El “Pini” Salles no jugó los últimos tres partidos de Quimsa y, aunque parezca una simple coincidencia, su equipo pudo ganar. El base armador rosarino cumplió al pie de la letra el proceso de recuperación y está listo para jugar.
El base armador rosarino estaba jugando en gran nivel durante el primer cuarto del partido ante Leones de Quilpue, por Liga de las Américas, pero sintió un tirón y abandonó el parqué con muestras de mucho dolor. Vio el resto del partido sentado en el banco, con un vendaje especial en el muslo de la pierna izquierda, y al día siguiente se le realizó un estudio en el que quedó descartado el desgarro y se le detectó un tirón.
De todos modos, no jugó ante Bauru y tampoco en los dos primeros partidos de la serie de reclasificación ante Boca Juniors. Decidió ver esos juegos sentado en el banco de suplentes, con muchas ganas de ingresar y hasta con algo de impotencia por no poder ayudar a sus compañeros.
El jugador cumplió al pie de la letra el proceso de recuperación y hoy, en horas de la siesta, viajará junto con el plantel rumbo a Capital Federal, donde mañana se disputará el tercer punto de la serie ante los xeneizes.
La presencia de Hernando Salles es fundamental, teniendo en cuenta que Nicolás Aguirre realizó un gran esfuerzo y sufrió un desgaste físico importante.
De esta manera, el “Negro” Romano tendrá a los nueve mayores a su disposición, pero no podrá con Gabriel Deck, quien sufrió un esguince de tobillo la noche del miércoles en un partido del torneo local frente a Villa Mercedes.
El pívot de Colonia Dora no viajará con la delegación y se quedará en la provincia para continuar con la recuperación, teniendo en cuenta que el próximo martes 27 del corriente deberá viajar a la ciudad bonaerense de San Vicente para incorporarse a los entrenamiento del preseleccionado U18.
El plantel tuvo ayer día libre, mientras que por la noche partió el colectivo con algunos integrantes del cuerpo técnico, dirigentes y personal de utilería.
Los jugadores viajarán a Capital Federal en avión para evitar un desgaste físico excesivo, teniendo en cuenta que el equipo está en una situación límite, que lo obliga a ganar los dos partidos en La Bombonerita.En el grupo hay optimismo generalizado.