“Estaba colifa con el básquet”

Bueno Gaby, uno de los jugadores históricos de la Liga Nacional, ¿que balance has hecho de tu carrera profesional?

“Como balance, muy satisfactorio. Si me decían a los 13 años, cuando jugaba en Infantiles y era Monitor de Pre Mini y Mini en mi club de Gimnasia y Esgrima de Santa Fe, de que iba a tener la chance de vivir al menos un solo año como deportista profesional, habría enloquecido porque era algo que deseaba obsesivamente. No tenía otra cosa en mi cabeza que pensar la vida desde el básquet”.

“Al venir de la escuela, dejaba los cuadernos (y entre ellos mis primeros libros de básquet como aquel de Moacyr Daiuto - Metodología de la Enseñanza) , comía algo rápido para disparar al club para iniciar todos los días la misma rutina: Jugar unas ¨Llaves¨ y varios ¨31¨ y mezclarme con los veteranos a la siesta hasta las 15; Luego dar la práctica como monitor a los premini y a los mini hasta las 18; después entrenar con mi categoría y la superior hasta las 20; quedarme a tirar en algún aro alternativo y a dar pases raros contra alguna pared hasta las 22; alcanzar la pelota a los de Primera y tirar los últimos tiros hasta que apagaran la luz como a eso de las 23 y volver eludiendo los árboles de la cuadra con giros invertidos y Cross Over y dándoles pases de faja a las cajas de SEGBA hasta llegar de nuevo a casa.

”Estaba totalmente colifa con el básquet como tantos chicos de mi edad por aquel entonces, cuando no teníamos ni las compu ni a Tinelli para entretenernos“.

”Imaginate entonces todo lo que me pasó cuando me reclutaron de Ferro a los 16 años. De allí en más mi vida fue como la del perro Pluto viviendo en un Disney World Deportivo. Hice durante dos décadas lo que más me gustaba en la vida y encima me pagaban por hacerlo, tuve la suerte de jugar en muy buenos equipos y con jugadores que los admiraba profundamente. Jugué profesionalmente no uno, sino quince años o más. Y la razón de porque al balance le pongo ¨Muy satisfactorio¨ no es por haber ganado un partido o un torneo alguna vez, sino por haber tenido la bendición de vivir muchos años como lo había soñado cuando era chico“.

Me imagino que la etapa en el multicampeón Ferro fue el momento más destacado.

”Sí, aunque tuve la suerte de vivir experiencias maravillosas en Independiente de Neuquén, Sport de Cañada de Gómez y Olimpia de Venado Tuerto, que junto con Echague de Paraná son clubes que estarán siempre en mi corazón. A Ferro llegué de muy joven y recibí la mejor formación en cuanto a filosofía y ética deportiva que se pueda pretender. Yo llegué a Buenos Aires desde una ciudad, Santa Fe, y de un club, Gimnasia, con mucha tradición y Ferro fue después una gran escuela deportiva para todos nosotros“.

”Para entender la dimensión de lo que hablo, te cuento que Ferro era una entidad con una dirigencia (Leyden - Kristcautzky - Etcheverry) que tuvo 30 años de continuidad y que fue premiada por la UNESCO como uno de los mejores clubes del Mundo en el año 1988. En aquel entonces tenía 45000 socios y cada día nos dábamos el lujo de almorzar y cenar con Hugo Conte y Waldo Kantor, con Hector Cúper y Victor Marchesini, con Andres Charadía y Luisito Migueles y convivir con mentes brillantes como las de Timoteo Griguol, Luis Bonini, Julio Velazco, Adrián Paenza, por citar solo a algunas de las personalidades“.

”Y todo esto, bajo la tutela directa de León marcándonos el camino. No exagero en nada si te digo que cada día era una clínica, sea de básquet o de vida deportiva y ojalá me equivoque en la sospecha de que construir algo así nuevamente sería imposible“.

”Todavía recuerdo a decenas de entrenadores de todo el interior del país que venían todas las semanas a ver que era Ferro, a visitar a León, a escucharlo hablar de sus ideas para impulsar una Liga Nacional en los inicios de los 80 y a ver los primeros videos de la NBA que llegaban a la Argentina“.

”La grandeza de Ferro fue la consecuencia de dirigentes brillantes que ejecutaron políticas deportivas ideadas por entrenadores muy capaces, una infraestructura completísima para el desarrollo de la alta competencia y el reclutamiento de jugadores talentosos que jugaban varios años juntos“.

”Solo era cuestión de tener un poco de paciencia para que lleguen los campeonatos. Y en Ferro en la década de los 80, en todos los deportes, llegaron a granel. Ferro fue un club increíble y nosotros tuvimos la suerte de estar ahí. Otra bendición de la vida“.

Leonardo Chianese
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