“Yo tuve una preparación loca, pero el grupo me bancó unido”

Sabía que la jugada le podía salir mal pero apostó un pleno y el croupier de la vida le tiró la bola justa. Se operó de una hernia inguinal y de los aductores con las semanas contadas para sumarse a la preparación con la Selección Nacional, estuvo en vilo por el seguro necesario para vestir la celeste y blanca al no tener equipo y, para rematarla, disfrutó 24 horas con sus recién nacidos mellizos Carlos y Cecilia en Italia. “Tuve una preparación loca, es cierto, pero el grupo me bancó muy unido y eso me gratifica”, contó Carlos Delfino, el protagonista de esta novela, en un mano a mano con Clarín . Una novela que relaja con sonrisas al ver que el juego del santafesino está intacto, aunque le cueste en lo físico.

“Cuando estoy fresco y entro, me siento bien en los primeros minutos. Pero después me empiezo a ahogar y eso se recupera entrenando. Te corro un maratón y no me quedo sin aire, pero lo siento cuando hay que saltar, chocar, bajar el culo un poco y defender”, grafica bien a su estilo.

-Pero te tocaron justo España y Estados Unidos para ver cómo estabas. No era tarea sencilla...
-Sí, es verdad, son los dos equipos que están en el punto más alto. Yo vengo a colaborar y no vengo de paseo. Me preparé como podía y tengo que maquillar los baches que hayan quedado en el camino.

-¿Te sorprendió haber jugado tanto contra Estados Unidos?
-Con Julio habíamos hablado de hacer dos entradas de 6 minutos en cada tiempo y terminé jugando 20 minutos (risas). En mi vida pedí un cambio, pero esta vez a los cinco minutos miraba al banco.

-¿Cambiaron las sensaciones entre el partido con España y el último con Estados Unidos?
-La derrota tiene otro sabor y somos optimistas porque el equipo dio un paso adelante. Pero empezamos mal como contra España y eso lo tenemos que cambiar absolutamente porque hoy pudimos volver al partido pero no tiene que pasar. Creo que no nos sobran piernas para que nos pase en los Juegos, donde todos serán partidos a matar o morir. No podemos empezar con esas desconcentraciones. Después sí hay muchas cosas positivas que nos dejan mejor.

-¿Qué te gustó más de la remontada ante Estados Unidos?
-Que cambiamos nuestro juego. Apenas nos concentramos en Buenos Aires, hablamos sobre que en Mar del Plata no habíamos jugado bien. Para mejorar, hay que mover la pelota y jugar en equipo. Por ahí picamos mucho la pelota y provocamos demasiado el uno contra uno. Por la cantidad de talento que tenemos, debemos prestarnos la pelota un poquito más. Cuando la pelota se movió fue cuando nos recuperamos y lucimos.

-A cinco días del debut, ¿qué es lo que da mayor satisfacción mirando a ese futuro próximo?
-La unión del grupo. Somos conscientes de que tenemos que seguir mejorando porque puede ser la última vez que tengamos la chance de hacer algo grande. Tenemos condiciones para mejorar e iremos a matar o morir.

-¿Hay algo en particular que ansíes volver a vivir en Londres después de dos medallas olímpicas?
-Lo que vivimos siempre con el equipo: las ganas de jugar y de ganar algo juntos. Claro que los Juegos y estar en la Villa son cosas especiales, pero cada torneo queremos vivirlo como grande y nos unimos para ello.

La vida le sonríe a papá Delfino. La apuesta le salió redonda.


Por Hernán Sartori / enviado especial diario Clarín
Foto: Amilcar Orfali / enviado especial Clarin