Falleció Miguel Romano

Estas líneas las hago a manera de memoria y descargo sobre la muerte de un amigo y referente como Miguel Romano. Y por eso van en primera persona.

Así como los jugadores y técnicos tienen sus referentes, los periodistas también los tenemos. Yo he dicho en más de una oportunidad que he buscado sacar lo mejor de cada periodista que me ilumina los ojos. Uno termina siendo acaso una mala copia de cada pedacito de los originales.

Mi ideal es: el conocimiento y la certeza de Juan Carlos Meschini, la forma de entrevistar de Julián Mozo y la agudeza periodística de Miguel Romano. Creo que nunca se lo hice saber, cuánto lo admiraba y cuán agradecido he estado de seguirlo siempre.

Miguel fue uno de los primeros periodistas de Buenos Aires que me dio bola, que me escuchó y me atendió como un colega, a él no le importaba el medio, le importaban las ideas.

Desnudo de todo prejuicio supo llamarme muchas veces desde la redacción de La Nación sabiendo que su medio no le da importancia a la Liga para que yo siga determinado tema. “Que sabés de.... ?” “Hablaste con... ?” “Te enteraste de...”. Siempre estaba al tanto de todo y eso que luego de SOLO BASKET casi no tenía espacio donde escribir de su amada LNB sino en las finales o en su columna de Basquetplus.com.

Me alentó como pocos a seguir causas perdidas “Hablá con fulano” “Tenemos que preocuparnos por tal cosa” “Esto es una barbaridad hay que seguirlo” y jamás compartí el mismo medio. Su llamado era como su forma de hacer periodismo, directa al hueso, por eso lo admiraba.

No compartí su amor por la NBA pero si por el básquet y la vida, me guardo de él definiciones sobre las mujeres y los momentos de pareja que son propias solo de un tipo que supo vivir.

Luchó con garra contra esa maldita enfermedad y hasta hace poco (y a pesar de todo) soñaba con ir a Londres a ponerle él también un broche a la Generación Dorada. “Soy un privilegiado en haber visto jugar a estos pibes” decía con frecuencia.

Dentro de un mundo que tiende a la especificidad, Miguel representó la avanzada moderna del periodista dedicado al básquetbol. Me he quedado aturdido y sin muchos deseos de hablar de nada. Cuando un amigo muere todos nos sentimos un poco más solos. En la profunda tristeza de hoy, sabiendo que este día llegaría, solo siento admiración y agradecimiento a un ejemplo de persona y periodista.

Pablo Tosal
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