Los ejemplos de Ginóbili que cuenta El Señor de los Talentos fueron el disparador para la charla Deporte y Superación, con el autor Julián Mozo, el campeón olímpico Leo Gutiérrez y el piloto Christian Ledesma. Fue en Biología Club, en la noche marplatense.
"La verdad, que por todos las opiniones que escucho, debe haber sido impresionante compartir equipo con Ginóbili". Lo dijo espontáneamente Christian Ledesma, piloto consagrado del autovilismo nacional, ya en el final de la presentación del libro El Señor de los Talentos y la charla Deporte y Superación. El ejemplo de Ginóbili inspira realmente. Y eso le pasó a una de las figuras del TC y el Súper TC 2000 luego de recibir tantas anécdotas y elogios sobre el bahiense que dieron sus compañeros (en video), el autor Julián Mozo y Leo Gutiérrrez, el otro disertante que tuvo la noche marplatense en ese espectacular pub que es Biología Club a metros de la arena de Playa Grande, en Mar del Plata.
La historia del crack de los Spurs fue el puntapié para hablar de los seis valores fundamentales que necesita un deportista (o cualquiera persona) para triunfar en la vida. Se arrancó por la importancia de la educación y la cultura del club. "El club me formó. Me pasaba el día ahí... Es una vida de aprendizajes, códigos y valores", contó Leo. "La educación es vital. Y de ahí, de los valores de tu casa, proviene la humildad, que es la base de la grandeza", remató Ledesma.
Cuando se pasó a los sacrificios, Gutiérrez recordó cuando se fue a los 15 años a Venado Tuerto y "me pasé siete meses llorando todos los días". Luego precisó cuando dejó a Pepo, su primer hijo, con apenas dos meses de vida. "Me fui casi cuatro meses con la Selección y a mi regreso ni me conocía y lloraba al verme". El piloto asintió con la cabeza y relató cuando se fue a una carrera al otro día de haber nacido su primer hijo. "Cuando sos chicos no pensás que son sacrificios, pero cuando tenés una familia es distinto. Y cuando crecés, ponés el freno de mano y te das cuenta de que perdiste muchos momentos únicos que no volverán. Es duro", admitió.
Al hablar de mentalidad, Leo es un especialista. "Yo la construí, viendo a otros cracks, como Manu. Recuerdo cuando en el Mundial 2002 se lesionó en la semi y al otro día jugó igual la final pese a que tenía una pelota de básquet en el tobillo. Esa mentalidad, ese compromiso, te contagian", explicó. Ledesma escuchó y acordó cuando el integrante de la Generación Dorada habló de que hay que "ser cabeza dura, ponerse objetivos y seguir". Y eso que aclaró en el autovilismo "no depende tanto de vos" en referencia a la depedencia del auto. El liderazgo de Manu apasionó a todos. Y Leo contó cuando fue líder incluso sin jugar. "Su llanto y desazón en el vestuario por no poder jugar el partido por la medalla de bronce en Pekín 2008 fue la mejor motivación que tuvo la Selección para salir y ganarla", aseguró. "Ser líder te llena de responsabilidad y hay que saber estar a la altura. Se logra con humildad y educación", consideró Ledsma.
A la hora de un tema de gran actualidad, como domar el ego, la estrella de Peñarol contó que siempre supo ubicarse y "saber cuál era mi lugar en la Selección, pese a que en mi equipo de la Liga era figura". Y cuando se cerró con el profesinalismo, Christian habló de que si bien hay diferencias entre los autos y el básquet, "ser un verdadero profesional te deja tranquilo mentalmente para encarar cada desafío deportivo". Y Leo le puso el moño. "Manu, en ese sentido, nos marcó el camino a todos, a los compañeros de siempre y a los más chicos". El espíritu del bahiense había sobrevolado la noche de la ciudad donde debutó como profesional. Y los dos disertantes de lujo dejaron pensando a más de uno tras una hora de charla...