La destrucción de Boston

Fue el décimo séptimo título de la franquicia más ganadora de la mayor liga del mundo. Rondo, Pierce, Allen, Garnett y Perkins. El quinteto inicial de Boston daba miedo. Las asistencias del base, los puntos decisivos del escolta, los triples del alero, los postes del ala-pívot y los rebotes del pívot. Los Celtics eran una auténtica máquina que lograron quedarse con el anillo en el 2008, con 66 victorias y apenas 16 derrotas en temporada regular.

Una alineación experimentada a la que se le sumaba el aire fresco y joven de Rondo, que debutó en la Liga dos años atrás, y el juego bajo el aro de Garnett, después de 12 años en Minnesota. Además, contaban con Doc Rivers como coach, que rodeaba los 10 años de profesión en la NBA, tras iniciarse con el Magic.

Boston era la perfección, y daba sus frutos. Los números promedio también daban sustos: 5.1 asistencias y 1.7 robos para Rondo; 19.6 puntos, 5.1 rebotes y 1.3 de asistencias para Pierce, el jugador estrella del equipo; casi el 40% de aciertos de triples para Allen; 15.8 puntos, 8.5 rebotes y 1.2 bloqueos para Garnett; y 6.1 rebotes para Perkins, el más subvalorado del róster.

Luego de quedarse con la serie Final por 4-2 a Los Angeles Lakers de Kobe Bryant y Phil Jackson, el equipo verde intentó repetir en 2010, donde también se cruzó con el mismo rival. Con la misma fórmula en el quinteto, Doc Rivers y los suyos se quedaron con las ganas dos temporadas después tras caer en el séptimo encuentro y quedarse con las ganas de su título Nº 18.

Pero los buenos resultados seguirían cayendo, pero los frutos no. Al año siguiente, es eliminado en Semifinales por Miami Heat y, al otro, cae en las Finales de Conferencia ante el mismo rival. Boston seguía siendo un máquina, pero no invencible. El resto ya había entendido la fórmula, su fórmula.

Es ahí, donde empieza la destrucción de los Celtics; con Perkins mudándose a Oklahoma City un año atrás y Doc Rivers en el banco de Los Angeles Clippers, es ahora Ray Allen quien comete la traición: armó las valijas y se trasladó a Miami para jugar con el Heat, el verdugo de Boston, donde Pat Riley, el Manager, continuaba su armado de un cúmulo de súperestrellas, donde lo esperaron LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh. De grande en grande iría el triplero, que quería más, sin importar su pasado.

El tiempo pasó y Boston se quedaba sin jugadores importantes de rol, aunque todavía conservaba ese Big-Three que seguiría siendo la columna vertebral.

Para la 2012/13 llegaría Jason Terry, campeón con Dallas Mavericks y como una de las promesas para ocupar los lugares perdidos. Sin embargo, los Celtics no tuvieron una gran temporada: perdieron por 4 a 2 en Primera Ronda ante los New York Knicks y se irían de vacaciones rápidamente.

Pero llegaría una nueva franquicia a la NBA, que quería ser sucursal del equipo verde. Brooklyn Nets, debutantes en la Liga y con el multimillonario ruso Mijaíl Prójorov como comandante que gastaría cualquier suma de dinero para fortalecer la plantilla de la institución que obligó mudarse de New Jersey.

Paul Pierce, Kevin Garnett y Jason Terry. Tres de los cuatro pilares de Boston pasarían a vestir ahora la camiseta negra y blanca. Desplome total para los Celtics, que se quedaban ahora solo con Rajon Rondo, sus lesiones y algún que otro jugador que podría llegar a sumar, pero no demasiado, como Brandon Bass o Jeff Green, que jamás estuvieron a la altura de la franquicia.

Quedaría algo más. Rondo no era Rondo. Boston no era Boston. A él no le servía quedarse allí, un jugador de semejante calibre que estaba librado a jugar por jugar, sin pelear siquiera por clasificar a Playoffs. Hace menos de una semana, llegaría la total destrucción: Dallas Mavericks, de donde venía Terry, se quedó con los servicios del base, donde el excéntrico Mark Cuban también armaba un cúmulo de súperestrellas, donde lo esperaron Dirk Nowitzki, Monta Ellis, Chandler Parsons y Tyson Chandler.

Así se desplomaron los Boston Celtics. Con jugadores de calibre fuerte que llegaron a lo más alto y con un nivel impresionante. Con equipos que se adueñaron de ellos para acumular estrellas y ganar lo máximo. Con Rondo, Pierce, Allen, Garnett y Perkins. Pero, a diferencia del comienzo, luciendo las camisetas de los Mavericks, los Wizards, el Heat, los Nets y el Thunder.

Boston, llegó a su fin. Los Celtics, están por todas partes.