“Te sentís gigante”

Pero Leo es Leo y acá está, con sus nueve Ligas y dos medallas olímpicas a cuestas, enseñando el camino. Y definiendo partidos chivos. “La verdad es que tenía muchas ganas de jugar un torneo en Argentina. Me quedé con las ganas del Preolímpico y no lo pensé dos veces. Cuando me enteré que no iba a estar en la lista, hablé con mi representante y me dijo que lo pensara bien. Pero yo quería... Mi esposa Fernanda me bancó y hablé con Julio (Lamas) para pedirle estar. Se sorprendió como todos, pero le expliqué que era mi deseo y acá estoy, disfrutándolo”, le explica a Olé el día después.

-Y el cansancio, los dolores... ¿No están?
-Sí, siempre. Tengo un gran desgaste, pero me siento bien y puedo gozar.

Claro, el destino le devuelve, lo premia... Con ese triplazo que liquidó al bravo Venezuela. Una vez más. “Y sí, no te voy a mentir, es una alegría doble. Estar jugando en casa y definir un partido tan duro de esta manera te suma mucho, es un premio que te da el juego... Lo estoy disfrutando mucho, con chicos jóvenes. Me siento uno más de ellos.

-Por momentos sos un par y en otros, Papá Leo, ¿no?
-Sí (se ríe), es mi función. Me gusta retarlos un poco (se ríe), soy bastante jetón. Pero siempre para sumarles cosas, aconsejarlos...

-¿Y qué sentís al definir un partido, como el martes antes Venezuela?
-Alegría, felicidad por haberla metido la última...

-Pero pará: tenés que sentir más que alegría, cuando metés semejante bomba, la gente explota y vos volvés con los brazos abiertos. ¿Qué es?
-Es un éxtasis, se juntan muchas cosas. Notás adrenalina, te sentís bien, fuerte, gigante, imponente.

-Ya lo hiciste muchas veces. ¿Qué pensás al tomar el tiro? ¿Por qué sos siempre el que lo hace y otros lo fallan?
-También he errado muchos. Uno no piensa en nada, ni si la metés o la errás... sólo ve cómo es la jugada y la tira.

-A veces fallás en el partido, pero no en el último cuarto o en el final. ¿Por qué pasa eso?
-No sé, quizá me tomo unas décimas más, agarro mejor la pelota, salgo mejor armado, tengo más cuidado y me enfoco mejor en el aro. Me sale natural.

-¿Venir metiéndola últimamente suma mucho?
-Y sí, me viene bien. Saber que la venís metiendo te ayuda mucho inconscientemente. Y el aro se te agranda bastante...


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Julian Mozo - Diario Olé.