¿Te acordás de aquel argentino?

Dentro de dos meses nuestra ciudad volverá a ser escenario de un Campeonato Argentino de Básquetbol. Como lo fue en 1945 y en 1971, cuando el baloncesto lugareño explotaba. Después hubo otras competencias a nivel nacional, pero ya no fue igual.

Aquel básquet era otro. Porque otros los tiempos. Otra la sociedad. Para unos mejor, para otros no tanto y están quienes se inclinan por decir, “era distinto”.

Aquel certamen que tuvo como escenario central al estadio del club Juventus, donde se montaron tribunas estructurales nunca más armadas y al de Regatas, a medio hacer, como alternativo, fue una fiesta de ese deporte. Con las 24 selecciones, un récord. En el interior se lo vivía más enteramente, aunque poco después de ese “nuestro” argentino, también vibró el Luna Park con los partidos finales que, tuvo a nuestra selección entre las primeras. Rival en su momento de Capital Federal ante lo cual sucumbió en los últimos segundos, luego de un partido memorable, ante una multitud que deliró.

Cuando se jugó en el 71, ninguna noche dejó un lugar claro. Lo de “no cabía un alfiler” era tan cierto como la hegemonía que, por entonces mantenía Provincia de Buenos Aires de la mano de “Mandrake”, del inolvidable Alberto Cabrera (foto), un jugador superlativo que hoy, en este básquet moderno y distinto, hubiese sido figura. Otro proveniente de una tierra que dio figuras y enarboló en la cúspide a Emanuel Ginóbili quien, seguramente no lo vio jugar.

Aquel Argentino que se jugó en pleno verano, con temperaturas insoportables, convocó a todos. Seguidores y no del básquet quienes disfrutaron del todavía “Campeonato más argentino de los argentinos”, como lo bautizó por entonces, el español , profesor de Periodismo Deportivo, don Salustiano González, a quien conocí por ser su alumno.

Un solo manchón tuvo ese certamen. Fue en el encuentro final cuando el múltiple campeón Buenos Aires, derrotaba con amplitud a Santiago del Estero, por entonces una de las potencias con Marcelo Farias, Tulli y Ríos, entre otros. Hubo un borbollón, pero fue fugaz. No empañó la fiesta. El poder de Cabrera, el Negro De Lizaso, Cortondo, Perazzo y el santafesino Adrián Monachessi era tremendo y volvieron a celebrar.

Sin dudas era otro básquet, aunque siempre se jugó cinco contra cinco, con una pelota y dos aros. Pero no solo diferente en el juego, sino en la atracción. La presión económica posterior hizo que ese tipo de disputa no se realice más, hasta dejar de ser “el más argentino...”.

Dejaron de jugar todas las selecciones. Se debió repartir en tres zonas, dos de estas eliminatorias y una principal. Para abaratar costos. La falta de divisas influyó, como que también se perdió el fervor. Ese que hacía llenar nuestras canchas para presenciar los encuentros de los torneos locales todas las noches, sin excepción.

Pero “lo importante es competir” siempre se escuchó y lo valorables es que, el entusiasmo no decaiga más.

Hoy, el básquet de la Liga y sus satélites tomaron la parada, sin llegar a ser lo que fue. Lo que, de acuerdo con el orden cronológico de aparición en este mundo, pudimos vivenciarlo.

Aquel fue un certamen inolvidable en pleno caluroso verano. Ahora, será el invierno el que albergue a la nueva disputa. Ya no a cielo abierto como en el Juventus. Será en escenarios cerrados con piso de madera.

Otro torneo argentino nos espera. Que no solo sea para mantener el fuego encendido, sino para que se agigante. Será para bien de todo el baloncesto.

Fuente: El Litoral