Nicolás Casalánguida, a horas del inicio del Mundial FIBA U19, contó cómo llega el equipo. Además, dejó un valioso mensaje, más allá de resultados inmediatos. “Uno de los objetivos es educar a estos jóvenes por medio de la máxima competencia mundial para la categoría”, dijo.
A poco del inicio del Mundial FIBA U19 en Praga (República Checa), el entrenador de la Selección Argentina, Nicolás Casalánguida, contó cómo llega el equipo al debut contra Irán, este jueves a las 15.15 (hora argentina), con transmisión de DIRECTV Sports.
“El equipo llega bien, tuvimos tres etapas bien marcadas en la preparación: una inicial donde hubo una mejora considerable de rendimiento, otra al quinto partido con Serbia donde encontramos la mejor versión del equipo, y después un descenso del nivel que condice con las lesiones y las ausencias. Ahora estamos sabiendo dónde estamos parados, por la experiencia que significó la gira previa que tuvimos. Pudimos competir contra las máximas potencias mundiales, salvo Estados Unidos y Lituania. Tuvimos que superar adversidades en varios aspectos, y eso nos va a enriquecer, primero desde el plano de los hábitos de trabajo, de exigencia y de preparación de juegos, ya que los chicos jugaron partidos de alta calidad, lo que provoca naturalmente que haya que romper los umbrales de esfuerzo y de tolerancia a un desgaste inusual desde la preparación mental que requiere jugar todos los días y saber que una noche pueden no salir bien las cosas contra un buen equipo y que a las 18 horas se juega con uno mejor y que el desanimo no es posible”, explicó Casalánguida.
En cuanto a las bajas por lesión, el entrenador dijo: “Perdimos a dos chicos sumamente importantes como Luca Vildoza e Ignacio Moreno, uno por esguince severo y otro por fuertes dolores de espalda que no lo dejaban jugar en plenitud. También decidimos traer a Gabriel Deck, sabiendo que salió en rehabilitación desde Argentina y que no tuvo más de seis entrenamientos completos en el último mes y medio, por lo tanto no va a llegar al 100% de sus condiciones, pero de todas manera ayudará con su experiencia y oficio al equipo”.
Con respecto a los objetivos para el Mundial, Nicolás aseguró: “Hay que ir partido a partido, la condición de juventud de los chicos indica que habrá partidos buenos y otros no tanto, pero somos conscientes que el éxito para este grupo será jugar al máximo de nuestro potencial la mayor cantidad de partidos posibles”.
Además, entre los objetivos, Casalánguida fue más allá de lo inmediato: “Tenemos como objetivo educar a estos jóvenes por medio de la máxima competencia mundial para la categoría. Hay talentos como Juan Pablo Vaulet o Franco Barroso que si bien todavía no están en su plenitud, este mundial les servirá para comenzar a proyectarse a un escalón superior y que en poco tiempo el entrenador de la selección mayor, Julio Lamas, pueda tener nuevas opciones”.