Fin del sueño para Indiana

Se terminó lo que se daba para los Indiana Pacers. Parece mentira el final que tuvo quien supo ser el número uno de la conferencia Este, pero la realidad de su juego marcó una situación muy distinta desde hace ya dos meses.

El equipo de Luis Scola venía de un gran envión anímico tras el triunfo revitalizaron del jueves, y necesitaba de otra victoria para forzar un séptimo partido en casa. Sin embargo, una vez más no estuvo a la altura de las circunstancias. Fue vapuleado por los Miami Heat 117-92 en un partido al que le sobraron dos cuartos. La serie se cerró 4-2.

Seguramente haya que buscar motivos extra basquetbolísticos para explicar la debacle que sufrieron los Pacers a partir del final de la fase regular (perdieron 13 de sus últimos 28 partidos), pero son desconocidos para el macro mundo que encierra a la NBA. Lo que pudo verse en cancha, en especial durante los playoff, fue a un equipo desnutrido basquetbolísticamente, carente de esa idea sólida de conjunto que lo llevó a ser una amenaza, y con rendimientos individuales que estuvieron debajo de la línea que ellos mismos habían marcado.

El partido de anoche fue una muestra cabal de todas estas cuestiones. A falta de 6:08 para el fial del primer tiempo, Miami había establecido una diferencia abrumadora en el marcador y en juego. Sacaba una máxima de 42-22 y prácticamente sentenciaba las chances de unos Pacers cuyo lenguaje corporal hacía notar que el encuentro se había ido de las manos.

Su mejor momento en el partido había pasado hace tiempo; fue en el comienzo, cuando aprovechó errores del Heat para ponerse 9-2. De ahí en más, solo anotaría 4 puntos hasta el final del cuarto (7:46 minutos), que terminó 24-13 para el local.

En el segundo tiempo Indiana pareció salir de compromiso, con el objetivo de terminar un trámite para que sea oficial el cierre de la serie. La imagen que terminó arrojando de sí mismo fue muy pobre ante un equipo que, por si hacía falta, revalidó credenciales de “equipo a vencer”. De todas manera suena injusto resumir la temporada de los Pacers en las actitudes antideportivas de Lance Stephenson, porque no se lo merecen.

El escolta utilizó dichos argumentos para intentar frenar a LeBron james, porque no existen argumentos basquetbolísticos para hacerlo. Esta vez se pasó del límite, y el público se lo hizo saber cada vez que llevaba el balón en sus manos. Provocó en cada momento al “Rey”, luego llegó esa trompada a Norris Cole que lo árbitro calificaron con una flagrante de grado uno, cuando debió ser expulsado instantáneamente.

Ya en el último cuarto, cuando la diferencia llegó a ser de 30 puntos (75-45), solo quedó tiempo para pensar en los festejos y en la serie que vendrá, la final, que todavía no conoce rival (San Antonio le gana a Oklahoma City 3-2). Miami llega a su cuarta definición en forma consecutiva, algo que lograron los recordados Lakers del showtime de 1982 a 1985, y su némesis, Boston Celtics, de 1984 a 1987.

En Indiana llego la hora del balance y la fuerte autocrítica, que siempre estuvo presente por parte de Larry Bird, presidente de la franquicia. Durante el receso tendrá que diagramar a los nuevos Pacers de la 2014/2015 y considerar si Frank Vogel volverá a estar al mando del proyecto, algo que se había puesto en duda desde el inicio de la postemporada.

Miami es una fiesta por estas horas y espera rival. El trío de LeBron – Wade –Bosh continúa haciendo historia y buscará el “Threepeat” (tres campeonatos consecutivos) para quedar marcados a fuego en la historia grande de la NBA.

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Sebastián Ciano
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