Una máquina que no tiene freno

El 29 de noviembre del año pasado San Antonio encendió la polémica en el mundo NBA. Debían enfrentar al Heat, los campeones defensores, en Miami en un encuentro que sería televisado para todos los Estados Unidos, y por supuesto en el resto del mundo también.

El calendario no estaba siendo para nada benévolo con los Spurs, aquel encuentro era el sexto de seis partidos que jugaban fuera de su cancha apenas un mes dentro de la temporada, aunque no parecían estar sintiendo el trajín de los viajes: Llegaban a Florida con cinco victorias consecutivas.

Como el esfuerzo no dejaba de ser importante, y al sábado siguiente recibían a los por entonces líderes de la conferencia Oeste (Memphis Grizzlies), Gregg Popovich había decidido darle descanso a cuatro “casi” titulares: Tim Duncan, Tony Parker, Danny Green y Emanuel Ginóbili, lo que despertó la ira de David Stern, quien impuso una multa de 250 mil dólares a la franquicia.

En aquel partido, San Antonio desplegó un gran juego de equipo, mostró todo su carácter y estuvo a punto de meter el batacazo y ganar en Miami con mayoría de suplentes (perdió 105-100); Anoche en Chicago, prácticamente con el mimo equipo - Green por Jackson - los texanos dieron una muestra de básquetbol y le ganaron a los Bulls 103-89 sin sus figuras.

Y gran parte del mérito se lo lleva aquel “loco” de Popovich, multado y apuntalado por la NBA como un “rompe reglas”. Su equipo es una máquina que juega de la misma forma en todos lados, que posee un plante largo en el cual cada uno conoce y ejecuta su rol a la perfección y en el que cada pieza es importante y cobra valor a través del tiempo.

Una muestra cabal de ello es Kawhi Leonard. El alero fue drafteado por los Indiana Pacers en la decimoquinta posición del draft de 2011 y traspasado a los Spurs, en donde de a poco fue encajando en el sistema de “Pop” y hoy se lo puede ver jugando con un aplomo asombroso: Anoche fue el goleador de San Antonio con 26 puntos, la marca más alta de su carrera. Justo cuando su equipo más lo necesitaba.

Hoy en día Danny Green y Gary Neal son dos veteranos con tres años en el equipo. Desarrollaron una polifuncionalidad que los hace tan importantes como cualquier otro jugador de renombre, al punto que en varios partidos se convirtieron en el factor determinante de los encuentros.

Por su parte, Tiago Splitter está atravesando su mejor temporada desde su arribo a la NBA en la temporada 2010/2011. Parece que no quedó nada de aquel pivot “blando” que comenzó timorato su primeros pasos; Hoy el brasileño se convenció de sus aptitudes y es pura decisión en la pintura: Tiene un promedio de 10.7 puntos (59.4% de cancha) y 5.7 rebotes en 23.8 minutos de acción, aunque su influencia es mayor que esos números. Conoce el juego, y se entiende de gran forma con Manu en el dos contra dos.

Boris Diaw llegó a San Antonio la temporada pasada para darle mucha versatilidad al equipo, con presencia en la pintura y toda su capacidad atlética para moverse como un perimetral. Por su parte, el también francés Nando De Colo es rookie, pero no le ha temblado el pulso cada vez que es el encargado de comandar la ofensivas; Anoche fue titular y terminó con 9 puntos y 7 asistencias, su marca más alta de pases gol desde que llegó a la NBA.

Con la victoria de ayer, ante la tercera mejor defensa de la NBA, San Antonio consiguió el tercer triunfo en cuatro partidos de la gira del rodeo, que incluye cinco partidos más aún fuera del AT&T Center. Todavía Manu y Duncan no vieron acción, pero Popovich sabe que puede esperarlos el tiempo que sea. Su máquina está bien aceitada.

Foto: NBA.com

Sebastián Ciano
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