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21/04/2013 12:37 | Liga Argentina

Otra vez la violencia

Autor:Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.net)

Cuando estaba por terminar el partido la voz del locutor Néstor “Pati” Gambini anunció por los altoparlantes que el público local debería esperar 15 minutos la salida del público visitante. Fueron 110 personas que acompañaron a Estudiantes de Concordia la noche del sábado en Mar del Plata.

Salvo las hostilidades verbales de la barra local al público visitante, no paso nada antes ni durante el partido. Cuando la victoria del equipo de Laginestra se consumó la policía rápidamente evacuó del estadio a los visitantes que se ubicaron en la platea detrás del banco de Estudiantes y que estaban separados por apenas una soga de los plateistas locales. Lógicamente no todos son violentos.

Pero el operativo policial sufrió una falla enorme e inadmisible. Los barras locales salieron no bien terminó el partido y caminaron tres cuadras dando la vuelta a Once Unidos para ir a “buscar” a los visitantes. El público de Estudiantes fue abandonado por la policía y su micro se ubicaba en la avenida Tejedor a dos cuadras del estadio. Cuando los barras de Quilmes los encontraron se produjo el desmadre.

Sobre todo porque los hinchas visitantes eran familias y chicos muy jóvenes. No tenían en modo alguno apariencia de “barras”, así como tampoco provocaron al público local en ningún momento del juego. Y aunque lo hubieran hecho y fueran “barras” está claro que tampoco debería haber ocurrido nada. Solo motivados por la derrota y el odio los barras de Quilmes le pegaron a cuanta persona encontraron, hasta que la policía (que debería haber estado cuidándolos) llegó al lugar disparando al “bulto” balas de goma. Como siempre la represión sin sentido llega después de la negligencia de la contención.

Finalmente volvieron a meter a parte del público visitante en Once Unidos donde había más policías (custodiando a nadie) y recién allí organizaron la salida de la gente visitante. La veintena de hinchas locales que generaron el disturbio desaparecieron y solo hubo un par de detenidos.

Es lógico que los verdaderos hinchas de Quilmes son los que terminan viéndose manchados por estas barras que no tienen que ver con el básquet. El partido había sido dentro de un clima de mucha pasión y sin incidentes algunos. Un gran espectáculo, pero que para cerrarlo bien, no hubo cuidado alguno.

Pablo Tosal
@pablotosal
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