

La media cancha de Quilmes que había brindado 5/9 en triples en la primer mitad volvió a la normalidad en el segundo tiempo y tiró 0/7 en el segundo tiempo para no perder la costumbre de condicionar toda chance de victoria con esos guarismos. Para completarla el jugador que más produce (con diferencias sobre el resto) es Louis Truscott (8 pts y 10 reb) se tiene que generar sus propios puntos porque nadie se la pasa y posiblemente sea el corte elegido por el entrenador en la vuelta de Evan Brock.

Así Atenas crece, despacio, sin rugidos violentos y con visos de un equipo que todavía esta frágil pero tiene armas imperecederas, como Lábaque. Así Quilmes sufre. Con males repetidos en sus jugadores, con decisiones equivocadas a la hora de cerrar un juego, con ganas de salir de todo esto.

Síntesis
Quilmes (67): Nicolás Ferreyra 4, Phillip MacHopson 17, Germán Sciutto 10, James Maye 14 y Louis Truscott 8 (FI), Axel Weigand 14, Facundo Piñero 0, Gregorio Eseverri 0 y Gonzalo Gorostiaga 0. DT: Luciano Martínez

Atenas (80): Bruno Labaque 15, Matías Lescano 11, Delonte Holland 4, Miguel Gerlero 17 y Marcus Melvin 14 (FI), Juan Manuel Rivero 7, Facundo Sucatzky 0, Mariano García 4, Samuel Clancy 8 y Agustín Jure 0. DT: Néstor García

Parciales: 15-20, 35-41, 54-57
Arbitros: Leonardo Mendoza y Juan Fernández
Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”

Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.net)

Crónica: Pablo Tosal
en twitter @pablotosal
www.pickandroll.com.ar