Westbrook volvió y hundió aún más a los Knicks de Prigioni

Fue justo frente a los exuberantes alley-oops de los Clippers, por allá en el pasado 31 de octubre. Justo a Westbrook, que le encanta la fantasía y el juego que se mezcla con show. En el arranque de temporada, tras la, hasta hoy, baja de Kevin Durant, el armador de OKC se fracturó la mano derecha y dejó a la franquicia al borde del abismo, sin ningún emblema fuerte que pudiese guiar a su equipo a la victoria.

Esta noche de viernes, casi un mes después, la excentricidad volvió a las pistas. Y agarró un plantel destruido: 12 derrotas y 5 victorias en lo que va de la temporada regular, con el puesto 13 asegurado en la Conferencia del Oeste. Pero, ojo, en frente también había un rival de flojo presente; los Knicks acumulan 13 partidos perdidos y 4 ganados, para ocupar la posición Nº 12 del Este.

El Chesapeake Energy Arena se vistió de fiesta para este partido. Para la vuelta de Westbrook. Para la reestructuración bajo un emblema, todavía a la espera de que retorne Durant.

El base respondió y apaciguó las ansias del público en apenas 23 minutos. 32 puntos, 8 asistencias, 7 rebotes y un robo de balón marcó su planilla personal final. De todo un poco. Y para más: un porcentaje del 70% de tiros de campo.

Auténticamente, un trueno. Un Thunder. Aunque no estuvo solo: en las zonas perimetrales, los ya antes jugadores de rol hoy cada vez toman más presencia y valor; Reggie Jackson y Jeremy Lamb, con 10 y 13 unidades cada uno, respectivamente, ayudaron a quien luce la #0 a concretar la victoria y cerrar un retorno redondo. Sumado a esto, el poderío bajo la pintura: el congoleño nacionalizado español, Serge Ibaka, fue su escolta en los puntos con 14, mientras que Steven Adams se adueñó del poste y capturó 13 rebotes, 11 de ellos de carácter defensivo.

En la visita, la baja de Carmelo Anthony, que acarrea molestias en la espalda, desequilibró la balanza todavía más. Aunque, no por eso, el individualismo de los de Derek Fisher no cesó. No hubo demasiado juego colectivos, casi todo fue elaborado por un sólo jugador. Y ahí, donde menos le gusta al cordobés, es donde se ausentó.

Pablo Prigioni pudo jugar apenas 11 minutos, en los cuales sólo pudo aportar con un rebote. Ni puntos, ni asistencias. Pablo no fue Pablo.

Quien tuvo la capacidad y responsabilidad de tomar las riendas, con el jugador-franquicia vestido de civil, fue el experimentado Amar'e Stoudemire. El ex Phoenix terminó con 20 unidades, en un porcentaje impresionante de 87.5%, y 9 tableros capturados.

Pero, a diferencia de Russell, él sí estuvo sólo. Sin ningún compañero que lo sigue en su juego. Quizá Tim Hardaway Jr., con 11 puntos, o Samuel Dalembert, con 9, fueron los que intentaron liderar. Pero sus porcentajes de tiros fueron sumamente malos para lograrlo: 28.6% para el base y un 40% para el pívot.

Lucas Barreña

@LucasBarrena

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