Roy Hibbert mejora sus movimientos en la zona junto a Tim Duncan

“La gente decía que nunca jugaría en la NBA”, declaró Hibbert:  “Después decían que nunca sería titular, luego esto, lo otro, siempre he demostrado que se equivocaban. Estoy teniendo una mala racha en este momento, pero espero darle la vuelta y convertirme en el mejor pívot cuando todo se haya dicho y hecho.” Comentaba por navidad el pívot de los Pacers.

A día de hoy Roy Hibbert sigue en su deseo de convertirse algún día en el mejor pívot de la mejor liga del mundo, para ello este verano no ha entrenado como venía haciéndolo estos dos últimos años con el veterano Bill Walton, sino que ha decidido dar un paso más y pedirle ayuda a su amigo Tim Duncan. “¿Cómo vas a ser el mejor si entrenas con ´don nadies´? Publicaba Hibbert en su cuenta de Twitter.

También añadió un agradecimiento a la franquicia subcampeona de la NBA por permitirle usar sus instalaciones con sus jugadores, “gran entrenamiento de pívots, aprendí un montón”.

El caso es, que Roy va por el buen camino y año tras año está demostrando que va a más, en su quinta temporada, Hibbert ha descendido ligeramente sus estadísticas, pero su rendimiento sobre la pista se ha visto intacto, hasta el punto de llegar a ser seleccionado para ser All Star en el equipo del Este por primera vez en su carrera.
 
Además, Hibbert ha conseguido llevar a su equipo muy lejos en los Playoffs hasta la final de Conferencia y ha sido, durante los Playoffs, donde se ha convertido en un monstruo, en un verdadero muro humano que protege el aro de la franquicia de indiana con uñas y dientes, el bueno de Hibbert ha ido mejorando según los Playoffs iban avanzando. En la primera ronda contra Atlanta Hawks, en la que ganó Indiana por 4-2, Hibbert promedió alrededor de 14 puntos, 9 rebotes y 2 tapones por partido, más adelante, en las semifinales de la Conferencia Este contra los New York Knicks, con igual resultado, el pívot de Queens cosechó 13 puntos, 10 rebotes y 3 tapones por partido, especializándose aún más, si cabe, en el apartado reboteador y defensivo, necesario para frenar a un gran ataque como es el de los New York Knicks y colocar a su equipo en toda una final de la Conferencia Este.
 
En esta ronda, su crecimiento ha sido asombroso promediando 23 puntos, 11 rebotes y 2 tapones por partido, dando a conocer su facilidad para anotar gracias a sus casi 2,20 metros de altura y a sus 127 kilos de peso, llevando a cabo efectivos tiros de todas las formas (ganchos, semiganchos, mates, tiros en suspensión, a la media vuelta) Y aunque no consiguió meter a su equipo en la gran final ha demostrado su constante mejora, veremos si los entrenamientos con Tim Duncan lo convierten en lo que él siempre ha querido. Ser el mejor pívot de la NBA.


Fuente: La voz del Básquet