Pensando en Londres

La fecha que todos los fanáticos del deporte tienen marcada en su calendario es el 27 de Julio; Ese día, una vez más la llama olímpica brillará imponente, en esta oportunidad con el inmenso cielo londinense de fondo, con el objetivo de darle rienda suelta a una nueva fiesta. Un día después la historia arrancará para los amantes del básquetbol.

Ése es el día encerrado dentro de un círculo rojo por éstas latitudes, un momento muy esperado por todos ya que se supone que será el principio de la última función de la que, para la gente, es la mejor selección en la historia del deporte argentino, según arrojaron los resultados de una encuesta que lanzó la web canchallena.com meses atrás.

La selección argentina de básquetbol, la ya histórica Generación Dorada que está marcada a fuego en las entrañas de deporte nacional, mostrará una vez más sus pergaminos cuando salte al “Basketball Arena”, uno de los dos escenarios que tiene preparada la mítica Londres para “la naranja”; El otro es el North Greenwich Arena, donde se jugarán los cuartos de final.

“No siento que Londres sea un antes o un después. Ni que después de Londres se acabe el mundo. No es dramático”, opinó Luis Scola, uno de los máximos referentes de esta camada inolvidable. Pero en realidad sí habrá un antes y un después tras los próximo Juegos Olímpicos, lo que no significa - como afirma el Luifa - que el planeta se caiga a pedazos.

Pero ya habrá (mucho) tiempo para hablar del futuro del básquetbol argentino; Es hora de ocuparse del presente. El equipo de Julio Lamas viene de salir campeón en el marco de un emocionante Preolímpico de Mar del Plata, le ganó la final al clásico Brasil y selló una despedida del público local que quedará en la retina de todos.

Conseguir el pasaje fue duro tras un Puerto Rico que estuvo cerca de realizar la hazaña de su vida, y ciertos aspectos del juego seguramente quedaron en el tintero del cuerpo técnico para analizar. Aunque es verdad que siempre hay cosas para analizar aún en las más fervorosas victorias.

Ya pasaron casi seis meses de la conquista dorada en “La Feliz”, se habló de lo que dejó basquetbolísticamente ese certamen y ahora llega el momento de analizar cómo se acerca cada jugar a la cita preolímpica, cuando restan cuatro meses su el inicio; Y qué mejor que comenzar por los NBA, jugadores que de ante mano se sabe que son una fija para cualquier torneo que dispute el seleccionado.

Cualquiera que esté al tanto de las campañas de los argentinos dentro de la mejor liga de básquetbol seguramente le surja algún interrogante a la hora de pensar en los Juegos Olímpicos debido a ciertas circunstancias que alientan a la incertidumbre ¿Pero son realmente estos hechos motivos de preocupación?

En primer lugar, las realidades de cada uno de los miembros de la selección sons muy diferente. Scola está teniendo su peor temporada en cuanto a porcentaje de campo, sin embargo hay que tener en cuenta que su rol en los Rockets cambió considerablemente desde Beijing, y mucho más aún desde el retiro de Yao Ming. Toma más responsabilidades y es lógico que tenga más posibilidades de fallar; No obstante, el ex TAU Cerámica sigue siendo pilar en un equipo que se ha vuelto perimetral y pelea por los playoff. Tiene una media de 15.2 puntos y 6.3 rebotes por partido.

Distinta es, hasta el momento, la situación vivida por Emanuel Ginóbili, el otro gran referente de Argentina. Comenzó la temporada con nivel de All Star, siendo el guía de unos Spurs que renovaron su credencial de candidato al título, pero las lesiones – dos consecutivas - lo tienen a maltraer. Primero fue la fractura del quinto metacarpiano de su mano izquierda, el 2 de Enero; Luego, a siete días de su regreso a las canchas, una distensión en el oblicuo izquierdo volvió a marginarlo de las canchas, aunque esta vez solo por un par de semanas.

La pregunta se cae de maduro: ¿Manu salió beneficiado por descansar en medio de una temporada que no da respiro o lo afectará a la hora de recuperar esa forma basquetbolística que mostró en el arranque? Eso solo lo indicará el tiempo, pero lo cierto es que tras el regreso de la primera lesión el bahiense promedia 5.6 tantos y un 43% de cancha.

Quizás el caso más peculiar, el que realmente preocupa, es el de Andrés Nocioni. El Chapu está atravesando su peor momento desde su llegada a la NBA hace 8 años atrás junto con los Philadelphia 76ers. Desde un primer momento se mostró muy contento con la contratación del técnico Doug Collins, con quien reconoció tener mucho diálogo, lo describió con una persona que sabía sus objetivo al tiempo que destacó el orden que había impuesto en el juego de los Sixers.

Sin embargo, a medida que pasó el tiempo sus minutos fueron decayendo notablemente hasta llegar a la situación que vive hoy en día en la que es noticia saber que pudo jugar un puñado de minutos. “Quiero llegar 100% a Londres y creo que lo mejor es prepararme a mi manera como lo hice en las últimas oportunidades”, contó el santafesino a través de su blog en espndeportes.com. “Siempre llego bien al día del comienzo de la preparación grupal. Un ejemplo es el Preolímpico, para el que estaba en las mejores condiciones”, explicó.

Hasta la lesión, provocada por una torcedura de tobillo al caer mal en un salto y no por problemas físicos, Nocioni fue una de las figuras del equipo en Mar del Plata y realmente se lo vio muy bien física y mentalmente, su mayor virtud. Pero hoy su nivel es una incógnita dado que hasta el momento solo disputó 10 partidos (uno como titular) con un promedio de 5.2 minutos. Collins no confía en él – la razones no están claras – y está esperando ser traspasado. Por el momento hay que confiar en su amor propio para pensar que en Londres estará tan “vivo” como siempre.

Mientras tanto, Carlos Delfino tampoco está viviendo su mejor momento en Milwaukee, más teniendo en cuentan que en la temporada pasada había cobrado mucha trascendencia dentro de un equipo que sorprendió a todos. Luego de 36 partidos el santafesino todavía está “volando bajo”: Posee el porcentaje de cancha más bajo desde su ingreso a la NBA (38.2%), allá por la temporada 2004/05, cuando hacía sus primeras armas con la camiseta de los Detroit Pistons y en 30 partidos lanzó para un 35.9%. Promedia 9.2 puntos, 3.7 rebotes y 2.4 asistencias en 28.6 minutos por noche.

Todavía queda mucho camino por recorrer de esta “acotada” 2011/12 de la NBA, y más aún para el inicio de un nuevo sueño olímpico, por lo que las mentes de los jugadores no están 100% metidas en ese objetivo, aunque es imposible no mirar todo de reojo y dejar de pensar en lo que vendrá y cómo se llegará a ese momento. Ojalá, como siempre, sea de la mejor manera.

Foto: Gentileza ligateunafoto.com

Sebastián Ciano
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