Reivindicación y lucha

Es normal que bajo un partido como el que brindaron Quilmes y Regatas se caiga rápido en la adjetivación. Por Quilmes que lo dio vuelta y ganó. Por Regatas que fue viendo como todo cambió para mal y se quedó sin nada. Esta crónica no pretende ser distinta, por eso también tomará el camino de la adjetivación.

También es lógico que en el básquetbol la razón sea hija de la victoria. Nadie discute un modelo ganador. En lo particular pienso que este triunfo de Quilmes fue más grande para “Beto” Martínez que para el equipo. Ahora tendrá el aire que reclamaba para trabajar. Ganó una pulseada interesante. Al contrario de Nicolás Casalánguida, quien vivirá entre antorchas y tridentes hasta que vuelva de Venezuela (su gran prueba) en la Liga de las Américas.

El primer cuarto fue un carnaval para los correntinos. Luego de dos derrotas de visitante necesitaba tomar un aire nuevo y metió una formación diferente, con una media cancha muy alta y poder intimidante bajo las tablas. Con el paraguayo Martínez en la base, el escolta fue Bruno Zanotti, con Romano de alero, Calderón de 4 y Kanté de pivote.

Esa formación fue un contraste muy grande con la media cancha de Ferreyra, Hopson y Eseverri con Weigand de 4. Quilmes estaba corto en talla y lo pagó muy caro al principio. Como el “Goyo” Eseverri se encargó de Martínez (y lo borró de la cancha) el resto de los visitantes se encargaron de sacar diferencias claves. Sobre todo Nico Romano, que lo tenía a Ferreyra de marcador con una desproporción de altura total le clavó 3 triples por arriba de la marca (que encima se comprometía en la ayuda al juego interior). Zanotti le sacó diferencias a Hopson y con Kanté ganándole el duelo a Matthews Regatas estaba durísimo en defensa e implacable en ofensiva.

Con el tridente Zanotti, Romano y Kanté a pleno Regatas sacó 13 de diferencia (10-23) de máxima que cerró a 12 (14-26) al cierre del primer cuarto. Para completar un panorama negro para el local, Matthews se fue a sentar con dos faltas personales muy rápido.

La reacción de Quilmes llegó con los cambios. El ingreso de Smith y Piñero llegaron como un tubo de oxígeno ante la falta de aire. La defensa de Regatas se cerraba cada vez más sobre su tablero y Piñero los castigó con 4 triples seguidos. También hubo una linda complicidad de la defensa correntina que retornó a defensa marcando a pálpito. Allí se notó la falta de ensamble entre los nuevos Zanotti, Taylor y el resto.

Después de sacar una máxima diferencia de 15 puntos (19-34) con 5 puntos seguidos de Zanotti (10 hasta allí) Quilmes estableció los pasos lógicos de toda mejoría. Primero frenó el temporal en contra, equilibró el juego y luego de apoco fue limando la diferencia. Los triples de Piñero contagiaron al resto, fueron el pastor que los guía en la oscuridad. Con esas conversiones (4/8) impuso una ley de autoridad ofensiva de la que Quilmes carecía. Su cuarto triple lo dejó al cervecero a solo tres (37-40) luego un rebote ofensivo de Eseverri y doble más un propio doble de Piñero le dio la ventaja final al cabo de los primeros 20 minutos por uno (41-40).

El primer tiempo le demostró al equipo de Beto Martínez que los milagros existen, que la lucha es un camino digno de seguir y que en básquet todo se puede. En un momento estaba quebrado y al poco tiempo revivió. Regatas se confundió en el lugar donde el local sacó ventajas: el recambio. Sin Diego Cavaco, Nicolás Casalánguida buscó rotar como podía el plantel y redujo a siete el equipo. En el segundo tiempo entraría Alejo Montes para hacer un equipo de ocho.

De todos modos, con Eseverri muy encima de Martínez lo primero que perdió Regatas fue juego. Los dos datos claves de la parte táctica de la noche fue la marca al base y la doble marca al pivote. El atrape al poste bajo para que no pasara limpio el balón o complicara con el uno contra uno.

De todos modos Quilmes ya estaba lanzado emocionalmente a ganar el juego. En el primer cuarto, Nicolás Ferreyra ya no soportó el dolor de la inflamación de su tendón en la rodilla izquierda y debió salir. Hopson se hizo cargo de la base con Eseverri de dos y Smith de alero. El tercer cuarto fue casi un unipersonal de Phillip McHopson (10 pts en el segmento) asistiendo además muy bien a Matthews.

Cuando llegó el último cuarto (66-58) Quilmes estaba muy bien anímicamente. Por el contrario, el técnico visitante buscaba soluciones con cuanta formación podía imaginar. Nicolás Romano de alero o de ala pivote. Doble pivote con Kanté y Taylor o uno solo. Doble base o Zanotti de escolta. Lo probó todo y salvó en el inicio nada le funcionó.

Fue notable lo partido que estaba el equipo sin juego. Entró Alejo Montes como base y terminó jugando un uno contra uno contra Matthews comiéndose un enorme tapón al tiro de 5 metros. Rebote defensivo y contraataque. Esa imagen era la de Regatas, un equipo dividido y sin juego.

La última formación que intentó el técnico visitante es el que más cerca lo puso. Nicolás Romano volvió al puesto de alero, doble base con De Lo Santos y Martínez más Zanotti y Kanté. Con un par de recuperos y gol se puso a siete (70-63) a falta de siete minutos y los fantasmas del partido del domingo empezaron a sobrevolar el polideportivo.

Allí Quilmes dio la prueba de carácter definitiva para llevarse el partido. Doble de Hopson en slalon contra todos, defensa y recupero, libre de Matthews, defensa y recupero, doble de Piñero. Parcial 5-0 (75-63) y un aire decisivo para gobernar los 5 minutos finales.

Para coronar la victoria el “Faca” Piñero metió un triple y dos dobles más (25 puntos en total su máxima en la liga nacional) y Eseverri siguió erigiéndose en un gigante. No dice la planilla que él solo dividió al rival en dos sin que los bases pudieron armar juego. Pero si dice que tomó 10 rebotes y robó 5 balones. Es el corazón del equipo que no para de latir. Hopson jugando como base 30 minutos se olvidó de los problemas del pasado y condujo firme, con rasgos típicos de su intrepidez (19 tiros de campo tomó) pero haciendo de todo (9 rebotes y 9 asistencias). Este fue el terceto saliente. Pero el resto dio mucho, porque se puso a disposición del equipo. Caso contrario a Regatas que se movió anárquico.

Aunque lo pinten de sencillo, no es fácil este escolazo del básquet. El domingo había tenido casi una herida de muerte. Un partido raro donde Quilmes perdió más que dos puntos, pero en 48 horas renació con la misma furia que se cayó. Sabe que los play off por la permanencia están cada vez más cerca y las señales ahora son positivas.

Síntesis
Quilmes (87): Nicolás Ferreyra 2, Mac Hopson 24, Gregorio Eseverri 5, Axel Weigand 6 y Clarence Matthews 12 (FI) Facundo Piñero 25, Louis Truscott 2, Michael Smith 11. DT: Beto Martínez

Regatas (68): Javier Martínez 10, Bruno Zanotti 14, Nicolás Romano 13, Pedro Calderón 1 y Djibril Kanté 10 (FI) Terrel Taylor 9, Nicolás De los Santos 11, Alejo Montes 0. DT: Nicolás Casalánguida

Parciales: 14-26, 41-40 y 66-58
Árbitros: Estévez y Dinamarca
Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas“

Foto Majo Gil (mjgil@pickandroll.net)

Pablo Tosal
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