En la Conferencia más débil, dos de las mejores franquicias se ven las caras en una de las semifinales, aunque bien podría ser la final: los Bulls, con un gran inspirado Derrick Rose, vencieron de visitante a los Cavaliers de LeBron por 99-92 y ganan el primer juego.
Autor:Lucas Barreña (@LucasBarrena)
La zona oriental de la NBA aporta pocos partidos con real interés desde la previa, aunque quizás alguno termine siendo de gran altura en el desarrollo. Sin embargo, antes de que lleguen las Finales, Chicago y Cleveland se baten a duelo para llegar a ellas, con Rose y James como las caras de un duelo que difícilmente se resuelva rápido.
La tendencia de que gane el visitante sigue vigente en estos playoffs. A contrario de lo que dicen los libros, quienes visitan el pabellón ajeno juegan igual o mejor que en casa y hasta terminan con el resultado a favor.
Y este caso, no fue la excepción. Los Cavs recibían en el Quicken Loans Arena a los Bulls, que venían de sufrir sorpresivamente en la serie ante Milwaukee Bucks. En contraste, el local había arrasado por 4-0 a los Celtics de Boston, pero no estaban del todo contentos: JR Smith cumplía el primer partido de los dos de sanción y Kevin Love en baja durante seis meses por lesión. Pese a esto, el gran róster de los Cavaliers podría llegar a suplir correctamente las ausencias.
Desde el inicio, los Bulls salieron con todo: Dunleavy metió un rápido triple en el primer intento del partido, para marcar el camino por el cual Chicago empezaría a sacar ventaja; con otros dos tiros suyos de tres puntos (llegaría a 11 unidades en el primer cuarto) y otros de Rose, la visita sacaba provecho de su habilidad triplera para empezar con un contudente 10-2 y, más tarde, imponer un 21-7.
La defensa también era uno de los fundamentos con los que contaban los Bulls. A pura presión y con solidez, obligaban a que los Cavs tomen tiros forzados, en vez de los planeados y cómodos. La entrada de Thompson por Miller, para poner un jugador más bajo el poste no cambió en absoluto y el resultado siguió igual.
Con un Chicago que le salían todas, donde 5 triples y 13 rebotes fueron el arma principal, respaldados por una defensa que no regalaba espacios y se anticipaba a las jugadas, la visita cerró el primer cuarto por 27-15 a favor.
En el arranque del segundo período, LeBron James y Hinrich eran los focos de unidades en ambos equipos; el base marcando un dos más uno seguido por un triple, y el alero con penetraciones que rompían esa dura defensa de los Bulls.
A mitad de cuarto, aparecería un destacado que hasta el momento no se presentó. Kyrie Irving tuvo una ráfaga de 7 puntos al hilo que achicó las distancias en un 39-33. Y tuvo efecto en sus compañeros: los Cavs ajustaron los errores defensivos y empezaron a tenerse confianza en el ataque, mientras que a su rival se le acortaban los porcentajes de efectividad, hasta llegar a una posesión larga de diferencia (45-42).
Pese al levante del local, Derrick Rose era el equilibrio de la visita para que no se den vueltas los resultados y cerrar el primer tiempo con victoria parcial por 49-44.
La ilusión de revertir el marcador llegaría al inicio del complemento. Con un buen arranque de Mozgov, el ruso fue quien puso el primer empate del partido (51-51) e iluminó todo Cleveland. Pero duró poco: luego de la segunda paridad en 53, Butler y Rose le dieron un parcial de 10-0 y poner el resultado en 63-53, obligando a David Blatt a solicitar tiempo muerto.
A su vuelta, parece que las indicaciones del coach no tuvieron rápido efecto, y Pau Gasol, que comenzaba a ser protagonista tanto en defensa como en ataque, estiraría el parcial a 15-0.
El pick and roll del español y el base Rose eran la criptonita de los Cavs, que se cansaron de regalar espacios a mediana distancia, justo donde Gasol no perdona. Pero en el cierre, después de otro pedido de minuto del local, con triples achicarían distancias a ocho (74-66) y la defensa se arraigó a marcar fuertemente al ala-pívot, para mandar al último cuarto por 81-70.
Chicago duplicó y también fortaleció su defensa. Las zonas pintadas y la presión eran el estandarte en ambos bandos, pero Irving pudo más que todos y puso el partido nuevamente a una posesión larga (83-80). Del otro lado, Jimmy Butler; que aparecía en los momentos claves para espantar toda cercanía del local en el marcador.
Después de una ráfaga del escolta de 5 puntos que puso el partido en 92-86, a falta de 30.6 segundos del final aleja nuevamente a Cleveland y sentencia el juego en 96-90. Seis puntos de distancia y apenas unos segundos para cambiar la realidad, que, a base de faltas obligadas y tiros libres, se mantuvo hasta cerrarse en 99-92.
Con Irving como el goleador con 30, escoltado por los 22 puntos de Shumpert, y LeBron como máximo asistidor con 9 (con una más alcanzaba el triple doble, tras 15 rebotes y 19 unidades), los Bulls tuvieron a un Derrick Rose de 25 puntos, acompañado por Gasol (21) y Butler (20) que condujeron a la primera victoria de una de las series más esperadas del Este.
Compacto de la victoria de Chicago ante Cavaliers por 99-92