“Miguel fue nuestro maestro”

En Ferro tuviste la oportunidad de ser compañero de Miguel Cortijo. ¿Que enseñanzas te dejó a nivel personal y como jugador, ya que estaban en el mismo puesto?

“Miguel fue nuestro guía y maestro. Nos enseñó a todos como se puede ser un líder con la acción más que con palabras”.

“Y todo con mucha clase. Cuando compartís cosas con un talento como él, te das cuenta que en la vida hay gente especial, distinta y que por un camino o por otro, terminan marcando las diferencias entre un jugador muy bueno y uno fuera de serie”.

“Por ejemplo, él era capaz de dar un pase de espalda desde 8 metros del aro para dejar a un jugador solo para que haga una bandeja cada domingo en aquellos primeros años de la liga. Lo esperaban los compañeros, la gente, los rivales, los árbitros, y la metía una y otra vez sin que nadie pudiera imaginar cuando la ejecutaría. Para mí, con todo respeto por otras leyendas de aquellas épocas que aprecio y respeto muchísimo como Marcelo, Pichi, etc, pero el techo de rendimiento que tocó Miguel en el año 86 es el más alto que he visto. Lo aplaudieron en todas las canchas de Argentina”.

“Entre otras cosas, Miguel nos enseñó el valor que tiene jugar para el equipo resignando el protagonismo. Y cuando tu líder es generoso, la tropa no tiene más que seguirlo para no quedar desubicada y eso al final, hace al grupo más fuerte y ganador”.

“La liga Nacional le debe mucho a Miguel. Ojalá que algún día vuelva a jugar cinco minutos en el Etchart y más de uno se va a sorprender de la convocatoria”.


¿Como eran esos históricos duelos contra Atenas?

“Duelos maravillosos, picantes, folklóricos, llenos de matices. Creo que ayudaron mucho para que el bichito de la Liga Nacional prendiera en la gente por la paridad y los buenos espectáculos que se ofrecían”.

“La rivalidad entre el club poderoso de la Capital versus el Interior (aunque todos nosotros en Ferro éramos del interior) le daba un condimento especial al juego, sobre todo a los hinchas cordobeses en este aspecto”.

“Los equipos eran especies de bandas de muchachos que se conocían mucho y eran amigos entre sí, entonces cuando tocaban a uno, tocaban a todos”.

“No se filtraban nada de las internas de cada equipo y tanto el Etchart como en el Corazón de María eran lugares muy difíciles de destronar”.

“Los equipos se repartieron las primeras seis ediciones de la Liga Nacional y habla a las claras del dominio de ambos elencos en la competencia. Ferro en los 80 y Atenas en los 90”.

“Mirando imágenes de esas finales, es difícil explicar que estaba permitido sacar de banda pisando líneas porque la gente estaba dentro de la cancha, o encontrar el vestuario visitante debajo de la tribuna sin una bombita de luz que anduviera y sin sillas para sentarse. Pero así era en casi todos lados en aquellos inicios ligueros y la verdad es que no se mató a nadie. Hoy da pena ver que algunas canchas se tiene que jugar sin gente por la inseguridad”.


¿Que te pareció la iniciativa cordobesa de revivir ese enfrentamiento convocándolos a ustedes a jugar una exhibición?

“Fantástica. Nos divertimos mucho, fue mucha gente a verlo y se le puso una onda bárbara al partido porque el hecho de estar atados con alambres mucho de nosotros paso a un segundo plano y estuvo muy por encima el afecto y las emociones del recuerdo de aquellos buenos viejos tiempos”.

“Para muchos de nosotros, es una forma de revivir por una noche una de las la etapas más lindas de nuestras vidas y eso no tiene precio”.

Leonardo Chianese
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