De la mano de su base los Cleveland Cavaliers se llevaron la victoria del Madison Square Garden por 90 a 87. Kyrie anotó 37 puntos y la canasta que definió el partido. Fisher no incluyó a Pablo Prigioni en todo el segundo tiempo pese a hacer un buen trabajo en el primero. New York cayó por sexta vez consecutiva.
Autor:Sebastián Ciano (sciano@pickandroll.net)
La principal característica de los equipos plagados de estrellas es que, cuando no aparece una, habrá otra que brille en su lugar. Anoche, LeBron James le cedió la capa y la corono a Kyrie Irving, quien salió del Garden vestido de Rey. El base de los Cavaliers anotó 37 puntos – incluido el doble que selló la victoria – y Cleveland venció a los Knicks 90 a 87.
Al cabo de los 48 minutos de acción quizás no haya muchos argumentos basquetbolísticos que justifiquen el triunfo de los Cavs. Sin embargo, New York tampoco muestra la versión de un buen equipo de básquetbol y dejó escapar una buena oportunidad de volver a la victoria.
El local sacó ventajas durante la primera mitad ante un Cleveland cuya pasividad asombraba. El resultado final de los primeros dos cuartos fue de 53-50 a favor de los Knicks, aunque la ventaja llegó a ser de 11 (46-35) a 4:45 del entretiempo.
Ese fue el mejor momento de los de la Gran Manzana en el primer tiempo, que precisamente coincidió con el ingreso de Pablo Prigioni. El cordobés no plasmó su liderazgo en la planilla (0 pts, 0/4 de ca cancha y 4 asistencias en 8 minutos de juego), sin embargo fue la manija de su equipo cuando éste más diferencia marcaba en la cancha. Increiblemnte, no volvería a ver acción en toda la noche.
La ofensiva de New York se basaba en la inspiración de Tim Hardaway Jr, autor de 16 puntos con 6/9 en tiros de campo. Cleveland no mostraba tenacidad defensiva, al tiempo que en ataque parecía esperar el desequilibrio individual de LeBron, que no llegaba (2/8 TdC).
Sin embargo, el saco de salvador se lo probó Irving y le quedó bien. El base de los Cavs estuvo fantástico desde la primer mitad, en la que mantuvo a su equipo y no permitió que el rival gozara de una diferencia mayor al entretiempo.
Si el primer tiempo no fue bien jugado, el tercer cuarto fue decididamente chato, con porcentajes muy bajos por parte de ambos equipos: New York lanzó ara un 42.8%, al tiempo que los Cavaliers encestaron solo el 33.3% de sus disparos.
Pero David Blatt tenía un as: Irving jugó un unipersonal ante los Knicks, sumó 9 de los 18 tantos de Cleveland en el cuarto y lo puso al frente 66-64 cuando nada lo hacía viable. Por su parte, New York contaba con un contribuyente inesperado en Quincy Acy, quien sumó 7 puntos en el periodo, y junto a Stoudemire (6) dejaron el marcador 73-68 para entrar al último cuarto.
En el último cuarto LeBron James logró meterse en el juego. Sumó 7 de sus 19 puntos (12 asistencias) y fue determinante para que Cleveland (9-7) pasara al frente 88-85 con un triple, un robo y posterior volcada a 3:25 del final.
Amare continuó insistiendo en la pintura (terminó con 18 pts), pero su equipo no lo acompañó: Los de Derek Fisher apenas anotaron 14 tantos en los doce minutos finales con Anthony tirando 0/4.
De todas formas, los Knicks (4-15) tuvieron posibilidades hasta el final. Con el partido 88-87 Fisher dibujó una jugada para la penetración de Larking a pesar de contar con Anthony, Stoudamire y Calderón en el rectángulo. La bola no entró, y al otro lado Irving selló la victoria con una bandeja volada imposible de tapar que dejó el marcador con las cifras definitiva. Al otro lado, Melo no pudo anotar un triple sobre James y la chicharra marcó el final.