“Me sentí un poco intimidado”

Estaba en un cumple compartido (novia y hermana) y, de repente, una noticia se transformó en una fiesta total, cuando sonó el celular y era Julio Lamas. Era la gran noticia que deseaba Marcos Mata: iba a los Juegos Olímpicos. “No me lo esperaba así, fue una situación especial. Todos se pusieron muy felices por mí. Y yo también, obvio”, le cuenta a Olé sentado en uno de los sillones del imponente Meliá Castilla.

-¿Y vos cómo la veías?
-Sabía que tenía un 50% de chances. De los cinco partidos, en dos o tres no me había sentido cómodo por estar más nervioso de la cuenta.

-Desde afuera se te vio atado, sin la soltura y confianza de Peñarol.
-Sí, así me sentí, atado, sobre todo en los partidos en el Luna Park. Con el estadio se me metió algo personal, una presión... Son todas cosas que se aprenden para el futuro.

-Jugar con tus ídolos tampoco es fácil, aunque uno crea que sí, ¿no?
-Y sí, al principio me costó. Me sentí un poco intimidado por tenerlos al lado. Los tipos son tan grossos y uno piensa que lo que va a hacer está equivocado o está muy pendiente de mirarlos, ver qué hacen... Con los días eso va pasando, lo tomo distinto y los voy conociendo en la cancha.

-¿Qué consejos te dieron?
-Que esté tranquilo y trate de entrenar más suelto, que sea yo, el de siempre... Me explicaron que ellos necesitan que yo y Facu (Campazzo), al que le pasó algo parecido en relación a los nervios, estemos más tranquilos.

-¿Te imaginabas estar metido en este grupo de estrellas tan rápido?
-No, la verdad que no me imaginaba. Vengo hace años jugando Sudamericanos y Panamericanos, pero esto no es lo mismo. Ojalá pueda aprovechar para poder seguir en el equipo.

-¿Y ya caíste que vas a jugar un Juego Olímpico o que en días vas a enfrentar a Kobe y LeBron?
-Es raro, recién ahora al llegar a España empiezo a darme cuenta de dónde estoy. Cuando estuve en el Mundial, llegué el último día y casi de regalo por la lesión de Chapu. Ahora es distinto, los chicos me cuentan lo que es y me voy metiendo. Sé que es único y tengo que vivirlo.

-¿Por qué quedaste? ¿Qué te dijo Lamas, qué sentís?
-Julio aclaró que a Paolo (Quinteros), en los últimos torneos, no le había encontrado lugar y que a mí, con 25 años, todo esto me iba a servir a futuro.

-Pero, más allá de futuro, hoy sos una realidad.
-Obvio, por algo quedé. Tiene que ver con mi capacidad defensiva y de ayudar en el rebote. Dar en parte lo mostrado en Peñarol.

-¿En qué notaste o imaginás que cambia el juego en este nivel superior?
-Todas las decisiones hay que tomarlas más rápidamente. Hay menos tiempo y los rivales son más grandes. En la Liga el más alto tiene 2.08 o 2.10 y hay pocos. Acá hay muchos y la diferencia es grande. Hay que adaptarse y todo lleva un tiempo. Ojalá que sea el menor posible


Foto: Gentileza Ligateunafoto.com
Julián Mozo - Enviado diario Olé