Nace una esperanza

Como todo alumbramiento fue inolvidable. Quilmes no ganó un partido, lo parió. Cuando terminó el juego, la certeza era inevitable: los hinchas locales que presenciaron el juego perdieron al menos un año de vida.

A pesar de las urgencias del caso Quilmes lo llegó a dominar por completo al conjunto “Patriota” y le sacó 19 puntos (54-35) pero se cayó a pedazos en el final del tercer cuarto y el inicio del último. Permitió un violento parcial en contra de 5-26 para quedar abajo 59-61. Desde allí al final fue una novela de suspenso. La incertidumbre y los nervios como guía. Luego del festejo final deberemos preguntarnos qué repercusiones habrá tenido semejante partido en el alma de los dos equipos.

En el comienzo parecía un partido de fútbol. Iban 5 minutos y el resultado era 3-2 a favor de local. Era una sinfonía de errores entre dos equipos que iban más rápido que la pelota. Cuando se acomodaron restaban 2:30 para el cierre del primer cuarto e igualaban en 7. Una aparición de Hopson explosiva le dio a Quilmes un mejor cierre de segmento. En el medio de la nada, El escolta foráneo con documentos argentinos lideró a los suyos con 7 puntos seguidos para quedarse con el primer cuarto 16-14.

Será más fácil enumerar las acciones positivas que las negativas (que fueron muchas más). A ninguno de los dos le salía nada. El partido era flojo, emocionante, mal jugado, parejo.

De repente Quilmes en el segundo cuarto aprovechó dos circunstancias vitales para escaparse en el marcador. 1) La segunda falta de Diego Gerbaudo que lo manda al banco. Desde allí 9 de Julio perdió a su mejor hombre y perdió juego. 2) Hopson se hizo cargo de todo y dio un recital de cómo atacar por individualidad. Además aparecieron un triple Weigand y otro de Piñero para que Quilmes tome 12 de ventaja (36-24).

De repente 9 de Julio había perdido la línea por completo. Afuera un flojo Cowan e intermitente Ayarza y el conjunto cordobés se volvió muy perimetral. Lanzó 0/5 en triples sin otra idea que intentar abrir la defensa con algún bombazo. Pablo Orlietti era el único que imponía su juego en el poste bajo.

Para el segundo tiempo volvió Gerbaudo luego del descanso del segundo cuarto y tomó las riendas del partido. Primero tuvo que soportar una lluvia de triples. Quilmes dominaba el juego con 4/4 en tiros perimetrales pero se fue Ferreyra por tres faltas a descansar, Hopson paso de base, 9 de Julio pasó a Zona y todo cambió. Quilmes se borró solo de la cancha haciendo cosas increíbles. Cuando digo increíble es que no encontré otro adjetivo que se ajuste.

Después de errar cinco triples 9 de Julio no cambió el dogma. Siguió tirando de tres a conciencia que era lo único que tenía para hacer para recortar la diferencia (54-35). Gerbaudo metió dos y Emiliano Martina (que suplantó a un descolorido Cowan) metió dos triples más. La visita cerró el cuarto con un parcial 14-2 para volver al partido.

La distancia de 7 (56-49) al inicio del último cuarto no le garantizaba nada al cervecero. De hecho perdió esa distancia muy rápido. Un parcial extendido de 5-26 lo puso al frente a 9 de Julio 59-61 a falta de 7:30 para el cierre del juego.

Desde allí todo fue tensión. La noche de Matthews que jugó a no jugar, fue un contrapeso para Quilmes. Beto Martínez lo evaluó y entendió que era mejor tenerlo afuera que adentro. Pero su equipo careció de toda referencia en la pintura y jugando solo a la “carga barracas” chocó contra una defensa zonal muy inteligente. De repente a falta de dos minutos la visita se disponía a llevárselo todo del Poli. Ganaba 63-68 y pintaba para cerrarlo por más.

En el medio de las tinieblas llegó Hopson para sacarlos de un mal momento y se cargó la responsabilidad ofensiva. Asumió protagonismo y fue efectivo. El técnico visitante dejó definitivamente la doble base Torre - Gerbuado que hasta acá ha sido la diferencia de la serie. Con Luchino o Masieri de alero siguió creciendo. Quilmes era una sombra y ya soportaba el pánico escénico de un partido increíble que tenía dominado.

En momentos muy oscuros para el cervecero apareció la figura de Goyo Eseverri haciendo de todo. Anoche se consagró como un autentico líder de equipo, habló con sus compañeros, contagió su espíritu de siempre y luchó sin cansarse. Con sus limitaciones ofensivas terminó siendo vital para resultado del partido.

Muy contrario a Matthews que sintonizó otro canal toda la noche. Cuando podía hacerlo fácil la hacía difícil. No hizo puntos, no defendió y sobre el cierre le hizo dos faltas a los bases rivales con 5 faltas de equipo, para mandarlos a la línea de libres, digno de una persona que se quiere ir.

La figura de Gerbaudo necesitaba un socio y llegó Torre que se anotó con puntos claves y muchos rompimientos al aro para perforar la defensa quilmeña. Hopson una vez más llegó al rescate y lideró a pura individualidad su reacción. El empate en 71 llegó en dramático cierre y todo paso al suplementario.

En el primer tiempo extra el mejor fue Quilmes. Se notó una merma en la visita, acaso por haber dejado escapar el partido en tiempo regular. Pero Quilmes le perdonó la vida con 5/10 en libres dejándole la posibilidad que Luchino corra de costa a costa para meter la bandeja y mandar el partido al segundo suplementario.

Allí Quilmes volvió a ser superior, ya sin su base y pivote titular afuera por faltas, los guerreros que quedaron dentro no se rindieron. Moodie tuvo un par de apariciones acertadas en el cierre y Truscott como siempre se ingeniaba sus propios puntos en rebotes ofensivos. Sebastián González volvió a poner su formación titular para cerrar el juego y no le fue bien.

Con angustia y en doble suplementario Quilmes sigue vivo. 9 de Julio puede llega a lamentar mucho el partido que se le escapó o bien puede lavar su cabeza y focalizarse en todo lo bueno y pensar en el 4to juego.

Síntesis:
Quilmes (71) (81) (94): Nicolás Ferreyra 7 (x), Mac Hopson 37, Gregorio Eseverri 12, Axel Weigand 11 y Clarence Matthews 8 (x) (FI) Louis Truscott 8, Facundo Piñero 3, Cedric Moodie 8. DT: Luciano Martínez

9 de Julio (71) (81) (88): Diego Gerbaudo 22, Gastón Luchino 6, Josimar Ayarza 15, Jazwin Cowan 3 y Samuel Clancy 5 (FI) Gastón Torre 11, Lucio Reinaudi 0, Emiliano Martina 12, Leandro Masieri 6 y Pablo Orlietti 8 - DT: Sebastian González

Parciales: 16-14, 36-27, 56-49, 71-71 y 81-81
Árbitros: Chitti, Fernández y Mendoza
Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”
Serie 1-2

Foto Majo Giil (mjgil@pickandroll.net)

Pablo Tosal
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